Querida Megan:
Te cuento que he conocido al hombre más insoportable sobre la faz de la tierra, me saca constantemente de mis casillas y provoca que solo desee matarle. Me desorbita su sarcasmo y manera de provocarme, sin embargo, no puedo evitar sentirme atraída por estas mismas cualidades, a su lado es como si olvidase todos los problemas que puedan existir a mi alrededor y, en el fondo, noto su interés por mí en los pequeños detalles: cuando me hace reír, como me cuida cuando estoy enferma, se preocupa por si he comido o no, incluso se pone celoso de mis amigos e intenta darme celos a mí. Nunca sé con lo que me sorprenderá ¿qué debo hacer?
Confundida
Releo más de una vez el correo electrónico de la pantalla de mi ordenador, ¿qué se supone que responda a un caso como este cuando yo misma no sé qué hacer con mi situación en estos momentos? Elijo dejar mi vida en segundo plano y responder desde la neutralidad.
Querida Confundida:
Escucha a tu corazón y piensa en cómo te sientes realmente. Considero que parte de las continuas peleas que provoca es solo para llamar tu atención. Sí te sientes atraída no pierdes nada con ver que puede llegar a suceder, porque créeme que alguien que hace tanto por ti y se preocupa de detalles tan pequeños como las comidas no es alguien que se encuentre todos los días, y menos si dedica cada segundo a hacerte reír.
Con cariño
Megan Parker.Mi mano titubea antes de presionar el botón de enviar, cierro el ordenador de un solo golpe y camino hacia la nevera a por un poco de agua fría. Luego de los sucesos de la oficina, me he pasado los tres últimos días evitando a Alex, intento no quedar a solas con él en la galería e incluso, me encargue yo sola de los detalles de la fiesta inaugural de mañana en la noche. Hoy tengo el día libre en la galería y me ha pasado la mayor parte del tiempo tirada en el sofá respondiendo los correos de las lectoras de la columna de Buenas Vibraciones. Debo hacer algo, no puedo seguir huyendo de esta manera.
Mario sale de su habitación aun utilizando sus pantalones de dormir y el torso desnudo, éramos casi como verdaderos hermanos por lo que nunca hemos tenido problemas con este tipo de exhibicionismos, claro siempre desde el respeto. Se dirige directamente a la cafetera para servirse una gran taza del humeante líquido y cuando finalmente le da el primer sorbo me habla.
—¿Qué haces despierta tan temprano? Pensé que no tenías que trabajar.
—Decidí responder unos cuantos correos temprano, necesito tener la tarde libre para buscar un vestido apropiado para mañana.
—Voy contigo, también necesito algo, no creo que sea muy adecuado si voy vestido como
militar—bromea—Además, tengo que hacer bien mi papel de falso novio.—Será mejor que te comportes por tu propio bien—le amenazo a pesar de que mi sonrisa me delata—¿En serio no te molesta acompañarme mañana?
—Para nada, sabes hace cuanto no salgo de fiesta, talvez hasta encuentre a una hermosa dama.
Una idea surca por mi mente en cuestión de segundos: ¿Llevará Alex a alguien? Desecho esto rápidamente, no tiene porqué importarme. Sin embargo, cada vez soy más consiente de la atracción y la tensión sexual que crece entre nosotros. Las cosas como son: El hombre está caliente como el infierno, ambos somos mayores y sabemos lo que hacemos, pero no quiero que nada de esto interfiera con mi trabajo, o por lo menos esa es la excusa que siempre me doy.
—¿Pasa algo preciosa? —la pregunta de Mario hace que me percate que llevo varios minutos en silencio mirando de manera fija el vaso de agua que tengo en la mano.
No le he contado nada de lo sucedido con Alex y no pienso hacerlo, lo más probable es que intentase hacer algo para ponerle molesto y reírse de nosotros. Vaya amigos me busco.
—Nada, solo pensaba un poco—y para cambiar de tema suelto—¿Te parece buena idea que quedemos con Catherine en el centro comercial y así pasamos toda la tarde juntos?
—Perfecto, pasar mi día junto a dos hermosuras, llámala, yo me iré vistiendo.
—Eres todo un don juan—digo entre risas mientras mi amigo se marcha.
Llamo a Cath y le parece genial mi idea, por lo que quedamos en encontrarnos a la entrada del centro comercial en una hora. Cuando llegamos, tengo que detener a mi amiga para que no entre en cuanta tienda de artilugios vea, para mi suerte, ella y Mario se llevan excelente desde el primer momento en que se ven. Charlamos, reímos, almorzamos juntos y para el mediodía ya Mario tiene comprado un traje color negro espectacular y yo continuo sin nada.
Estamos tomando unas coca-colas en la cafetería mientras conversamos sobre ello.—Talvez me ponga alguno de los viejos vestidos que tengo en casa, tampoco están tan mal.
—De eso nada, mañana yo tengo que llevar a la chica más bella de mi brazo.
—Él tiene razón—responde Cath—es que eres muy exigente, ya verás que en la próxima tienda encontramos algo que te guste.
No obstante, tres tiendas después, seguía sin encontrar nada que me pareciese muy adecuado, no tenía claro el estilo de ropa que estaba buscando, solo sabía que nada hasta el momento era ideal.
—Necesito comprar provisiones para la casa—informa Catherine—¿Vienen?
—Adelántense ustedes, los alcanzo en unos segundos.
Cuando se marchan, entro en una pequeña tienda que llama mi atención debido a lo pequeña que es, reviso un poco los productos que tienen hasta que encuentro algo que me deja con la boca abierta. Sobre un maniquí colgado, se encuentra un vestido azul oscuro que me deja sin palabras: sin tirantes ni mangas, solamente enganchado al cuello, con la parte delantera que cae en un delicado descotado mientras que en la parte trasera cae una cadena desde la tela del cuello hasta el final de la espalda permitiendo que el resto de la misma quede visible. Pido de favor a la dependienta que me lo muestre para probarlo y, cuando lo hago y me observo en el espejo, me encanta lo que veo. Posee el largo adecuado como para no parecer informal y, a pesar del descote de arriba, la parte inferior es ajustada resaltando mis caderas y muslos.
—Vaya, vaya, eso sí que es sexy—la voz de Catherine a mis espaldas me hace dar un sobresalto, siento como si me pillaran infraganti.
—¿Qué opinan?
—Creo que serás el centro de atención mañana en la noche—contesta Mario mientras me rodea para dar el visto bueno.
—¿No creen que es mucho?
—Creo que debes llevártelo ya—responde Cath y acto seguido llama a la dependienta de la tienda y pide que nos empaquen el hermoso vestido.
Luego de marcharnos, seguimos conversando y divirtiéndonos cada cual con sus compras hasta que comienza a caer la tarde y es hora de regresar a casa. Decido dormir temprano, aún faltaba mucho por hacer al día siguiente y el club Deseo nos esperaba en la noche y, como si fuese una adolescente de quince años, no deje de pensar en la reacción de Alex cuando nos volviésemos a encontrar.
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Perfecto Canalla
RomanceÉl no estaba dispuesto a dejarla ir, ella no volvería a caer en sus manos.... por muy dulce que fuesen sus caricias