🌛4.🌜

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Luego de lo último dicho, el tema no se volvió a tocar, Tonny respetaba la vida pasada y sobre todo privada de Draco, y este le agradecía por ello.
Llegaron a casa de los Malfoy... En el mundo muggle claro.

—Nos vemos mañana.— Se despidió Tonny, aunque no con la radiante sonrisa que Draco acostumbraba verlo, más bien, el antiguo Slytherin sabía que su compañero le seguía dando vueltas al tema del que hablaron.

—Sí... Hasta mañana.— Respondió Draco "escondiendo" su cuerpo tras la puerta. —Y Tonny...— Llamó y este de dio la vuelta. —Gracias.—

El menor sonrió de lado y se fue alejando de la casa a paso despreocupado.

Draco se adentró en su casa, su padre no se encontraba allí, lo cual era raro ya que al igual que él, no tenía amigos, además de que su turno comenzaba a las cinco de la mañana. Miró al reloj de su muñeca; apenas si era media noche.
Se frotó el rostro cansado, su nariz ardió al inhalar, sus manos, bueno, todo él desprendía olor a alcohol.
Subió a su habitación en busca de ropa, estaba a punto de entrar al baño cuando el timbre de la casa sonó.
Bajó con pereza las escaleras dispuesto a mandar a la mierda a los testigos de Jehová, luego pensó que eso sería tonto... Dudaba que se estuvieran paseando por el vecindario a esas horas, más con la fama de delincuencia que tenía.

Abrió la puerta, lo curioso es que no se sorprendió en lo más mínimo al ver a Harry frente a él intentando recuperar el aliento.

—¿Qué quieres Potter?— Preguntó frunciendo el ceño.

—Disculparme, no pretendía que te molestaras...— Le respondió sosteniéndole la mirada.

—¿No podrías haberte disculpado por el estúpido comportamiento de tu amigo en otro momento? Ya es media noche. — Se cruzó de brazos mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

—Conociéndote, Malfoy, si hubiera venido el día de mañana me hubieras dado con la puerta en la cara.— Alzó una ceja, sonriendo.

—Tsk...— A Draco comenzaba a molestarle las palabras del azabache, ¿"conociéndote"? ¡Ja! Como si él lo conociera en lo más mínimo. —Lo que sea de cada quien, no eres tú quien debería disculparse. Ahora, si me disculpas me iré a dar una merecida ducha de agua caliente.— Tomó la perilla de la puerta, esperando a que Harry se alejara para poder cerrarla.

—¿Te apetece ir a algún lado mañana?— Soltó de un momento a otro el de ojos verdes.

Draco frunció el ceño, tenía muchas preguntas rodando por su mente en esos instantes, ¿por qué quería que saliera con él y quizá los otros dos idiotas? ¿Por qué el repentino interés en él?

—¿Qué intentas Potter?— Humedeció sus labios, sin dejar de lado su ceño fruncido. —¿Qué estás tramando?—

—¡Nada!— Alzó sus manos. —Solo pensé que podría compensarte por el comportamiento de Ron...—

—Tengo planes.— De hecho, no tenía ni uno en absoluto, solo quería librarse de Harry el mayor tiempo posible.

—¿Con el chico de hace un rato?— Preguntó curioso, esperando con ansias la respuesta del rubio.

—¿Y eso a ti qué más te da? ¡Puedo hacer lo que me plazca en el momento que me plazca y con quien me plazca! — Si enfadar a Draco era el propósito de Harry; lo había conseguido. No le gustaba que se metieran en sus asuntos. Respiró profundo y continuó. —Solo... Vete.—

No esperó respuesta del contrario y cerró la puerta. Retomó sus cosas por donde las había dejado y se metió a la ducha.
Las palabras dichas por Ron resonaban en su cabeza como si de martillazos se trataran, y es que muy en el fondo... Esas simples palabras le dolieron; le dolían porque el pelirrojo tenía toda la razón.
Salió del baño directo a su pequeña habitación y se recostó en la cama mientras miraba el techo, pasó un largo tiempo así hasta que terminó por dormirse.

ㅡPerdiendo la cordura.   |DRARRY.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora