¿Quien eres?

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El domingo, al dia siguiente de la salida en grupo, y cita fallida de Jaebum, este necesitaba despejarse y entro en el videojuego.

Habia olvidado que se encontraba en un lugar arido y desierto. Vio de lejos a Ars, mirando el muro que había sido destruido.

-Hola.

-Hola-contesto Ars.

-¿Ya no te asustas?

-Estoy acostumbrado a que aparezca de la nada.

Jaebum rio y negó.

-Y bien, ¿cruzamos?

-Si, ya no podía esperar mas.

-Parece un castillo en ruinas.

-Si, creo que lo es.

Caminaron por donde parecía que era el jardín del castillo, el cual era inexistente por que la zona era un desierto, era muy extraño pero aun no había ningún enemigo por la zona.

Encontraron la puerta de entrada y preparándose por lo que pudiera encontrar tras esta.

Efectivamente, mas entrar había cuatro monstruos que parecían momias, las cuales mataron con dificultad, ayudándose unos a otros, porque si estas gritaban o te miraban a los ojos de tu personaje, a este lo paralizaba sin poder moverse o defenderse.

Lo curioso fue que cuando consiguieron matar a una de las momias, las otras dejaron de luchar y fueron a llorar la muerte de su compañera.

Los dos aprovechándose de la distracción de metieron por unas de las puertas, pero sintiéndose ambos mal y confusos por lo ocurrido.

Recorrieron los diferentes pasillos del castillo, matando monstruos mas normales que aquellas momias, aunque se encontraron mas tarde con otro grupo, pero intentaron ignorarlas.

En este castillo había demasiadas escaleras, jardines interiores y pasillos. A parte de monstruos, pero eso era normal en este juego.

Tanto andar y matar monstruos, habían ganado bastante dinero, lo cual les vendrá bien para comprar, y mucha experiencia.

-¿Sabes una cosa?-comenzó Ars en un momento tranquilo

-Me da la sensación que este no es el ultimo templo.

-¿No?

Jaebum no sabia ya que era la primera vez que jugaba a estos juegos, por eso aun era tan torpe jugando.

Al poco tiempo giraron y encontraron una sala, con mas de las momias aquellas, pero con una gran puerta al fondo.

Ese seguramente era el malo final, pero no tenia la típica llave con en los demás templos, quizás tenga razón y este no era el templo.

Entraron por aquella puerta enorme y mas entraron, vieron lo que había sido una sala del trono, pero se encontraba en ruinas.

Estaba muy oscuro, a penas entraban luz por las ventanas, las cuales estaban muy altas.

Caminaron hasta el centro de la sala y el suelo comenzó a temblar como si fuera un terremoto.

Ambos se asustaron, parecía que se iba a caer el techo encima de ellos.

-Oh, tu insolente, que has traido lo impensable a una tierra tan oscura como esta...-hablo una voz, pero no sabían de donde provenia.

La poca luz que entraba por las ventanas, fueron tapadas con una especies de cortinas, sucias y viejas, evitando que entrara la luz.

-Mis sirvientes han caído sin honor ante la luz que te guía.-continuo la misteriosa voz.- de todos modos...- la voz pertenecia al rey que se encontraba sentado en su trono, pero era un esqueleto, junto a dos esqueletos mas- la oscuridad en la que viven mis sirvientes esta yéndose después de todo.-añadió- debes verlo con tus propios ojos...-el rey se levanto de su trono obviamente enfadado-...¿Qué tipo de oscuridad es realmente?