30: Cabaña en la nieve.

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Me detuve un segundo para apreciar a la mujer vestida de negro que tenía bajo mi cuerpo.

Una sonrisa perfecta, ojos aceitunas en lo que podía perderme horas y su respiración agitada que me estaban volviendo loca.

No habían dudas, despertar gracias a Poché era el toque perfecto para pasar el resto del día alegre.

-Calle, si no nos detenemos ahora... no te dejaré salir de la cama. -Comentó entre besos.

Tenía razón, nuestras manos ya comenzaban a recorrer por debajo de nuestras camisas y los besos eran llenos de deseo.

-Vale... -Me bajé de ella y me recosté a su lado con mi cabeza sobre su pecho. -¿Estarás hoy?

-Ya volví, Calle. Hasta ahora no hay motivos para alejarme de ti. -Depositó un beso sobre mi cabeza.

-¿Qué ocurre, Poché? ¿Por qué desapareciste?

-Han ocurrido unas situaciones en casa. La falla que me hizo conocerte... no fue solo una falla. Alguien nos saboteó y ha estado amenazando con volver a hacerlo. -Suspiró, sentía que no había dicho todo.

-¿Algo más?

-Sí, hoy tengo planeado ir a un lugar frío. Primero pasaremos por el centro para obtener ropa y equipo necesario. -Vaya forma de cambiar de tema.

-¿Qué planeas?

-Es un secreto. Les traje sus maletas. Pasaremos una semana en dónde iremos. -Acarició mi hombro y se acomodó para abrazarme quedando frente con frente.

-Te extrañé. -Le confesé y le di un pico fugaz.

-Sabes que estoy a un click, Gordi.

-No es lo mismo. ¿Cómo me despertarías a través de una computadora? -Ella rió y cuando fue a abrir la boca tocaron a la puerta.

-¡Calle! ¡Despiertaaa, mujeeer! -Pau gritó desde el otro lado de la puerta.

-¡Ya estoy despierta! -Le grité de vuelta. Poché comenzó a besar mi cuello y clavícula.

Sentía cosquillas en todo mi cuerpo, de seguro eran nervios.

-¡¿Te sientes bien?! ¡Voy a abrir! -Abrí los ojos como plato, sabía que abriría y Poché estaba llevándome a la luna a base de besos.

La puerta se abrió y de inmediato empujé a Poché de mi lado provocando que se cayera de la cama haciéndose un mar de risas en el suelo.

Pau se paró en la puerta mirando a Poché y luego a mi. Se cruzó de brazos y alzó una ceja.

-¿Interrumpí algo?

"¡Interrumpiste todo!"

-Nada, Pau, solo vine a avisarle a Calle que los llevaría a comprar unas cosas. Tengo un semana planeada, incluye frío. -Poché se levantó mientras se acariciaba una rodilla.

-¿Cuándo llegaste, Mafiosa?

-Hace media hora... Creo. Mejor me voy, las dejo. -La Peli-Azul salió de mi habitación caminando con notable dolor en su rodilla.

Pau y yo nos quedamos calladas. Ella seguía en la misma postura, intimidándome.

-¿Algo que decir, Street?

-Ella sí sabe despertarme. -Le dije orgullosa del hecho y Pau cambió su rostro a uno de picardía.

Luego de guardar las cosas para poder irnos, Juana entró con una sonrisa.

A Un Click {Calle & Poché} EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora