Draco se sentía cansado, cansado de haber vivido en el mundo muggle por ya cuatro años. Después de lo ocurrido con Voldemort huyó con sus padres a ese para él tan desconocido lugar. Su madre había fallecido hace ya nueve meses a causa desconocida, ya sólo quedaban Lucius y él, valiéndose por sí mismos.
Se encontraba justamente en su trabajo cuando comenzó a creer que el mundo muggle era una completa porquería, concentrado en sus pensamientos casi dejaba caer la bandeja con comida que llevaba en las manos, por suerte uno de sus compañeros llegó justo a tiempo para salvarlo.
—¿Te encuentras bien? Te he visto ido toda la jornada laboral.— Preguntó Tonny, el chico que quizá salvó su empleo.
—Sí, estoy bien.— Contestó Draco con indiferencia, las personas de aquél mundo también le hartaban. "El mundo muggle y el mágico tienen muchas diferencias" Bah, la gente seguía siendo la misma mierda en ambos sitios. Juzgando sin conocer, tratando de dejar mal a otros sólo para resaltar, impresionar... Le recordaba tanto a él y detestaba eso. Odiaba la situación en la que se encontraba, quería volver, necesitaba volver, y no simplemente porque creía que donde estaba era un horrible lugar, sino que en el mundo mágico había dejado muchas cosas atrás... A muchas personas que jamás creyó extrañar.
Su trabajo concluyó, se dirigía caminando a casa, su padre le tenía terminantemente prohibido el aparecerse, si iban a vivir allí, debían parecer lo más normales posible.
Estaba frustrado, enojado, hoy más que nunca deseaba con todas sus fuerzas que Voldemort lo haya dejado inconsciente y que cuando despertara de ese mal sueño, seguiría fuera de Howgarts. Pero sabía que eso no sería posible, que esto era lo que le tocaba vivir y que jamás regresaría.Llegó a su "casa" -si es así como debería llamarla- y se encerró en su habitación. Su padre no había vuelto a casa aún, eso le daba más tiempo para pensar, pensar en el pasado, en todo lo que pasaría si su padre decidiera volver a donde pertenecían.
Frunció el ceño cuando una imagen pasó por su mente; Harry, como siempre, como todos los malditos días hasta hoy, no sabía por qué su rostro sonriente siempre se hacía presente en su mente, sólo lo hacía, y hacía que Draco sintiera una sensación inexplicable en el pecho.Se preguntaba muy a menudo qué había sido de esos tres mejores amigos ¿seguirían siéndolo?¿Seguirán viviendo allí? Puede que.... ¿Cada quien haya tomado un rumbo diferente?
Cierta angustia se hacía presente en Draco, él no lo admitía, pero extraña a discutir con esos tres, en especial con Harry que siempre lograba sacarlo de sus casillas.Cayó profundamente dormido minutos después, había sido un día bastante largo, pero un piqueteo en su ventana lo hizo despertar. Sí, tenía el sueño liviano.
Se acercó a la ventana arrastrando los pies y abriendo ésta, otra vez, como ya se hizo costumbre, cada tres meses recibía una carta de nadie más y nadie menos que Harry.
Tomó la carta, sorprendentemente la lechuza se quedó parada en la ventana, al contrario que de costumbre entregando todo y yéndose.
Dejó que se quedara allí y abrió la carta para luego leerla internamente."Malfoy, espero que siquiera te dignes a contestar esta carta:
Sí, sé que soy insistente, pero necesito saber cómo te encuentras y si te encuentras bien en el mundo muggle. Tú tampoco ayudas mucho, con suerte has respondido una o dos de mis cartas con no más de dos o tres renglones.
A lo que iba; iré por allí, sólo por un tiempo definido, pero de verdad me gustaría verte ¿qué dices?
ESTÁS LEYENDO
ㅡPerdiendo la cordura. |DRARRY.|
Hayran Kurgu[TERMINADA] «Draco no podía ser feliz, no desde que huyó de Hogwarts al mundo muggle. Su pasado le perseguía por todas partes, su tristeza iba de mal en peor. Todo empeoró aún más cuando cierto chico de ojos esmeralda apareció de nuevo en su vida, h...