Te mostré mi cuarto porque querías. Dijiste que mi cama era suave y yo me senté a tu lado. Después me lancé sobre ti, y te subí encima de mí, acariciando tus piernas mientras te besaba, moviendo mis caderas con las tuyas.
Iba a subir tu blusa y me detuviste.
—Despacio. Despacio.
Despacio, despacio. Un susurro a mis oídos bajando mi temperatura.
Me miraste a los ojos, me acariciaste la cara y yo cerré los ojos, porque querida, esa caricia tuya movió todo en mí, y me sorprendí al sentir tus labios sobre los míos moviéndose despacio.
Abrí los ojos, pero ya no me estabas besando, entonces te acerqué a mí de nuevo antes de que te fueras, querida, yo pensé que me dejarías ahogarme en el placer de tenerte, pero tan fácil como vino, se fue.
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En la piel
Short StoryElla es seca y orgullosa. Detrás de esos escudos se esconde una niña frágil que nunca ha amado a nadie. Cuando Tim se enamora a primera vista de Isabela no tiene idea de por qué esta lo rechaza tanto. Tim quiere entender que hay en la piel de Isabel...