D I E C I O C H O

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Lunes. Todos los odian, yo no pertenecía a ese grupo, porque vamos, por más que odies a un día no podes hacer nada para eliminarlo o cambiarlo, solo adaptarte.

Todos lo odiaban porque tenían que levantarse temprano y ir al colegio, yo no. No era fanática de ir al colegio, pero tampoco lo odiaba, sabía que si quería un futuro tenía que ir, mientras que todos en mi casa tenían cara de zombies yo tenía una gran sonrisa de oreja a oreja.

Mis padres se iban más temprano al trabajo, por lo que yo cuando despertaba ya no estaban y solo dejaban algunas veces el desayuno preparado, no era de quedarme mucho dormida, ya que tenía como cinco alarmas, pero una que otra vez me pasaba y terminaba faltando al colegio.

Siempre, me levantaba con una hora de anticipación, los demás en mi casa con solo media hora, por lo que tenía media hora de paz antes de que empiecen a gritar que no llegaban y a odiarse entre todos.

Las mañanas en mi casa eran un completo caos y ahora con una adolescente más, Laura, era más descontrolado, siempre se quedaba dormida y terminaba insultando a todos por no poder secarse el cabello, todas las mañanas era lo mismo.

Ya bañada y con el cabello seco, me hago una coleta alta, ya que en las dos primeras horas teníamos entrenamiento, cosa que seguro todos los adolescentes odiaban, yo si formaba parte de ese grupo, ya que tenía un gran parecido a styles stiliski de teen wolf, me cansaba súper rápido y odiaba hacer deporte.

Nunca repobre esas materias, pero apenas y las pasaba. En el colegio teníamos nuestro propio conjunto de ropa, un short y remera con el logo del colegio en ambos. Por lo que me lo coloco, para luego no andar a las corridas cuando nos demos cuenta que llegamos tarde.

Las alarmas empiezan a sonar y bajo a desayunar, mis padres compraron tostadas- que puedo comer yo- y las desayuno con leche de almendras.

A eso de las siete cuarenta y cinco, subo devuelta con una botella de agua, entro primero en la habitación de Federico y le tiro agua en la cara, ganandome muchos insultos de su parte.

La segunda es Laura, que esta toda desparramada en la cama.

-¡gilipollas!- exclama y sonrió, para dirigirme a la de Will, el último.

Le tiro un poco más de agua que al resto, ya que con el es más difícil.

-gracias- dice luego de un rato y asiento, siempre pasa lo mismo, se quedan dormidos y yo tengo que salir a levantarlos.

Cojo mi mochila y espero unos minutos en la puerta, escuchando como gritan y se insultan entre ellos, realmente amo mi rutina de mañana, no se que haría sin ellos, y que voy a hacer cuando los padres de Laura vengan a Canadá, aunque por el momento no dijieron nada, seguro que vienen dentro de poco.

A las siete bajan los tres las escaleras empujandose y salimos a la calle, para subir todos al auto de Will, que es el encargado de llevarnos ya que entra a la universidad a las ocho y media. Mientras que nosotros a las ocho y diez.

Con solo diez minutos para llegar, paramos en un macdonals para que se compren un café y media luna y seguimos nuestro camino al colegio.

-creo que tendrían que empezar a dormirse más temprano- les digo con burla viendo como Laura se maquilla apurada, fede copia mi tarea y Will trata de leer unos apuntes, nada recomendado si va manejando.

-no todos somos como tú, abi- dice fede divertido. Yo me dormía a las diez, para que no me cueste levantarme.

-¿o tal vez ponerse tres alarmas?- me burlo y ellos ruedan los ojos. Will frena de repente haciendo que Laura se le vaya el lápiz labial y termine con media cara pintada.

Fingiendo AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora