Capítulo 15

3.8K 380 18
                                    

Luego de varios minutos de risas y abrazos Alex y yo optamos por una rápida ducha para vestirnos y marcharnos. Alex seguía empeñado en pasar el día fuera, el único problema es que llevábamos más de diez minutos en el coche y aun no sé a dónde nos dirigíamos y, la verdad, tanto misterio me comenzaba a impacientar. Como siempre la gran parte del trayecto en auto la transcurrimos en silencio, no obstante, se percibe el cambio que ha habido en el ambiente entre ambos: si antes contaba los segundos por salir y escapar del vehículo, en estos momentos, a pesar de la ausencia de conversación, era una situación cautivadora. Han pasado alrededor de veinte minutos desde que partimos de casa de Alex cuando este se detiene.

— ¿Hemos llegado? —pregunto mirando a nuestro alrededor con curiosidad para ver donde nos encontramos, pero solo observo tiendas y edificios.

—Aun no, solo es una pequeña parada, necesito comprar algo, espera aquí.

Alex baja del coche sin ni siquiera darme la oportunidad a preguntar que se trata, bajo yo también, pero me quedo parada junto a la puerta, solo quiero coger un poco de aire. Aprovecho para telefonear a Mario y darle algunas explicaciones sobre lo que será mi larga ausencia. Como era de esperar contesta al primer timbre.

—Preciosa, ¿a qué hora piensas llegar?

—Lo siento Mario, pasaré el día fuera, no regresaré hasta la tarde.

—Interesante… ¿algo para contar?

—Puede que algunas cosas, sin embargo, no tengo mucho tiempo para explicaciones ahora.

—Vamos, dame algún pequeño detalle, Catherine está aquí y también desea saber.

— ¡Cath está ahí! —la alarma me invade—Bueno como sea, no sé muy bien la verdad, no me ha dicho a donde vamos, en cuanto sepa te mando un mensaje.

Se siente un silencio al otro lado de la línea y cuando vuelven a hablar es la voz de Cath la que se escucha.

—Pero bueno, vengo para saber que tal la fiesta y resulta que la anfitriona paso la noche fuera ¿Cómo y dónde?

—Por Dios, ustedes dos juntos son un peligro para mi persona—levanto la vista y veo que Alex regresa de la tienda—Tengo que colgar, dile a Mario que luego le llamo.

Guardo rápidamente el teléfono celular en mi bolso, y para cuando Alex llega le recibo con una inculpadora sonrisa, es como si hubiesen atrapado a un niño pequeño en una travesura.

— ¿Qué haces? —interroga el también con la comisura del labio levantada en una risa.

—Solo tomo un poco de aire.

— ¿Solo eso?

—Llame a casa para decir que me demoraré en llegar.

No entiendo porque me da tanta vergüenza que me capturaran infraganti, tal vez y solo tal vez no quiero que sospeche que él era el motivo de la conversación. Noto que me sonrojo un poco y bajo la vista para evitar ser descubierta nuevamente, es cuando noto que Alex trae una pequeña bolsa de compras en su mano.

— ¿Qué es eso? —pregunto curiosa.

—Lo descubrirás pronto—en estos instantes el de la pícara sonrisa es él, esconde la bolsa en la parte trasera del coche y me vuelve a mirar—Deberíamos marcharnos, aún nos queda un poco de viaje.

— ¿Me dirás ya a dónde vamos?

—Tendrás que esperar.

—Debería de comenzar a llamarte señor misterio.

Volvemos a subir al vehículo y nos ponemos en marcha nuevamente. Esta vez para ser más llevadero el viaje ponemos la radio del coche y para mi alegría suena la canción Cuando Nadie Ve del grupo Morat, tuve que controlar la risa de lo irónico del tema en comparación al momento que estaba viviendo.

Perfecto Canalla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora