Sola

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Narrador

Qiyana habia decidido irse por su cuenta para ya no lastimar o que saliera lastimado la persona que le importaba, había pasado una semana desde que se fue de aquel barco; estuvo rondando por varios pueblos sola, intentaron asaltarlo y robarle sus cosas lo cual terminó muy mal para esos ladrones.

Viajando un poco  empezó a sentirse muy sola porque ya no tenía con quien conversar ni con quien pelear, los únicos amigos que había hecho los abandonó en aquel barco y ahora rondaba sola, tan sólo con la misión de acabar con las últimas campeonas que faltaban en este caso era Evelyn.

Se la pasó buscando información para poder encontrarla lo cual era muy difícil ya que la gente no sabía muy bien dónde se ubicaba porque siempre andaba de un lugar a otro jamás se quedaba en un lugar mucho tiempo, al menos que hubiera muchas víctimas para ella.

Siguió su camino un encontrar muchas pistas de su rival, mientras tanto, en Ixtal su madre y hermanas seguían la travesía de su hermana menor Qiyana, todas le tenía un poco de rencor por lo que le había hecho a su hermana mayor heredera el trono al dejarla discapacitada pero la mitad de ellas al ver como su hermanita se enfrentaba a las adversidades y como logró tener compañeros, además de un amorío, estaban pensando que tal vez ella es la correcta para  heredar el trono mientras que otras quieren que fracase para que no regrese.

Paso otra semana más, Qiyana ya estaba cansada de no poder encontrarla, se quedo en una pequeña casa a dormir unas horas, se estaba desesperando, evelyn  es la que más trabajo le ha tomado para poder encontrarla, ha empezado a perder toda esperanza de que tal vez no daría con ella, en eso una pequeña carta se desliza por su puerta llamando la atención de la princesa.

- ¿Qué es esto? - Se levanta de su cama y toma la carta, la abre al ver que era una invitación.

Hola señorita, me entere que esta buscando a la súcubo Evelyn, si gusta podemos vernos a las 12 en el jardín detrás del pueblo, ahí le podre ayudar con su búsqueda porque yo también tengo motivos personales para acabar con esa maldita.
Sin mas que decir me despido

Atten: Rosa

Qiyana se sorprendió ante esta carta, no pensé que recibiría ayuda pero era menor tomarla, miro el reloj en la pared y faltaba una hora para verse con ella, sin pensarlo mucho, tomó sus cosas y se dirigió al jardín a espaldas del pueblo.

Una vez en ese lugar, dieron exactamente las doce y una mujer con vestido rojo muy provocativo, llego hasta donde se encontraba Qiyana.

- Creo que tu eres Rosa ¿O me equivoco?

- No te equivocas, yo soy Rosa, soy  la que te envió aquella carta para que nos viéramos aquí, me alegra que pudieras venir ahora podemos hablar acerca de la súcubo qué quieres encontrar. - Qiyana desconfiaba de ella.

- Si... ¿Sabes donde esta? - Rosa se acerca mas a ella y la toma de la mano dándole un pequeño piquete.  - Auh ¿Qué te pasa? - Aventó a Rosa y preparo su Aro.

- Lo siento yo soy Evelyn. - En eso la súcubo se transformó en su verdadera apariencia, su piel se volvió morada su traje apenas cubría su cuerpo y unas grandes colas puntiagudas salieron en su espalda. - Me quiero divertir contigo cariño.

- Lamento decirte que no debiste aparecer. - Su aro creó un viento cortante y se lo lanzo a la súcubo esta termino muy cortada pero se reía del dolor.

- Jajajajajajaja.

- Veo que te gusta sufrir ahora veamos como soportas esto... - Qiyana sintió que su cuerpo se paralizo, miro su mano a duras lenas y recordó el piquete, después cayó al suelo sin poder moverse.

- Bien, mi veneno hizo efecto, ahora es mi turno de divertirme.

Continuará...

Qiyana Vs Las CampeonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora