En la sala donde tú y yo nos reuníamos había grandes espejos en dos paredes, los muebles eran blancos con cojines marrones y había un gran cuadro que se tomaba la tercera pared. Las decoraciones, jarrones, mesones, alfombras y cortinas eran transparentes, casi molestaban en los ojos. Cada vez que te visitaba, los empleados me saludaban por mi nombre y te mandaban a llamar, yo escuchaba tus pasos con muchas ansias, y mi corazón saltaba en mi pecho.
Yo no podía controlar mis emociones, querida, me encantabas, me encantabas y me encantas. Iba todos los lunes, martes y miércoles a verte aunque no lograba siempre mi objetivo. Y los domingos, vaya, esos eran mis días favoritos porque te veía en el Club Rio.
Ibas agradablemente hermosa, entonces, mientras yo te observaba jugar voleibol con las otras chicas del club y yo estaba tendido en la grama con mis padres y hermanos, me pregunté, ¿sabrías que eras hermosa?
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En la piel
Short StoryElla es seca y orgullosa. Detrás de esos escudos se esconde una niña frágil que nunca ha amado a nadie. Cuando Tim se enamora a primera vista de Isabela no tiene idea de por qué esta lo rechaza tanto. Tim quiere entender que hay en la piel de Isabel...