I'm back, baby!
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El pequeño pueblo que se encontraba a las afueras de aquellos bosques tenebrosos se encontraba cubierto de nieve de arriba abajo; las farolas estaban congeladas y la pequeña lucecita apenas alumbraba los caminos empedrados cubiertos de hielo, los lugareños procuraban no salir a no ser de tratarse de ir a comprar el mandado por la simple razón de que hacía demasiado frío afuera pero eso no quitaba que algunos valientes se atrevieran a salir y dirigirse al bar que estaba en uno de los extremos.
Dentro de aquel establecimiento había risas y alcohol, estaba cálido por lo que todos los abrigos se encontraban en el respaldo del asiento. Las luces eran tan potentes que nadie se preocupaba por los secretos que podía traer la oscuridad. En su mayoría era clientela masculina pues sólo los hombres de aquel pequeño pueblo eran capaces de atravesar la plaza en plena nevada con tal de escapar de sus casas y todos los problemas familiares. No digo que las mujeres no lo hicieran pero ellas eran más del tipo la auto-preservación, no querían arruinarse antes de tiempo.
Alguien que destacaba entre toda la clientela era el cazador que se encontraba en las sombras al fondo del lugar, sostenía un tarro lleno de cerveza en sus manos sobre la mesa y tamborileaba rítmicamente los dedos en la madera, ansioso por la espera de su cita. Llevaba tres minutos de retraso y ella sabía que le molestaba que llegara tarde, ¿si ya sabía por qué seguía haciéndolo?
—Lamento la demora—una mujer luciendo una larga capa negra con capucha se sento frente a él—El niño no se quería dormir.
— ¿Tengo cara de que me importa?—gruñó el interpelado mientras la miraba con ojos entrecerrados.
—Debería, es tu hijo.
El hombre, que correspondía al nombre de Ketch, nuestro cazador, gruñó por lo bajo mientras ponía los ojos en blanco; conocía a aquella mujer desde que llegó al pueblo y en un descuido la chica quedó embarazada. Ketch se hacía cargo del pequeño pero, a cambio, le pedía a esa mujer, Toni, que nunca mencionara que él era el padre y así ella era la que quedaba mal y no Ketch.
La mujer puso los ojos en blanco también en respuesta a lo idiota que estaba siendo y se apresuró a sacar de su bolso aquello por lo que había venido. Una baraja de cartas con dibujos realmente extraños fue colocada en la mesa y le siguió un pequeño cuenco con una vela morada casi consumida, ambos implicados miraron alrededor, sabiendo que nadie se metería en los asuntos de Ketch si quería salir bien parado, por lo que la mujer se apresuró a encender la vela y barajar las cartas.
—Entonces ¿qué es lo que quieres saber?—preguntó Toni mientras miraba fijamente a Ketch—Porque espero ferviamente que haya miseria en tu futuro.
—Oh, vamos querida—Ketch sonrió con arrogancia mientras la veía partir la baraja en dos y luego extenderle una parte para que él tomara una carta—Busco el premio gordo. Ya me harté de estar en este pueblo pero Paris es realmente caro—se encogió de hombros mientras colocaba la carta que había tomado en la mesa— ¿Qué sabes de los Novak?
—Mercaderes marítimos que perdieron un barco y fueron a la quiebra—susurró la mujer mientras comenzaba a poner las cartas en la mesa—Mmm...—gruñó—Hay algo aquí—Ketch la miró interesado—Lo veo, es una decisión que no se ha tomado, un sentimiento que aún no surge pero que está destinado, es un sentimiento prohibido—Ketch la miró sin entender.
—Y... ¿eso cómo ayuda a que me vuelva rico?
—Es un sentimiento que puedes usar a tu favor—explicó Toni con exasperación—Los involucrados llegarán a hacer cualquier cosa por el otro, ¿lo ves?—señaló la imagen de los amantes—Si sabes jugar podrás conseguir lo que quieras.
Los ojos de Ketch brillaron con la idea de hacerse inmensamente rico, de poder irse a Paris, hacer su fortuna y volver a su amada Inglaterra. Nunca le había preocupado pasar por encima de otros para conseguir lo que quería, ni siquiera le preocupaba que alguien pudiera salir herido mientras él consiguiera lo que deseaba. La empatía no estaba en su sistema, sólo el triunfo, la victoria.
—Pero...—habló la mujer atrayendo su atención—Si cometes cualquier error te costará caro—le mostró la carta de la muerte—Sólo es cuestión de que uses tu cerebro, si es que tienes, y consigas lo que quieres—Toni sonrió con arrogancia—Te puedo dar el nombre de uno de los implicados si prometes sacarme de aquí—Ketch bufó—Estoy harta de este pueblo, es tan asqueroso y sus habitantes son tan, ugh—se estremeció—Llévame contigo, en cuanto lleguemos a Paris me desapareceré de tu vida, con mi hijo.
— ¿Y si me niego?—preguntó cruzándose de brazos.
Toni lo imitó y se dejó caer en el respaldo de su asiento.
—Buena suerte intentando adivinar de quién se trata.
Ketch gruñó exasperado, sabiendo que con ella no tendría oportunidad de salirse por la tangente pues eran tan parecidos entre ellos que ninguno iba a ganar a no ser que uno cediera. Toni era terca, más que él, y despiadada, dispuesta a salirse con la suya mientras que él se conformaba con conseguir lo que quisiera. Habrían funcionado muy bien como pareja si ella no hubiese quedado embarazada, tan bien. Incluso la atracción entre ellos seguía en el aire dispuesta a arrastrarlos al pecado en cualquier momento.
—De acuerdo—aceptó el cazador sin más—Irás conmigo y con Mich, pero no em haré responsable de ustedes—Toni sonrió con suficiencia—Ahora, dime el maldito nombre.
Toni se inclinó hasta que su rostro quedó alumbrado por la pequeña llama de la vela, sus ojos se pusieron blancos mientras buscaba la respuesta a aquella exigencia y parecía vagar por el mundo. Sonrió de manera escalofriante que hizo que Ketch se planteara si de verdad valía la pena llevarla con él.
—Castiel Novak—murmuró con voz de ultratumba.
Y en las profundidades del bosque se escuchó el rugido de una bestia, como si fuera consciente de que hablaban del chico que dormía plácidamente en una de las habitaciones del palacio.
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¡Ya sé! Capítulo más corto que la estatura de Gabriel pero me moría por subir algo acá :c ya me voy a poner al corriente, he agarrado vuelo, así que probablemente suba mañana uno maaaas largo. A parte, que es corto porque mi papá ya me quitó de la computadora :'v Espero que no me odien por tardar
Nueva portada, por cierto yey!
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El Ángel y La Bestia.
Hayran KurguPonerse a ver La Bella y la Bestia animada de Disney y preguntarse cómo seria si lo haces con Destiel es mala idea, muy mala idea. Más si lo único en lo que piensas es en cómo puedes mezclar todas las adaptaciones que has visto de esta historia que...