30

1.2K 114 9
                                    

Venías con una revista en las manos, la cual después tiraste sobre la mesa.

—¿Qué ves?

—A una modelo. —Te respondí.

—Descríbemela.

Te miré dubitativo.

—Anda.

—Una mujer blanca con inmensos pechos y caderas, un afro rojo con un pintalabios del mismo color, tiene un balón de baloncesto y con el lema, ¿listo para el juego?

—Perfecto, ¿gracioso no?

—¿Qué es lo gracioso?

—La chica es blanca pero se hizo el cuerpo de una negra con grandes caderas y pechos, se ha puesto botox en los labios para tenerlos gruesos, y ni hablar del cabello, Dios, ¿Cómo logro ese afro? El maquillaje simula al que utilizaban las actrices latinas en las películas de los ochenta y su piel está tan bronceada...

—No entiendo.

—Es gracioso que, según ellos, en nosotros no es lindo, pero ellos tratan mucho en tener lo que tenemos.

—Hay muchas mujeres blancas con estas cosas. —Yo dije, Isabela, me ofendiste porque mi mamá se había hecho la mitad de todas esas operaciones muy reciente—. Y no es como si las demás "razas" no copiaran la blanca, cuando tienen el cabello muy rizo y lo desrizan para tenerlo lacio como el modelo europeo, entonces, en base a eso, y en base a los miles que gastan las mujeres por cabello falso, y cremas aclaradoras, ¿los negros también quieren ser como los blancos?

Oye, sentí que al fin te había ganado.



En la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora