Las puertas de mi departamento estaban abiertas desde las tres de la madrugada hasta las cuatro, en ese intervalo de tiempo tú llegabas y te acurrucabas a mi lado y me contabas de tu vida de casada, de las cosas buenas y las malas, de las cosas que me llenaban de celos y después lo curaban. De la pequeña Mely, de tu duda, porque no sabías que hacer. Y yo te escuchaba, paciente, rogando que me dejaras besarte, porque no me conformaba con solo abrazarte.
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En la piel
Short StoryElla es seca y orgullosa. Detrás de esos escudos se esconde una niña frágil que nunca ha amado a nadie. Cuando Tim se enamora a primera vista de Isabela no tiene idea de por qué esta lo rechaza tanto. Tim quiere entender que hay en la piel de Isabel...