🌹 El Ángel y La Bestia.

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Fábula ancestral

sueño hecho verdad

que te hace cambiar

lo que estaba mal.

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El sol del verano era tan cálido a comparación con otras estaciones. Acariciaba tu piel como un abrazo manteniendo a raya la humedad de la tormenta anterior acompañado con una brisa que revolvía el pastizal, demasiado largo como para que un niño pequeño pasara desapercibido si se echaba, pasto de un verde amarillento que anunciaba lo cercano que estaba el otoño llegados a esa fecha.

Una casita realmente linda, a las afueras de un pueblo francés, se alzaba alejada unos metros de ese bonito jardín donde los pastizales eran amarillentos decorados con pequeñas florecillas violetas y amarillas. Los caballos pastaban por ahí, felices de estar libres de su montura y disfrutar aquel día tan hermoso en particular. Las aves de corral hacían sus ruidos tan comunes rompiendo el silencio que los rodeaba, la vida seguía esa rutina que nunca rompía, todos yendo al mandado, comprando sus víveres y diciéndole al mismo niño que no corriera entre la gente.

Sin embargo, el pequeño pueblo se sentía tan lejano y silencioso, como si sólo fuera un sonido de fondo intentando hacer que la soledad en su interior se llenara.

Castiel se encontraba tirado en el pasto, cerca de su nuevo corcel al que había nombrado Pimp, sabiendo que era un macho y que se encontraba tan cabizbajo como él se sentía. miraba las nubes pasar en bolas esponjosas de algodón con formas irreales y fantasiosas, haciendo que Castiel se distrajera un momento intentando encontrarles forma mientras en su pecho se mantenía su cuaderno con el último dibujo que había hecho.

El viendo revolvió la hierba a su alrededor haciendo que Castiel cerrara los ojos un momento y disfrutara de ese cálido día después de una semana entera de lluvias; sabía que las lluvias eran necesarias para la cosecha pero él necesitaba un poco de luz, un día que le recordara que después de la tormenta aparecía el arcoíris y ahí lo tenía, ese cálido y brillante día lleno de alegría que no parecía ser suficiente. No importaba cuántos pájaros cantaran ni a cuántas nubes esponjosas les encontrara forma si de todas formas nada había cambiado.

El pasto le hizo cosquillas en la nariz haciéndolo reír, abrió los ojos encontrándose con el infinito azul del cielo; a veces pareciera que se encontraba demasiado cerca y que con sólo alzar la mano podrías tocarlo, sumergir tus dedos ene se azul tan claro que parecía imposible pero, cuando lo intentabas, quedaba cada vez más lejos, dejándote fuera de su alcance.

Castiel suspiró haciendo que el cuaderno en su pecho se elevara para luego bajar lentamente y se preguntó, no sin cierta tristeza, cómo habrían sido las cosas si hubieran ocurrido de una manera distinta. Donatello ya le había dicho que de nada servía que se torturara de esa manera, eso no iba a cambiar nada pero a Castiel le gustaba fantasear con un final feliz, con un final donde el dolor no existía, donde haber perdido lo amó por primera vez resultara imposible. Porque soñar que las cosas fueron diferentes era mejor que enfrentarse a su realidad.

Pimp, que pastaba cerca de donde Castiel se encontraba, alzó la cabeza bruscamente y movió sus orejas hacia todos lados, como si detectara un sonido demasiado bajo como para que Castiel lo escuchara. El pelinegro tomó el cuaderno en su pecho, ignorando por completo el comportamiento de su caballo, y miró el dibujo plasmado en aquella hoja amarillenta de su cuaderno, sintiendo que sus ojos se llenaban de lágrimas al ver el monstruoso rostro, dueño de la pesadilla de muchos pero de los sueños felices de Cass.

Castiel pasó un dedo por su dibujo temiendo el día en que no pudiera recordarlo, en que no recordara el largo de sus colmillos ni la curvatura de sus cuernos, olvidar el matiz dorado en su pelaje y la tonalidad de verde en sus ojos. Tenía tanto miedo de olvidar su rostro que deseaba plasmarlo en un papel a cada instante, diciéndose que así podría verlo y recordarlo, así se mantendría real de alguna manera aunque nadie haya escuchado de él.

El Ángel y La Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora