~ Nine

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El restaurante de Jeon Ho-Gguk era uno de los más lujosos de toda la ciudad. Exclusivo en ofrecer los mejores banquetes para importantes cenas de negocios.

Era un lugar muy amplio, con inmensos ventanales y unos majestuosos candelabros de oro de donde colgaban delicados cristales. Las mesas estaban recubiertas por manteles color crema, y en el centro posaban unos agraciados jarrones beige con orquídeas y rosas blancas.

No había muchos invitados, por lo tanto la velada transcurría de forma amena.

En una de las mesas se encontraba ubicada Summer junto con la familia Kim y los amigos más cercanos de Vante. Kim Sun-Hee - madre del flamante novio - se dirigió a la joven para susurrarle un par de cositas rompiendo con su poca tranquilidad.

- Me encanta Jeon, no me malinterpretes cariño pero... estaba convencida de que tú terminarías casándote con mi pequeño tesorito.

- Mamá Kim... – Muy avergonzada Summer detuvo todos sus movimientos clavando la mirada en la mesa.

- Mamá estás incomodando a nuestra hija adoptiva. – Reprochó Mandi con el ceño fruncido, mientras le daba de comer a su bebé.

- Ya, ya. Sólo estoy diciendo la verdad. – La mujer movió las manos restando importancia al asunto. – Hubieran sido una pareja exquisita, ya hasta había soñado con los pequeños Taehyung y Solar.

- ¿Y esos "pequeños", mamá? – Seo miró a su madre desconcertado, hubiera jurado que en su vida escuchó sobre aquellos niños.

- No preguntes... - Le murmuró Mandi poniendo los ojos en blanco.

- Mis nietos. – Bramó la mujer al ver que ninguno había captado la indirecta muy directa. - Los hijos de Vante y Sum... olvídenlo, ya ni al caso. – Concluyó mostrándose rotundamente indignada, ganándose tres pares de ojos sobre su ser, quienes no querían creer las barrabasadas que acababa de largar.

Por fortuna, o desgracia - según como lo miren - su esposo había llegado a la mesa ubicándose a su lado. Al ver a sus hijos perdidos, vaya a saberse en qué, se limitó a arrasar con su plato de mariscos. Pero en medio del engulle apuntó a la jovencita con su tenedor para comenzar con el interrogatorio.

- Niñita, ¿cómo has estado? ¿Cuándo vuelve tu papá? ¿Y el novio? No vayas a salirme con que no tienes porque no te voy a creer.

Mirando para todos lados y analizando cada perímetro en busca de una salida de emergencias para poder huir despavorida, Summer sonrió tímidamente poniéndose más roja de lo que ya estaba. ¿Pero qué diantres les pasaba a sus "suegros" no suegros?

Mandi, a quién tampoco le cayeron en gracia aquellas preguntas que salieron disparadas como dagas en dirección a la pobre niña, se adelantó en contestar por ella.

- Nerviosa, gracias a ustedes. Daniel vuelve el domingo para la ceremonia oficial y no, no tiene novio. ¿Sería tan amable de pasarme la sal, padre? – Concluyó regalándole una de esas macabras sonrisas que esbozaba cuando ya se sentía al límite.

Antes de que el hombre pudiese articular palabra, Vante apareció junto a Gguk para verificar como iba todo. Al fin unos segundos de paz.

Luego de la cena, llego el brindis. Seok-Jin - futuro padrino de bodas - ofreció un breve, pero emotivo, discurso que puso al límite de las lágrimas a todos los presentes. Al finalizar dio lugar a uno de los amigos de Gguk que tras desearles a los futuros esposos lo mejor en su nueva etapa, pidió permiso para proyectar un video homenaje, el que recolectaba fotos, momentos y palabras para los agasajados.

Lo que a Summer le llamó mucho la atención sobre el video fue que después de la sesión de los novios ( fotos de cada uno desde su más tierna infancia hasta la actualidad), aparecieron fotos de ellos con sus familiares y amigos. Muchos contaban con una sola foto, en cambio ella... había aparecido en la mayoría. Junto a Jun y Mandi; Jun, ella y Seo, cocinando con Vante y SunHee. Compartiendo una cena familiar donde también figuraba Gguk, fotos de una escapada familiar a la playa. Y una foto en particular que ni sabía que existía: Ella admirando embobada a Gguk mientras éste tocaba el piano.

De pronto el recuerdo se hizo presente.

Había llegado a casa de los Kim, como cada viernes, y se sintió tan atraída por la suave melodía que pasó derecho al salón dándose con la novedad de que era Gguk quién tocaba apasionadamente esa pieza musical. Absorta en sus pensamientos afirmó sus antebrazos sobre el hermoso piano de cola negra, manteniendo los ojitos cerrados para disfrutar de lleno del sonido envolvente. Cuando la melodía llegó a su fin, Gguk carraspeó haciendo que la joven despierte de ese maravilloso sueño.

- P-perdón. – Balbuceo apenada.

El joven de cabello negro sonrió para luego preguntarle que le había parecido. Recuerda que en ese momento él señaló el lugar a su lado en el banquillo invitándola a sentarse.

Esa fue la primera vez que pudieron conversar e intercambiar ideas, compartiendo un grato momento. Conociéndose un poquito más y afianzando, porque no, su intento de amistad.

Al parecer Vante había contemplado la cercanía desde la cocina  inmortalizando todo en aquella foto que acababa de proyectarse.

El trió se dedicó una mirada cargada de sentimientos, sonriéndose con complicidad.

*****

Lamentablemente la noche había llegado a su fin. Mientras la parejita se despedía de sus invitados, agradeciéndoles su participación, Mandi y Seo conversaban con la pequeña Summer, tratando de disculpar las impertinencias de los señores Kim.

- Siento si mis padres se comportaron de ese modo. Son muy asfixiantes pero en el fondo son buenas personas. –

- Ay Seo...de verdad lo he pasado muy bien.

- Recuérdame traer un bozal para la próxima. - Lanzó Mandi ganandose una mirada desaprovatoria por parte de su marido - ¿Qué? No me mires así. Sumi, ¿te quedas con nosotros o...?

- De hecho.... Necesitamos ultimar detalles con nuestra madrina. – Dijo Vante apareciendo de la nada. – Prometo llevarla a su casa después. ¿Siiii~? – Canturreo con ojitos de cachorro.

- ¿Qué dices Sum? Todo depende de ti. – Mandi la abrazo por los hombros sonriéndole con dulzura.

- Por mí no hay problema. A menos que Jun necesite de su tía favorita.

- De verdad me lo vas a poner difícil niño. – El rubio elevó a su sobrinito por los aires haciéndolo carcajear.

 Seo recibió a su hijo en brazos y luego arregló con Summer el pedido que había encargado Daniel. Se despidió de su hermano con un abrazo de oso, de su cuñado con un apretón de manos y dejó un beso en la frente a su "hija adoptiva", siendo seguido por su esposa que, para hacer el asunto más sencillo, les tiro un beso volador a los tres.

Una vez que quedaron solos, siendo observados por Gguk desde la entrada del restaurante, Summer rompió el silencio.

- Dígame jefecito, ¿Qué se le ofrece?

V. relamió sus labios mirándola desafiante, luego enrolló uno de sus brazos en la cintura de la jovencita para apegarla más contra su cuerpo. La pobre se tensó de inmediato ya que jamás habían tenido un contacto tan cercano.

- Gguk y yo necesitamos pedirte un favor. Será mejor que vayamos a la oficina para más...privacidad. – Susurró con voz ronca y melosa en sus oídos.

La joven fijó inmediatamente la vista en el azabache buscando alguna señal de desaprobación, pero lo único con lo que se encontró fue con que el susodicho los miraba con cierta picardía. 

Sudando frió comenzaba a arrepentirse de quedarse.

Touch~ (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora