🌹 Capítulo 6

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Aunque esta canción pertenece a la secuela de Blancanieves y El Cazador me inspiró en gran parte del capítulo xD y pues...es mi vieja Halsey, ustedes entenderán.

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Castiel suspiró mientras se tallaba los ojos y dejaba el libro de lado. Intentar leer en la oscuridad sólo con la luz de las antorchas que se filtraban por la puerta no era buena idea, sentía los ojos al rojo vivo y tan pesados que pensó en pedirle una pequeña lámpara de gas a Sam cuando volviera a traerle la cena.

Con los dientes castañeando se envolvió con aquella vieja manta y se dejó caer hecho un ovillo en el suelo húmedo y frío, preguntándose cuánto podría disminuir la temperatura en un lugar así. Una manta no parecía suficiente si quería sobrevivir el invierno en aquella celda, puede que la verdadera pregunta fuera ¿quería sobrevivir el invierno? No es que le faltara mucho para terminar pero por lo general en enero las temperaturas disminuían mucho, casi bajo cero.

Castiel cerró los ojos y se imaginó en extensos prados de un vivo color verde mientras los pájaros cantaban, el viento revolvía su cabello y el sol calentaba su piel. Pudo sentir la brisa erizándole la piel y hasta escuchó un riachuelo demasiado cerca. Olía a libertad, a cosas vivas y cálidas. Era como si la primavera se hubiera colado en su celda recordándole cómo se sentía la libertad, el poder ir y venir a su antojo sólo con la promesa de volver al anochecer.

Un chirrido metálico lo sacó de aquella hermosa ilusión y no le quedó de otra más que sentarse y pegarse a la pared, temeroso de que la puerta hubiera sido abierta de par en par y una silueta fuera recortada contra la oscuridad y la luz del pasillo. Castiel sujetó con fuerza el libro contra su pecho y temió haber hecho algo que enojara al dueño del castillo.

—Castiel, soy Sam—habló la silueta mientras alzaba un candelabro y alumbraba la capa azul marino que traía—Ven conmigo, mi hermano ha accedido a moverte a otra habitación—Castiel frunció el ceño mientras se levantaba y se acomodaba el cabello tras las orejas.

—No entiendo, pensé que...él dijo...

—Ha cambiado de parecer, incluso ha accedido a cenar contigo—Castiel escuchó la amabilidad en su voz y se sintió más cómodo—Andando, cena sin falta a las nueve en punto, sería mejor si te aseas un poco.

Castiel suspiró temeroso de salir de aquella celda, preguntándose por qué el cambio de parecer tan de repente pero al ver la insistencia de Sam no le quedó de otra que caminar hacia la salida de su prisión aún sosteniendo el libro que le trajo en el pecho y la manta colgando sobre sus hombros como una capa intentando mantener el calor.

No pudo apreciar el rostro de Sam, parecía cubierto de la cabeza a los pies así que sólo se conformó a seguirlo en silencio por las escaleras que había bajado hace casi una semana. Sus zapatos seguían haciendo aquel ruido con cada paso que daba y las antorchas bailaban como si le dieran la bienvenida. Castiel mantenía sujeto el libro en sus brazos con fuerza mientras volvía a apreciar aquellas paredes por las que había deslizado sus manos con curiosidad.

Les tomó menos tiempo del pensado subir. Castiel apreció marcas similares a las que tenía todo el castillo en la puerta pareciendo realmente tenebrosas pero Sam solo la empujo con el hombro dándole la bienvenida a aquel pasillo lleno de esculturas escalofriantes.

—Tu habitación estará en el ala este—habló Sam mientras caminaba por el pasillo, provocando un sonido de taconeo muy similar al de Castiel—Te mostraré el castillo mañana, no puedes andar vagando por allí sin más, ¿entendido? Mi hermano podría molestarse.

Castiel no contestó sino que admiró con más dedicación cada grabado en las paredes; había rostros en agonía tallados sobre la piedra que iba de un extremo a otro, como si intentaran atravesar la pared y liberarse de aquella prisión; también se perdió admirando más a lujo de detalle las esculturas de mármol, incluso alzó el dedo y tocó a una joven que yacía en los brazos de un demonio. Conforme avanzaban la decoración se hacía más lúgubre y los cuadros escaseaban. Incluso se veía más oscuro y descuidado, como si estuvieran andando por territorio olvidado.

El Ángel y La Bestia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora