Team Fortress 2: Destruye la maldición

Capitulo 18

*Advertencia, este capitulo puede contener un poco de partes "fuertes", asi que fui precisa al momento en que se explica. Pueden saltar este capitulo si quieren gracias*.

Narra Allyson

Nos sentamos en la orilla de la cama por unos minutos charlando y el hizo que sacara los peores recuerdos de aquel lugar.
Le conté precisamente el momento de ejecución de Amy por mí culpa, le hice que tuviera el valor para decir que tenía el derecho de su propía vida y que nadie la podía obligar a quedarse en ese lugar solo para ser "una mujer mejor". Lo que sucedio fue que cuando termino su explicación a Bree no le parecío correcto, solo con un chasquido ordenó a los guardias a que me quitaran de donde estaba de Amy y a ella la tomaron por la fuerza llevandola con Bree a donde estaba escuchandola. Me sostuvieron con fuerza y yo pataleaba y peleaba para que me liberaran pero no podía, gritaba el nombre de mi amiga una y otra vez, que la dejaran en paz y que fue mí idea, lo más fuerte y traumatico para mí fueron los gritos de miedo de Amy cuando una maldita guardia le disparó en la cabeza matandola. Mi reacción fue solo gritarle a Bree el como pudo haber cometido tal atrozidad, golpee a un guardia que me sujetaba pero Roberta me tomó de mi muñeca y me arrastro furiosa a una habitación lejos del todo el caos que había sucedido, me lanzó al suelo encerrandonos ambas para que solo empezará a regañarme de la estupidez que Amy y yo cometimos. Trataba de explicarle a Roberta que esto no tuvo que haber pasado, que Bree no tuvo que matarla, recuerdo que Roberta solo me recalcó que de aquí nunca podría salír y que si iba a abrir la boca terminaría así, ella captaba en como yo me sentía pero no podía tampoco salir tan facil. Solo me aconsejo que mantuviera boca cerrada, sonriera y me mantuviera lejos de las demás damas, al final ella solo me "consoló" diciendome que en un rato tendría mí castigo, me dijo que dejara de llorar y pensará en lo que hice mientras que ella me dejo abandonada en esa habitación, obvio solo quedé con la imagen de Amy y su cadaver en el suelo, por dios solo era una niña pensé.

Estuve encerrada en ese lugar por casi media hora, escuché como abrieron la puerta y yo di un pequeño brinco por el miedo, eran dos guardias super fuertes y no lo pensaron al momento de llevarme a la fuerza a la habitación del castigo, acepté mi destino y no luché por el miedo a que si me atrevía a atacarlos talvez terminaría muerta. Cuando llegamos ellos me llevaron como a una columna para esposarme de ambas manos y que me quedara de rodillas ahí, mi cabeza estaba hacia abajo y por unos instantes observé que ambos sujetos se pusieron a los lados a un metro de cada lado, a continuación escuché como la puerta se abrío y como el sonido de unos tacones se aproximaba a mí, era Bree solo diciendome friamente que era una verguenza, que por mí culpa cree un desastre y que lo cobraría caro, ella volvío a chasquear los dedos y uno de los guardias sacó un latigo, de esto se trataba mí castigo. Golpe tras golpe mis quejidos y gritos de dolor se escuchaban en toda la habitación ya que provocaba eco, solo podia captar la sombra de Bree pero por unos instantes la puerta también se abrio y entró apresurada Lucy para que detuvieran mí tortura, antes de que ellas discutieran por un rato Bree detuvo los golpes y Lucy empezó a negociar con ella para que me dejaran en paz, estaba tan adoloridad que ya no quería ni escuchar nada porque no tenía la esperanza de que Lucy convenciera a Bree a que me dejara, esa mujer es muy dificil, pero para mí suerte solo Bree les dijo a sus guardias que me liberaran y me sacaran de ahí con la ayuda de Lucy me llevó a que me revisarán y tratacen un poco el dolor, todo lo demás que sucedio despues fue con mí charla con Roberta sobre nuestro escape, la cena y cuando huí de allí.

No pudé evitar en llorar en algunas partes, me daba verguenza de que Mundy me viera así, pero necesite explicarle para que entendiera lo que estaba pasando; el empezó solo a consolarme acariciando mí espalda y abrazandome diciendome que prontó acabará y que solo fue y será un recuerdo y que nunca se volvería a repetir.