Me llamo Arthur Hiroshi, y tengo 17 años. Estudio en la Preparatoria de Michigan, en Estados Unidos. Estoy emocionado porque dentro de muy poco tiempo será mi cumpleaños, y solo me resta un semestre más para salir de la Prepa.
Mis padres están orgullosos de mí, porque tengo excelentes calificaciones y soy un chico popular en la escuela. Sin embargo, a veces me entristecen sus muestras de orgullo porque sé que los decepcionaría si les cuento que soy gay. Me di cuenta hace dos años, en el mismo club de natación en el que sigo hoy en día.
Mi ex novia, Gabrielle, me rompió el corazón dejándome por el capitán del equipo. Desde entonces le agarré un resentimiento a las mujeres, y me di cuenta poco después de que me sentía raro junto a los hombres. Cuando alguno de mis compañeros me ponía una mano en el hombro o me sonreían, yo me sonrojaba o sentía rara mi piel. Y entonces me di cuenta de que me gustaban los hombres.
Mis padres no podrían enterarse; se morirían de la vergüenza, así que he preferido mantenerlo en secreto desde hace dos años.
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Hoy me toca natación, así que le pedí a mamá que me llevara en su auto. Ella sonrió y aceptó, tomando las llaves de la mesa. Durante el camino, hubo un ligero silencio incómodo, hasta que le pregunté a mamá cómo había sido su día y ella me contó todos los chismes que le había dicho la vecina. Sonreí, algo aliviado, cuando llegamos al deportivo.
―Cuídate mucho, Arthur. Vendré a recogerte a las seis ¿vale?
―Vale, mamá ―le sonreí y le di el beso de despedida en la mejilla. Su auto se alejó del aparcamiento y yo entré al deportivo. Fui directamente a los vestidores para ponerme mi traje de baño, y me di cuenta de que estaba vacío.
Se supone que ya deberían estar aquí los demás. Ya son las tres.
Intenté no tomarle importancia y me vestí con rapidez. Caminé hasta la alberca y me di cuenta de que todos estaban formando un círculo, justo frente al entrenador. Me acerqué a ellos y me abrí paso en el círculo. El entrenador me miró con una sonrisa, y noté que su mano estaba sobre el hombro de un muchacho.
―Qué bueno que ya estáis todos completos. Chicos, quiero presentarles a Drake Nickel. Será un nuevo integrante en nuestro equipo.
Me quedé mirando al chico. Se veía mucho más grande que yo, y no solo de estatura. Debía medir más o menos 1.95, cuando yo medía 1.63; tenía el cabello medianamente largo y rojizo, y sus profundos ojos del mismo color daban una impresión de miedo. Tenía delgados pero bien definidos músculos en los brazos, y su abdomen estaba marcado por el ejercicio.
―Arthur, el será tu compañero para que el capitán quede libre. Empiecen a conocerse un poco, la clase de hoy será libre.
Me sentí un poco nervioso; tal vez a aquél chico no le gustaban los hombres, y yo no podía comportarme raro frente a él. Se quedó parado frente a mí, con los brazos cruzados, como estudiándome.
―Ah... hola, Drake. Me llamo Arthur, Arthur Hiroshi.
―Hola ―respondió el, acomodándose el cabello con los dedos. ―¿Cuánto tiempo llevas aquí?
―Dos años ―le sonreí ligeramente. No quería parecer incómodo, pero al parecer el no se molestaba con mi compañía.
―Vaya, qué aguante. Tengo entendido que no te llevas bien con el capitán del equipo ―dijo el, sonriendo por primera vez. Su sonrisa me parecía lasciva, misteriosa. ―He visto como le has mirado cuando el prof dijo que sería tu compañero. No te culpo. Luce como un musculitos creído.
Me alegré de que por fin hubiera alguien que pensaba como yo. Le sonreí y el sonrió todavía más. Empezamos a hablar de nuestras vidas para conocernos un poco, y en menos de una hora habíamos contado casi todo referente a nosotros. Por obviedad, no le comenté que era gay. Por alguna razón, entró el tema de las parejas.
―¿Y tú, tienes novia? ―dijo él, mirándome desde arriba.
―Mmm... no. Tuve una mala experiencia con las chicas, es por eso que detesto a Shaun, el capitán.
―Oh, entiendo.
―¿Y tu? Un chico como tu debería tener varias chicas detrás de él.
―La verdad es que no me importan las chicas, casi todas son superficiales y unas mandonas o bipolares. No señor, no tengo ni quiero una novia.
Sonreí algo nervioso; no sabía si Drake estaba casi diciéndome que él también era gay o que solo no quería una novia. Me incomodé un poco porque, muy dentro de mi, pensaba que él era muy guapo. Además sus ojos eran encantadores, no había manera de no mirarlo. Nos quedamos en silencio unos instantes, hasta que él empezó a reírse como un demente.
―¿Qué te pasa?
―Nada ―respondió el, aun riéndose.
―¿Qué te causa tanta gracia?
―Esto.
Volvió a sonreír con esa mirada lasciva y me empujó hacia la alberca. Nunca habría pensado que él tenía tanta fuerza. Mi espalda tocó el fondo de la alberca de tres metros de profundidad, y el aire me faltó más de lo normal. Intenté nadar hasta arriba, pero tres metros para tan poco aire era muy poco. Me quedé unos segundos allí, pensando que una bromita me había matado. Escuchaba lejanamente a través del agua que alguien me llamaba, pero poco después dejé de escucharlo. Ya no podía oír nada, y mi vista se desvanecía poco a poco.
―Maldito seas, Drake.
NOTA: Uh estuvo intenso :v lol no, es el primer cap, no hay intensidad (?) bueno ya tenemos presente a nuestro primer candidato para el sufrimiento!! *saca una fusca(?)* no no, es demasiado temprano para eso JAJAJAJA sale bye. Arthur en multimedia :33 ~(*u*~) lol ~~
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Gotas de amor, sexo y mentiras (Yaoi)
RomanceArthur se mudó hace cinco años de su país natal, Japón, para estudiar en Estados Unidos y entrar al equipo de natación de Michigan. Debido a que una chica le rompió el corazón, se ha vuelto gay desde hace dos años. Él piensa que jamás tendrá novio...