Capítulo 4

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No sé cómo ni cuándo, pero me encuentro en la puerta de mi apartamento, el día había sido un proceso largo y agotador. Luego de regresar del almuerzo tuve que ponerme a planear la agenda de actividades para todo el mes, revisar el piso en que se llevaría a cabo la exposición, informar a los trabajadores que me ayudarían con la labor…me encontraba exhausta y agradecida de regresar a casa. Lo primero que hago es arrojar mis zapatos lo más lejos posible para sentirme cómoda. Mientras avanzo por la sala encuentro una nota de Cath sobra la mesilla.

SALÍ A BUSCAR COMIDA,
VUELVO EN CINCO MINUTOS.
PD: CUIDA A CUQUITA.

Miro de reojo al maldito pollo que se encontraba durmiendo sobre los cojines del sofá, controlo mis instintos asesinos y elijo encaminarme hacia la cocina en busca de una botella de vino que guardo en la nevera, me sirvo un poco en una copa y retorno a al salón.

El día se estaba desenvolviendo de mala manera y necesitaba relajarme. Agarro mi ordenador por si me entra la necesidad de trabajar y me lanzo en el sofá junto a Cuquita de manera tosca provocando que despierte en forma estrepitosa. Era divertido ver cómo le sobresalían los ojos entre tanto plumaje.

— ¿Quieres vino? —le digo al pollo.

Dios, tenía que estar muy mal si le estaba hablando al animal como una persona. Dándome cuenta de lo ridículo de la escena sonrío un poco, llevo la copa a mis labios mientras acaricio al plumífero con forma de peluche ¿Por qué, después de tantos años tenía que volver a encontrarme con Alex? ¿Por qué ahora? ¿Por qué aquí?

—He vuelto— grita Cath desde la entrada, cuando se asoma a la habitación parece anonadada por lo que ve— ¿Te encuentras bien?

—Sí, ¿pasa algo? —enarco una ceja sin saber a lo que se refiere.

—Primero: tú nunca, pero nunca tocas a mi mascota y menos si es para acariciarla. Segunda: te ves deprimente y tercero: cuando te sientas de esa manera, con una copa de vino es que algo malo ha pasado, así que desembucha, ¿qué ocurre?

Intento disimular una sonrisa, no quiero preocupar a mi amiga, sin embargo, Cath me conoce demasiado bien y no dejará pasar el tema.

—Nada importante, solo un mal día de trabajo.

— ¿No te dieron la promoción?

—Peor.

— ¿Cómo podría ser peor? —se muestra aún más curiosa.

—Para lograr el ascenso tengo que hacer de asistente del fotógrafo más importante de este año hasta que monte su exposición.

—Alex Meelark.

— ¿Lo conoces? olvídalo mejor no me respondas.

—¡Claro que le conozco! —exclama Catherine—Lleva más de un año en el puesto número uno de los fotógrafos más famosos de la década.

Volteo los ojos sin poderme creer lo que escuchaban mis oídos ¿Cómo diablos un idiota que no sabía ni utilizar la cámara fotográfica de un móvil ha llegado a tener tanta importancia? Ante mi falta de comentarios, mi amiga continua hablando.

—Te has tenido que encargar de clientes odiosos muchas veces, ¿que tiene este de especial? Porque créeme que jamás te he visto actuar así y mucho menos hablar mal de un artista— replicó Cath mientras servía una copa de vino para ella.

Perfecto Canalla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora