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—Hay un momento en la vida, Tim, donde uno despierta... —Te sentaste en la cama—, es como que te das cuenta, súbitamente, de lo que realmente es el mundo. Después de ese despertar no hay marcha atrás, algunos no les importa, otros se deprimen, otros se miran en el espejo, se observan, y se preguntan: ¿por qué soy así?, ¿por qué no puedo ser como ellos?, ¿por qué no me aceptan? Ese momento es trascendental. Te marca, te deja en el mismo borde del risco, y entonces estás allí. Y en ese momento tienes que decidir que harás, si aceptar que eres diferente o negarlo para siempre. Y tomar esa decisión te pone un sabor amargo en la boca, quieres arrancarte las cosas que no les gustan a los demás. Y yo no estoy hablando solo de la piel Tim, no solo está en la piel, también es algo espiritual, algo que pasa siempre.

»Miles de millones de personas no encuentran su lugar en el mundo porque no le gustan a los demas, y se preguntan: ¿por qué soy así? no se aceptan. Y en ese momento, lloras, lloras de verdad. Te miras y te da asco, quiero soltar la toalla, y perder. Es un intento fallido de adultez. Fallas en convertirte en adulto, fallas como ser humano.

»Hay gente que lo oculta comportándose como niños siendo viejos, otros comportándose como viejos siendo jóvenes. Hay personas Tim que nunca aceptan la realidad del mundo. Pero otras deciden dejar todo eso de lado, y continuar la vida.

»Tal vez Mely nunca pase por eso, pero me estoy engañando a mí misma, —Te reíste—, ¡todo ser humano pasa por esa etapa del despertar donde por fin se comprende porque los adultos siempre tienen la cara larga!, y cuando ella llegue a esa etapa no quiero que sea como yo. Quiero que haga decisiones inteligentes, y quiero que sea feliz.

»Oye, Tim, si esa situación volviera a pasar, ¿crees que yo debería alejar al bebé de su padre otra vez?, ¿o debería emendar mi error?

—No y sí. ¿Entiendes? Nunca volver a hacer eso, pero si emendar tu error.

Sonreíste, y me abrazaste fuerte.

—Gracias, te quiero tanto.

En la pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora