🌛8.🌜

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Suspiró cuando sintió la fresca brisa en su rostro y se sentó en la acera.
Extrañaba su antigua vida, era un Malfoy, la magia corría por sus venas, y él mismo arruinó eso, él había decidido abandonar Hogwarts ¿verdad?

Oh no, otra vez el bombardeo de preguntas existenciales que detestaba tener. No quería otra vez aquellas voces merodeando por su cabeza mientras le dicen lo terrible que ha sido.
Decidió fijar toda su atención a una flor que tímidamente se asomaba por entre el pasto alto. Estaba casi marchita, su color amarillo casi se había esfumado dando paso a un marrón que arruinaba el bello detalle que crecía allí.

—¿Malfoy?— Escuchó por parte de una voz que se le hizo familiar, deseaba no estar oyendo voces otra vez. —Malfoy.— Llamó de nuevo y Draco frunció el ceño, alzando la vista.

Se encontró con la imagen de Potter a medio subir de una moto, vestido de negro en su totalidad, la gran caja de lo que parecían ser pizzas tapaban parte de su cuerpo, según la perspectiva del rubio.
¿Por qué siempre terminaba por encontrarse con Harry por todos lados? No le molestaría esta vez, de no ser por el hecho de que estaban frente a su casa, y que en cualquier momento Lucius podría despertar y al ver la escena ir hacia ellos hecho una furia.

—¡Potter!— Exclamó inconscientemente mientras se ponía de pie. —¿Qué haces aquí?— Preguntó, aunque la respuesta era evidentemente obvia.

—¿Pero qué...?— Harry rió levemente. —¿Qué haces aquí fuera tú?—

—Oh, vine a hablar con los árboles. — Dijo con sarcasmo. —Es obvio que vine a tomar el aire.—

—Bien, entonces yo estoy pescando, ¿lo notas por mi caña de pescar, verdad?— Giró los ojos.

—Tsk...— Se quejó Draco. —Oye... Hermione me ha prestado uno de tus libros, espero que no te moleste.— Habló bajando la voz.

Harry abrió los ojos preso de una gran sorpresa, el contrario notó eso, aunque tampoco tales orbes esmeraldas hubieran pasado desapercibidos.
El rubio frunció el ceño y ladeó un poco la cabeza.

—¿Qué te ocurre? Pareciera que has visto al mismísimo fantasma de Voldemort.— Se abofeteó a sí mismo internamente luego de haber dicho tal grosería, seguramente enfrentar a Voldemort no habría sido fácil para Harry, pero entre usar de ejemplo al calvo sin nariz y a Dumbledore, estaba claro a quién elegir, suponía que la perdida del viejo habría suponido una gran tristeza para él.

—No... Es solo que...— Sonrió incrédulo. — "Espero que no te moleste"  ¿Desde cuándo te importa lo que yo piense?— Rió levemente.

Draco frunció el ceño y apretó los puños, esa había sido la gota que colmó el vaso, si iba a explotar de furia, sería en la comodidad de su habitación, donde no hubiera Harry's ni vecinos curiosos. "Adiós Potter." fue lo único que dijo mientras se volteaba y se disponía volver a la comodidad de su casa.

—¡No, espera!— Escuchó como algo caía al suelo, pero toda su atención se desvío al agarre que el azabache había proporcionado en su muñeca, se volteó casi al instante. —Lo siento, no debí haber dicho eso.—

—No sé si lo sabías Potter, pero las personas cambian.— Sintió un nudo en la garganta y un ardor en su nariz, era obvio que las ganas de llorar y vaciar todo lo que tenía guardado iban a salir en cualquier momento. —Sí, no me he portado bien contigo ni con tus patéticos amigos, lo tengo muy claro, pero he cambiado, mierda, he cambiado...— Sus ojos ya se encontraban cristalizados, quizá por eso no se atrevía a mirar a Harry a la cara, o quizá fuera por avergonzarse de lo que había dicho, quién sabe, seguramente no él.

ㅡPerdiendo la cordura.   |DRARRY.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora