~Two

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El timbre en la residencia Kim sonó una sola vez. Al parecer cierto mensaje había llegado alertando a la familia de la posible visita nocturna ya que la puerta se abrió sin darle tiempo a Summer de pestañear.

- Bebita... ven aquí. – Fue lo primero que escucho al ver a la mujer que la recibía con los brazos abiertos.

La aludida no dudo en abalanzarse sobre ella y comenzar a llorar con más fuerza. – Pe-perdón, ppor, ve-venir así Mandi. – Sollozaba la indefensa criatura quien por dentro se estaba muriendo de vergüenza y coraje por presentarse así como así cuando previamente había declinado la invitación.

Seok-Jin, el marido de Mandi, ni bien presencio la escena se aclaró la garganta para anunciarles a sus dos niñas favoritas, que iría por el helado.

Minutos después el trío se encontraba desparramado por los sillones del living.

Summer descansaba su cabeza sobre el regazo de Mandi, la misma le estaba acariciando su larga cabellera caoba. Ahora suelta. Mientras que Seo, su amado hermano postizo, se engullía una poderosa cucharada de helado de fresa. Un ambiente agradable, cálido y familiar, el cual no podía disfrutar en su propia casa.

En menos de un parpadear la sesión de desahogo comenzó.

- Siento haber venido así. – Comenzó Summer cubriéndose la cara con ambas manos avergonzada.

- Sabes muy bien que ésta también es tu casa. – Contestó Seo pasándole el bote de helado a su esposa.

- Necesito un trabajo urgente. Juntar dinero y largarme de ese lugar. No soporto más. No quiero ser cómplice de esos dos desvergonzados. – Soltó enderezándose en el amplio sillón mientras miraba a sus amigos, quienes cruzaron miradas apenados. – Los Odio. – Musitó.

- No preciosa. No los odias. – Aclaro Mandi hundiendo la cuchara en el bote de helado. – Eres muy pura como para odiar a alguien. Lo que sí... provoca impotencia y nauseas toda esa situación. Yo no podría aguantar tanto. Para serte sincera.- Concluyó haciendo una mueca de desagrado.

- Quiero salir de ahí, no creo aguantar los dos meses que faltan.

- Mmmm.... - Comenzó Seo. – Tú necesitas trabajo y la empleada de Vince acaba de renunciar. ¿Qué opinas si...?

- No lo sé... no le caigo muy bien a su "prometido". – Summer se encogió de hombros.

- Él da esa primera mala impresión. – Agregó Mandi obteniendo un almohadazo en respuesta por parte de su amado esposo. – Hey! – Gruño devolviendo el gesto.

Summer sonrió ampliamente al ver a ese par jugueteando como niños.

- Los quiero. – Dejo escapar en un susurro que alcanzo los oídos de Mandi, haciendo que detuviera todo sus movimientos y salga de encima de su marido para abrazar a su amiga.

- Nosotros más. Dile Seo. - Incitó con un pequeño golpe en el hombro del mencionado.

- De hecho queríamos adoptarte pero Danielle se opuso. – Agrego él haciendo un gracioso gesto con sus hombros. – Ya vuelvo.

- Muy bien. Ahora que estamos solitas. No quiero que vuelvas a derramar una sola lágrima por el imbécil de Derek Smith. ¿De acuerdo? Eres una persona maravillosa y es él el que se lo pierde. No tú. ¿Bien?

Mandi Kim era de esas personas que tenía las palabras juntas para cada ocasión. Cada vez que la jovencita presentaba alguna duda o inconformidad en base a su cuerpo o apariencia, Mandi se tomaba sus largas horas de charlas motivacionales.

"Debes amarte y aceptarte primero Tú. Eres preciosa, eres inteligente. Y el pobre infeliz que se cruce por tu camino deberá aceptarte tal cual eres"... comenzaban sus miles de charlas.

Lástima que el efecto durase hasta llegar a casa, donde el brillo de sus ojos se desvanecía junto con su preciosa sonrisa gracias a los comentarios de su adorable madre.

"Estás gorda. No haces nada. Tienes poca gracia. No habrá quien te soporte. Parí una niña/niño. Eres el fiel retrato de tu progenitor. Eres un fracaso. NO TE SOPORTO. Pobre del que ponga sus ojos en tremenda cosa amorfa. Morirás virgen..."Entre miles de insultos más.

Al menos los golpes cesaron a partir de los 14 años.

Amelia guardaba un rencor desenfrenado contra su hija, algo que ella no lograba comprender.

¿Quién salvo a Summer de su trastorno alimenticio? Amanda Bells (Mandi Kim desde que se casó hace, apenas, un año) la consejera escolar.

Mandi trabajaba en el mismo establecimiento donde los hermanastros Wang asistían. Y nadie mejor que ella para notar el cambio y desmejoramiento físico que presentaba su pequeña Summer.

Ante sus sospechas, indagó obteniendo una negación como respuesta. Cuando se lo comentó a la Sra. Wang en una reunión, no vio a la menor por dos días. Había faltado a la escuela presentando parte médico por enfermedad. Pero cuando la pequeña de 12 años extendió su mano para entregar dicho certificado, Mandi pudo apreciar las marcas violáceas que adornaban su muñeca.

Su labor moral estaba en juego, no podía permitir que la menor sufra violencia familiar, menos por su culpa. Summer termino contándole toda la verdad, admitiendo que su madre la maltrataba física y verbalmente. Y rogó, vaya que lo hizo, rogó para que nadie lo supiera porque de llegar a oídos de su padre éste podría tener una recaída. Siendo que recién había salido ileso de su primer infarto.

Desde entonces Mandi se convirtió en la figura materna que tanta falta le hacía. Así conoció a los hermanos Kim, ganándose el cariño de esa hermosa familia.

Vince, el hermano menor de SeoJoon, con su carácter extrovertido se convirtió en su mejor amigo. Y le contagio algunas manías, como sus gustos por la música, la moda y el arte. A pesar de la notoria diferencia de edad, ella se siente segura y muy confiada con ellos. Lo que sí no solía decirlo a viva voz, por su timidez.  

Lo único que logro hacer fue asentir a las palabras de Mandi para luego dirigir la mirada al final del corredor por donde un muy simpático Seo hacia su aparición con su pequeño niño en brazos. - Mira quién vino a visitarnos pequeñín. Si, tu tía favorita. - Canturreaba con voz infantil el flamante papá.

Summer se puso de pie y se acercó al bebé de ocho meses que le regalaba una sonrisa brillante mientras extendía los bracitos en su dirección.

- Oh, ven aquí cosita. - Dijo recibiendo al bebé, plasmando un dulce beso en su frente. - Realmente no se que sería de mí sin ustedes. - Declaró con las mejillas encendidas.

- Abrazo familiar. - Exclamo Mandi arrastrando a su marido contra sus dos pequeños.

- Prométeme que vas a pensar sobre la propuesta de trabajo. Vince aceptará encantado. - Le susurró Mandi regalándole un guiño.

- Bueno, vamos a cenar y a dormir. Mañana será un día largo. - Agrego Seo, abandonando la sala para instalarse en la cocina y comenzar con la cena. - Ni te atrevas a decir que no SumSum.

- E-esta bien, papá. - Contestó jugueteando con las manitos del bebé que no dejaba de mirarla y sonreírle. - Sabes Jun... eres muy afortunado. Tus padres valen su peso en oro. - Le susurró al pequeño bodoque.

Por una noche podría dormir en paz y segura en el calor de su amada familia postiza.


Touch~ (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora