~Four

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- Necesitamos hablar. Ahora. – Ordenó con voz rasposa y demandante el castaño.

Summer detuvo cada uno de sus pasos en ese preciso instante. Su respiración se volvió pausada, su agarre en el barandal se hizo más fuerte a la vez que un frío recorría su espina dorsal. – NO. – Fue lo único que salió de sus labios.

- Ahora. – Repitió esta vez suavizando el tono de su voz.

La joven se dio vuelta lentamente y bajó solo un escalón. Era evidente el margen que quería mantener. Se cruzó de brazos y mirando sus pies contestó.  - No hay nada de qué hablar.

- Pues, te equivocas. Te vas así como así en medio de la noche...

- ¿Pretendías que me quede a escuchar como encendías a mi madre? ¿Acaso eres IDIOTA? – Gritó indignada.

- No me hables así.

- A ver ¿Cómo quiere el señorito que me dirija a él? – Preguntó sarcásticamente.

- Fuiste a casa de los Kim por ese rubio desabrido... NIEGALO. – vociferó.

- Eres... eres imposible Wang. – Cansada intentó retomar su camino.

Él la siguió de inmediato, cuando ella intentó entrar a su habitación Jackson la tomó de la muñeca y la estampó contra la pared.

- N-no te atrevas. – las palabras salían a modo de susurro, entre cortadas. – Por favor. No... no nos hagas esto. – Ahogó una risa mientras sus ojos se aguaban.

Hacía mucho tiempo que Jackson no entraba en cólera con tanta facilidad. Summer era su droga y su medicina al mismo tiempo.

- No entiendo que quieres...que buscas. ¿Por qué no me dejas tranquila? – Murmuró bajando la cabeza para evitar mirar a su hermanastro a los ojos y terminar de quebrarse en ese momento.

- Te quiero a ti. Te busco a ti. Quiero que vuelvas a mi. ¡Qué te refugies en mí!

- Eres un hipócrita.

- Lo soy. Un hipócrita que te quiere y tiene que conformarse con verte de lejos.

Summer levantó la cabeza y se encontró con un Jackson realmente dolido, quebrado. Sabía que en ese momento tenía todas las de perder y si de verdad quería lograr librarse de todo el embrollo debía ser más dócil.

- Por favor...Jackie. – Dijo en un tono más suave. – Suéltame, ¿sí? Estoy muy cansada. Ambos necesitamos descansar un poco. Déjame dormir y después seguimos por las buenas. Lo... lo prometo. – Sonaba tan dulce como sincera.

Él aflojo el agarre y la dejó ir asintiendo, sabía que ella tenía razón.

Cuando Summer por fin cerró la puerta de su habitación, él afirmo la frente y el puño izquierdo contra la misma. El pecho le ardía, la respiración le pesaba y pequeñas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas.

"Maldito demonio disfrazado de ángel". Pensó, tragando el nudo que se había formado en su garganta. Pasados unos minutos el ruido de un manojo de llaves lo volvió a la realidad haciendo que se encierre en su habitación de un portazo. – "Bienvenida al Infierno, MAMI" – emitió entre dientes. Odiaba a esa mujer con todas sus fuerzas.

*******

"Hola, soy Jackie y a partir de ahora seremos hermanos" –

De éste modo se presentaba un pequeño Jackson de 10 años muy animado y Feliz.

"Sabes... siempre quise tener una hermanita para protegerla." – Decía mientras se sentaba al lado de la pálida niña.

"Yo, siempre quise tener un hermano. No me gusta estar sola." – La pequeña jugaba con el doblez de su vestido rosa chicle sin dirigirle la mirada.

"¿Qué pasa? ¿No te gusta tu vestido?"

"No me gusta el color rosa. Mi mami dice que tengo que vestirme así para com... com... - intentaba recordar la palabra exacta - compensar. Si, algo así. Para compensar mi poca gracia." – Contestó la niña de seis años haciendo una mueca de desagrado.

"A mí tampoco me gusta ese color"

"¿Cuál es tu color favorito? – Preguntó mostrándose muy curiosa.

"Era el rojo".

"¿Era? – Repitió ella frunciendo el ceño y los labios al mismo tiempo.

"Claro. Ahora tengo un nuevo color favorito. El marrón de tus ojos" – Contestó muy seguro de sus palabras.

Ambos niños estallaron en carcajadas, siendo observados a la distancia por un joven Danielle y su nueva esposa. "Ves.... Se llevarán bien. Al fin seremos la familia que tanto soñamos"

"Claro, cariño" – Respondió Amelia, quien a diferencia de su marido no le causaba ni la más mínima pizca de gracia la escena infantil.

Cuando Summer cumplió los doce años, Jackson fue el primero en saludarla entregándole una bolsa con dulces y un regalo en particular.

"Feeeeeeeeeeeeliz cumpleaños. Ábrelo, vamos. Quiero ver tu cara" – Suplicaba más entusiasmado que la homenajeada.

Una somnolienta rubiecita no entendía nada de lo que estaba pasando. Pues su, ahora, proclamado hermano mayor la fue a despertar dando brincos en su cama.

"Gracias Jackie. Pero son las cinco de la mañana" – Dijo tomando la bolsa entre sus manos y volviéndose a acostar.

"Vaya niña más floja" – Se paró a su lado para zamarrearla.

"Bien, bien ya entendí" – Summer se sentó y comenzó a sacar los dulces. Cuando sus manos tocaron algo suavecito abrió los ojos como platos, casi mete la cabeza en la bolsa para ver de qué se trataba. Era un peluche y una tarjeta hecha a mano por el mismo Jackson.

Ella abrazó con todo su amor la ovejita afelpada y luego leyó la tarjeta en voz alta: "Que tengas el mejor de tus días hermanita. Te amo. Jacki"

Inmediatamente se giró para abrazar a su hermano. "Gracias, gracias, gracias" – Exclamó muy feliz por la atención.

"Sabía que iba a gustarte" – Se limitó a contestar él con una sonrisa.

Cuando el abrazo se suavizo ambos quedaron mirándose por unos largos minutos. De pronto algo extraño sucedió. Sus sonrisas comenzaron a borrarse transformándose en dos finas líneas.

Él bajó la mirada a los labios de la rubia y ella imitó la acción. Y en una fracción de segundos sus labios se sellaron en un dulce beso. Ambos cerraron sus ojos y contuvieron la respiración. Al terminar tan bonito e inocente acto juntaron sus frentes permaneciendo de ojos cerrados.

"Te amo Summer" – 

"Te amo Jackie" – 

Ambos volvieron a guardar los dulces en la bolsa y se acomodaron para volver a dormir, esta vez juntos y abrazados.

Lo que habría sido el mejor regalo de cumpleaños pronto se convertiría en la peor de las pesadillas, puesto que Amelia había presenciado todo escondida detrás de la puerta.

Touch~ (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora