El transcurrir de los segundos lo inquietaban, y la oscuridad de la noche le ponía el ansia, Ron tampoco se dignaba a dirigirle la palabra. Pero Draco lo entendía, después de todo, ellos nunca se llevaron bien.
—¿Por qué haces esto?— Dijo el rubio, cruzándose de brazos para evitar que el frío se apoderara de sus manos.
Unos segundos que parecieron ser eternos de plantaron entre ellos, comenzaba a preguntarse si había hecho mal en abrir la boca, después de todo, era un gesto amigable del pelirrojo ¿no?
—No podía permitirme que te quedaras allí sentado en el piso frío mientras llorabas desconsoladamente.— Bufó, como si no le quedara otra opción más que responder. —Intuyo que tu problema ha sido con Lucius Malfoy.— Intentó disimular su curiosidad, en vano, puesto que Draco podía llegar a ser extremadamente perspicaz.
—Sí...— Fue lo único que atinó a decir, no estaba de humor para hablar de lo ocurrido con nadie, mucho menos con Weasley, Ronald lo odiaba y posiblemente él también.
Aún estaba dolido por lo que había pasado, mucho esfuerzo era el que hacía para no lagrimear, no quería derrumbarse en compañía de la zanahoria. Simplemente esperaba poder encontrarse solo unos minutos, y procesar la situación, dando por perdido el mundo mágico, estaba estancado en el mundo muggle... Tal vez para siempre.
Pero decidió que aquel no era el momento ni el lugar. Se encaminaba a quién sabe dónde con el chico en que menos confiaba, algo le decía que todo iba a estar bien, pero una parte de él le pedía a gritos que huyera y se otorgara un momento con la soledad.
—¿Por qué han venido aquí? — Soltó sin más, en un torpe intento por cambiar de tema. Sin embargo, Ron se paró en seco, exaltando un poco al rubio. —¿Weasley?— Lo llamó, pero este levantó la vista a Draco, fulminándolo con la mirada, podía notar ciertas lágrimas acumularse, pero así como apenas aparecieron, desaparecieron, dando lugar a una mirada de odio y enojo.
El pelirrojo suspiró, retomando su caminar, y el contrario solo lo siguió.
—Mi madre.— Habló después de quizá dos minutos. —Mi madre... Enloqueció. O bueno, algo así.—
Draco abrió los ojos, atónito por tal noticia que le era transmitida, ¿cómo que la señora Weasley había enloquecido?
—Cuando Ginny murió... Ella tan sólo culpó a Harry, diciéndole que él la había asesinado, que... Que la fama se le había subido a la cabeza y que sólo quería librarse de mi hermana.— Pudo oír como tragaba con dificultad. —Bueno, el rumor se esparció, mi madre informó a las autoridades y ahora lo están buscando para comprobar si es cierto lo que se dice.— Acabó, relamiéndose los labios, dolido por lo que acababa de contar.
Se quedó petrificado -aunque obviamente seguía caminando junto a Ron-, Harry nunca haría tal cosa.
—¿P-pero a qué le tiene miedo? Él no lo hizo...— Frunció el ceño, intentando comprender.
—Malfoy, es...— Suspiró. —Bastante complejo de explicar. —Alzó una ceja, frenando su caminar en el acto. —Pero, ¿sabes por qué te cuento esto?— El contrario negó, dudoso. —Porque tu familia está tan destruida como la mía, no tienes de qué presumir ahora, no puedes burlarte, ya que sabes lo que se siente el perder a un ser amado, pasamos por lo mismo, estamos sumergidos en la misma tristeza. A mí sólo me quedan Harry y Hermione, y a ti solo tu padre, o ni siquiera eso.—
Draco bajó la mirada, quizá su yo del pasado le hubiera dado un puñetazo y haberle hecho callar en ese mismo instante, pero su yo de ahora, aquél que escuchaba la ira disfrazada con palabras de Ronald, sabía que en el fondo, tenía razón... Ya no le quedaba nadie... Desde hace mucho tiempo.
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ㅡPerdiendo la cordura. |DRARRY.|
Fanfiction[TERMINADA] «Draco no podía ser feliz, no desde que huyó de Hogwarts al mundo muggle. Su pasado le perseguía por todas partes, su tristeza iba de mal en peor. Todo empeoró aún más cuando cierto chico de ojos esmeralda apareció de nuevo en su vida, h...