~ Six

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  Jae-Beom pasó todo el fin de semana pensando en esos hermosos ojos marrones que no lo dejaban dormir.

 En parte estaba preocupado por la dueña de los mismos, ya que lo último que supo de ella fue que había llegado sana y salva a destino. Pero la tristeza que se apreciaba en esa mirada bastó para dejarlo perdido. Fue imposible ver más allá de ellos, ni siquiera se había detenido a ver el cabello de la joven, ni sus labios, ni el color de su piel... sólo un par de ojos marrones nublados por las lágrimas.

 JB - como solían llamarlo- y Jackson se conocieron hace dos años, pero en todo ese tiempo jamás había tenido la oportunidad de cruzarse con Summer. Tampoco supo de ella por parte de su amigo puesto que éste nunca la mencionaba. O a lo mejor sí, pero no de la forma correcta.

 Y ahí estaba JB, en esa cafetería con la mirada perdida en el ventanal que daba al parque, revolviendo de forma automática su café pensando en qué...en ella.

Su hermosa acompañante, una joven de cabello negro largo y ondulado recogido en una cola de caballo, de tez blanca y unos ojos azules muy cautivadores, lo miraba aburrida. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que llegaron? 20 largos minutos. 

De vez en cuando la chica levantaba una ceja o hacía ruidos con la boca para llamar su atención. Pero nada. Nada de nada.

  - Mira... ¡Un chancho volador! - Exclamó de repente señalando hacia el parque.

- Ajam... - Balbuceo él ganándose una patada en la rodilla. 

- Mocoso insolente. ¿Quién es la pobre victima? - Su cara era una fabrica de muecas chistosas.

- Aaauuuuch Nina, eso dolió. - se quejó el pobre mientras sobaba su rodilla.

- No más que a mí, idiota. - Agregó ella con tono dramático.

- Te pareces a mamá.

- Y tú a papá. 

Ambos se miraron de forma desafiante para luego estallar en risas.

- Y bien... ¿Vas a contarme? - Insistió la joven.

- No hay mucho que contar... la vi por escasos segundos el sábado.

- ¿Y cómo es? - La esbelta muchachita afirmó ambos codos sobre la mesa para luego apoyar su rostro entre las manos mostrándose muy interesada.

- Emmm.... - Comenzó muy apenado mientras se rascaba la nuca y miraba para cualquier lado evadiendo los ojos saltones de su hermana mayor. - Solo pude ver sus ojos, paso hecha un mar de lágrimas frente a mí. 

Volviendo a su pose normal y mostrándose rotundamente indignada, Nina prosiguió con el interrogatorio.

 - ¿Dónde la viste, en qué calle? ¿Es alta, baja?

- Tranquila. - Jae levantó las manos y cruzó dos dedos formando una cruz. - La vi en casa de Jackson.

Al escuchar ese nombre la joven borro su sonrisa tensándose de inmediato. El pobre Wang se había ganado una pésima reputación entre sus conocidos. Presumido, arrogante, mujeriego y el asociar a la chica con él no trae nada bueno.

Al ver la postura seria e incómoda de la chica, tuvo que aclarar cuanto antes la situación. 

- No es lo que te estás imaginando. Acompañé a Matt a casa de Jack por unas partituras y justo cuando estábamos por tocar la puerta ésta se abrió de golpe. Habremos conectado miradas en un suspirar. Ella cortó la conexión y salió corriendo. Al ver al idiota supremo aparecer tras ella, Matt pensó que se trataba de...ya sabes... otra más, pero resultó que no. La chica es su hermana.

- Hermanastra.  -Lo corrigió sorbiendo de su tazón. 

De pronto sus ojos se iluminaron abriéndose como platos. - ¿La conoces?

- Si. - Contestó arrepintiéndose en el acto. - Ay Jae, esa chica... justo ESA chica. - Se lamentaba moviendo la cabeza en negación.

- Convengamos que no había otra en ese momento. 

- Estúpido...esa chica no esta bien.

 Nina dudo por un momento, no quería esfumar la poca ilusión de su hermano pero es preferible que se entere de todo ahora y por ella misma.

- Summer Wang Green... es esa chica que llegó a la guardia por sobredosis. Ese habría sido su segundo intento fallido.

- Demonios. - JB frunció las cejas mientras se aferraba a su taza. 

 Recordaba haber visto mal a su hermana por el caso de la chica que llego al hospital al borde de la muerte. Era su segunda noche de guardia y la primera vez en presenciar algo así. 

- Nina... ¿Crees que él...?

- Cuando hablé con Amanda Kim, su tutora, me comentó muy al pasar que había problemas con su madre, que mucho no se podía hacer. 

- Amelia...esa mujer jamás me cayó bien, menos después del sábado.

Nina entró en alerta, ¿acaso esa mujer se atrevió a hacerle algo a su hermano?

- ¿Te trató mal? Dímelo así vaya y le regale una linda patada en su rodilla.

- No, a mí no. No importa.

JB intentó desviar el asunto, no tenía ganas de dar explicaciones.

- Jae... - Comenzó ella dirigiendo la mano en su dirección. - Prométeme algo.

- Ya lo veo venir. - 

- Im Jae-Beom prométeme que no intentarás nada con esa chica.

- Im Nina...

- Por favor. – Insistió ella con ojitos brillosos.

- Ni siquiera sé si la volveré a ver. – Susurró desganado bajando la cabeza en derrota.

 Nina conocía muy bien a su hermano, éste se pasaría las advertencias por las plantas de los pies. Pero valía la pena intentar. ¿O no? 

- Oye... no te pongas así, yo solo quiero tu bien. Te amo idiota.

- Yo también, estúpida. - Le contestó con una sonrisa.

 -Ahora cuéntame... ¿Qué tal New York?

*****

Touch~ (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora