En la piel

18

—«Ellas» se salen con la suya cuando actúan torpe, porque son vistas como fina porcelana, inservibles para la sociedad desde un punto de vista jerárquico, —Susurraste al ver a una pelirroja desparramar una bandeja de bebidas en su uniforme y encima de la mesa de uno de los clientes—, y tú pensaras que es un insulto, pero es todo lo contrario, por ser así es alabada y aceptada, —El cliente embarrado le pedía disculpas y le ayudaba a levantar las tazas rotas que estaban en el piso; aunque él no haya tenido ni un poco de culpa—, sin embargo, nosotros tenemos que esforzarnos para que no nos hagan burla si mostramos debilidad en cualquier punto, porque debemos ser más que perfectos en todo, no se nos aceptan ñoñerías o caprichos como esos.

—Qué punto más invalido. —Negué con la cabeza—. Una mujer torpe en un puesto de trabajo no sirve para nada, y no importa su raza.

—Si ves a una de esas mujeres en un puesto alto como subgerente de un banco, después de haber sido una pobre diabla que ni contar sabía, debes estar seguro que ganó el puesto por la belleza, si ves a una mujer de color debes estar seguro que se ganó el puesto por su intelecto y esfuerzo.

—Es increíble como atacas a tu propio género y llamas a las de tu raza feas.

—Yo no dije eso —Abriste los ojos.

—Que una mujer de color se gane el puesto por su intelecto, dijiste, porque no son lindas, quisiste decir.

—Haz dicho tú, Tim. Y los has dicho porque son tus ideales, no los míos. —Tomaste tu bolso y me abandonaste en medio de la cafetería. Le pasaste por encima al café derramado sin siquiera pisar una gota.