Capítulo 22

3.4K 351 15
                                    

El día había transcurrido con gran tranquilidad lleno de chistes y bromas entre mi amigo Mario y yo, la hora de mi cita con Alex se acercaba y, aunque no quise admitirlo para evitar más burlas hacia la típica chica enamorada, había estado ansiosa por verle y contado cada segundo desde que recibí su mensaje.

No tenía ni la más mínima idea de a donde iría con Alex, por lo que decidí buscar una ropa que no fuese muy formal, pero que tampoco pareciese que no me tomé el trabajo de arreglarme cuando la verdad es que llevaba más de una hora sacando todas las prendas de vestir que guardaba en el closet con tal de elegir la correcta. Finalmente opte por un vestido negro de escote en V, de mangas cortas y de largo hasta las rodillas. Me encantaba este vestido porque no era lo suficiente ajustado como para parecer una ofrecida y, sin embargo, resaltaba a la perfección las marcadas curvas de mis caderas al igual que las escasas de mis bustos. Para terminar el conjunto rebusco en la zapatera mi par preferido de mini-botas de tacón negras y hasta los tobillos.

Permito que mi melena caiga libremente por mi espalda y listo.

Salgo de la habitación, son las nueve de la noche, Alex debe de llegar en cualquier momento, Mario sale de la cocina con un plato de comida en sus manos y se sienta en el sofá frente al televisor.

—Muy guapa—comenta mientras pasea su vista de mi cabeza a los pies— Tu chico es un hombre muy afortunado.

—Gracias, aunque creo que exageras un poco—digo tomando asiento a su lado.

— ¿Regresarás esta noche?

—Sí, tengo que ir a la galería mañana a organizar algunas cosas para la exposición—suelto un largo suspiro— Ya queda muy poco tiempo para la inauguración.

Mario coloca la mano sobre mi hombro para darme ánimos.

—Todo irá bien.

Suena el timbre de la puerta y rápidamente sé que se trata de Alex, es la única persona que esperamos esta noche.

—Bueno Cenicienta, su príncipe azul ha llegado, recuerde no virar tarde.

—Si hada madrina —bromeo antes de despedirme de mi amigo—Nos vemos en la mañana si estas durmiendo cuando regrese.

—Diviértete preciosa —me dice mientras traspaso el umbral de la puerta.

Me despido con la mano antes de cerrar tras de mí, bajo las escaleras hacia la entrada de la calle para encontrarme con un Alex que, con solo verle me deja sin aliento. Va vestido con su típica camisa blanca y traje negro confeccionado a la medida. Su siempre pelo rebelde y revuelto en esta ocasión se encuentra peinado hacia atrás, tampoco presenta su común barba de dos o tres días, todo lo contrario, se halla completamente afeitado. Ambos detalles provocan que las facciones de su rostro luzcan más marcadas provocando un aspecto sensual y peligroso resaltado por sus ojos color zafiro que, siendo sinceros, no le queda nada mal.

—Tan guapa como siempre—comenta acercándose a mí y posando un casto beso en la parte superior de mi mano.

—Tú también estas muy guapo, te asienta bien peinarte—bromeo.

—Disfrútalo, no es algo que verás muy seguido, esta es una ocasión especial.
Además— se acerca lentamente a mi oído para susurrarme—Espero que para el final de la noche podamos despeinarnos los dos mutuamente.

Siento como mis mejillas comienzan a sonrojarse y el calor inunda todo mi cuerpo. Alex se separe lentamente y puedo ver su pícara sonrisa, lo ha hecho a posta para provocarme y lo ha conseguido, no obstante, yo también puedo jugar con fuego. Coloco la palma de la mano sobre su pecho y lentamente me acerco a sus labios, Alex se acerca para corresponder el beso, sin embargo, cuando nuestras bocas están a escasos centímetros una de otra me detengo.

Perfecto Canalla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora