Final alternativo : Juntas

3.9K 273 149
                                    


.

.

.

En cuanto escuchó el crujir de la puerta, Natalia levantó su vista, esperando como agua de lluvia que saliese alguien. Y ese alguien fue Afrika. Se puso de pie y tan rápida como pudo se acercó, seguida de Damion.

Alba iba a estar bien. Lo iba a estar. Su instinto lo presentía. Esbozo una media sonrisa para convencerse a sí misma de ello.

Tomó con cierto temblor el brazo de Afrika para que la mirase, pues había salido con el rostro fijo en el suelo, exhausta por las horas de servicio.

—Afrika...por favor...—le suplicó la información. Necesitaba escucharlo—.

Ante la profunda mirada de la comandante, tras un largo suspiro, la más morena alzó la suya para conectar con la de ella.

.

.

Natalia jamás olvidaría ese momento.

.

.

Vio cómo Afrika, aún teniendo los ojos aguados por la emoción, dejó entrever una sonrisa agridulce. Entre respiraciones entrecortadas cogió las manos de Natalia con delicadeza.

—Se va a recuperar...—a Natalia el peso que albergaba su corazón hizo que parase por un momento—Natalia, se va a recuperar...—repitió Afrika cogiendo entre sus manos su rostro—.

Los ruidos de alivio  de todos los presentes resonaron por el pasillo. Su reina estaba bien.

Un gran suspiro salió de la boca de la comandante, que parecía haber dejado en él toda su alma. Dos lágrimas que se habían contenido con fuerza cayeron por sus mejillas. Y tras ellas llegaron más. Arqueó sus cejas y tomó los hombros de Afrika entre sus manos.

Quiso decir algo pero las palabras no le salían. El nudo de su garganta era ahora a causa de un gran alivio.

—Ahora mismo está muy débil...—siguió explicando con voz trémula la médica—...Hemos podido salvarla de milagro, el veneno se había extendido ya mucho, pero se ha logrado extraer casi todo...—una gran sonrisa apareció en su cara—En unas semanas estará como antes...

Natalia no la dejó decir nada más, pues desesperada echó sus brazos sobre ella, apretándola contra su cuerpo, llena de gratitud.

—Gracias...gracias...—sin apenas voz, la comandante descargó todos sus miedos en Afrika, dejando paso a un sentimiento de esperanza que calmó todo su ser—.

La médica, emocionada por igual, correspondió aquel abrazo, dejando que sus ojos soltasen la carga que llevaban. No se podía sentir más realizada que en aquel instante, al ver que lo habían conseguido.

Natalia se separó de ella, observando cómo Damion también lloraba a su lado, con una sonrisa en los labios. Aceleró su paso para acercase a la puerta. Notaba sus piernas temblar por los nervios.

Allí estaba.

Aún malherida, aún envuelta en vendajes, con sudores fríos e inconsciente...pero viva. Estaba viva.

La morena se abalanzó y apoyó sus codos en la cama, tomando el rostro de Alba entre sus manos, acariciando cada milímetro de sus mejillas, de sus labios entreabiertos. Su sonrisa hizo que sus lágrimas cayesen entre las sabanas. Besó tiernamente la mano de la rubia y cerró los ojos. En su cabeza no paraba de dar eternas gracias por volver a verla. Alzó su vista hacia ella. A pesar de estar en un profundo sueño, el ver cómo su pecho subía y bajaba, calmaba su corazón. Respiraba, seguía con ella.

Bajo el mismo Estandarte // AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora