Ya había trazado un plan estratégico simple, pero efectivo, no obstante, cuando algunos de los hombres que me acompañaban proyectaron el video de la enfermería, supe que tenía más tiempo para organizar mi estrategia.
Ordené a algunas personas traerme los archivos del Ala G-1. No tardaron en hacerlo. Para entonces los sujetos se encontraban arrastrándose por el suelo buscando cosas, al tiempo entendí que se trataban de objetos necesarios para retirar el proyectil del brazo de la ucraniana. Si tan solo se hubieren rendido cuando se los solicité, ella se habría recuperado con propiedad de aquella herida. En su lugar tenía una sutura mal hecha y a mis peones dándoles caza.
Leí los puntos básicos e importantes de los archivos, cosas necesarias. No había tiempo para los detalles, no cuando en cualquier instante esos niños podían descubrir que recorrían los mismos pasillos una y otra vez. Es fácil perderse cuando la desesperación es mayor que el anhelo.
Los archivos que consideré relevantes se los entregué a una joven de unos 28 años, mientras los inservibles para esta ocasión, a su compañero, quizá de 36 años. Antes de que se marchasen les hice una pregunta. ¿Serán útiles en esta situación? Ambos eran los líderes del Ala G-1, así que debían entender la estrategia que implicaba los archivos que seleccioné. Ellos conocían el contenido de memoria –lo habían escrito más de una vez antes de volverse archivos oficiales–, no necesitaron más que leer los números que encabezaban la portada de cada carpeta. Cruzaron sus miradas y cuando uno iba a decir algo, el otro tenía la respondía en el aire. Eso era verdadero trabajo en equipo, eso era lo que quería llevar al mundo. Trabajo en equipo para un fin superior, un bienestar mutuo. Esta guerra era lo contrario de mi sueño.
La líder me miró directo a los ojos, aquellos ojos castaño profundos. Me pasó uno de los archivos que seleccioné y lo reemplazó por uno que su compañero leyó para mí. Ambos coincidieron en el hecho de que, en caso de que una sorpresa despertase, ese cambio nos dejaría a la delantera de los niños. La estrategia perfecta.
Di mi aprobación al cambio y uno de los guardias que nos acompañaban en la sala me pasó su radiotransmisor.
Del otro lado Johansen me respondió, y mientras le daba mis indicaciones finales, los sujetos dejaron de avanzar mirando el suelo marcado con sangre. Habían notado su error.
***
–¿Recuerdas el camino de regreso? –el muchacho hizo la pregunta mientras limpiaba sus dedos de la sangre de su compañera.
–Creí que íbamos por buen camino. –la chica de cabello plateado tenía una expresión concentrada, casi inmutable.
El chico se acercó a ella y con la manga de su uniforme limpió la sangre que seguía bajando de su brazo. Entonces se le ocurrió una idea arriesgada.
–Sé cómo distraerlos, pero no sé si te guste.
–Si funcionar, no me importa.
–Esto te dolerá. Pero confía en mí. –Atanase en realidad no estaba tan seguro de que su idea fuese a funcionar, pero a esas alturas ya no tenía mucho más que perder aparte de la confianza de la joven.
Se remangó los brazos y, antes de que la muchacha cambiase de opinión frente a la idea, presionó con fuerza moderada su pulgar contra la sutura mal formada en el brazo de la ucraniana. El muchacho no quiso mirarla, sabía que su rostro de agonía lo debilitaría emocionalmente, y luego de todo lo que había visto ese día, creyó que verla sufrir sería lo último que necesitaba para quebrarse.
De la herida empezó a manar una cantidad mesurada de líquido rojizo. Rápidamente colocó sus manos bajo el codo de la mujer haciendo una especie de cuenco para recoger la sangre. Cuando sintió que tuvo lo que necesitaba, se marchó por uno de los caminos que aún no habían recorrido. Ellos no necesitaban subir más en el edificio, así que esparció la sangre a lo largo del corredor que conducían a las plantas superiores.
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Prodigium
Science-FictionEn tiempos de la Guerra Fría, un grupo de niños fue elegido para formar parte de un proyecto mayor, algo que podría cambiar el curso de la historia. En medio de ellos, Atanase, un joven rumano entenderá verdades de la vida y el mundo que en su hoga...