Un Final Feliz

251 8 12
                                    

Narrador

Después de que la Emperatriz hizo eso ambos pasaron la tarde en la habitación de Qiyana, ninguno dijo ni una palabra, al parecer el Moreno estaba muy confundido por la actitud de la chica, no entendía lo que quería o lo que estaba pasando alrededor de ella.

Qiyana se sentó al lado de Ekko, estaban en su cama los dos pero ninguno decía nada, hasta que por fin se armó de valor uno de ellos, para romper el silencio.

- Qiyana.

- ¿Qué pasa Ekko?

- Estas actuando muy raro, tú no eres así ¿Todo está bien? - La toma de sus manos. - Qiyana lo mira sus ojos y le responde.

- Si... Es sólo... que por mucho tiempo por ser la hermana menor... Siempre quise ser la reina de mi pueblo, quería demostrarle a mis hermanas que era la mejor de todas y que yo era la única, que podía heredar el trono de nuestra madre.

- Entonces por eso estás actuando así... Estás dolida de que no lograste obtener el trono. - Desvía su mirada.

- Eso estaba en mi pasado. - Le agarra tiernamente su mentón y hace que la vea.

- ¿Qué harás ahora?

- Seré... Feliz. - Qiyana besa a Ekko de forma a pasional y lo recuesta en su cama, ella se sube encima de él besándolo aun, se separan por la falta de aire y ambos se ven rojos porque sabían lo que seguía a continuación.

- ¿Segura que quieres hacerlo?

- Si... Es mi primera vez y se... Que la tuya también. - Ekko se puso algo avergonzado.

- Pero el embarazo...

- Tranquilo, utilizaré mi magia para crear una protección entre nosotros, lo disfrutaremos pero no habra riesgo alguno de que yo quedé embarazada, confía en mi.

Ekko solo asintió y lo besó, la chica empezaba a quitarle su camisa, admiraba sus pectorales mientras el chico, le retiro su vestido dejando ver su brazier negro.

- Adelante. - Se lo quita con cuidado, deja ver sus pechos medianos, bien formados, Ekko se queda embobado pero Qiyana arrima sus atributos al rostro de su amado. - Sin miedo.

Ekko empezó a besarlos y Qiyana aguantaba los gemidos de placer, mientras en su pantalón se formaba un bulto.

- Alguien ya despertó, ahora... - Con su rodilla masajeaba la entre pierna de Ekko para darle placer.

- Te amo Qiyana

- Y yo te amo Ekko.

Mientras ambos seguían en eso, sus hermanas entraron sin tocar la puerta, porque querían hablar con ella y se llevaron la grata sorpresa, de encontrar a ellos dos en una escena muy privada.

- ¡Qiyana! - Dijeron todas sorprendidas.

La mencionada y Ekko se taparon con las sabanas, mientras Qiyana usa su elemento aire y manda a sus hermanas afuera de la habitación cerrando la puerta de golpe.

- ¡Pendejas! ¡Toquen la puerta primero!

Qiyana estaba sumamente molesta porque sus hermanas interrumpieron aquel momento especial, que tenía con su pareja mientras que Ekko solo río un poco y la abrazó.

- ¿Ekko?

- Eres genial ¿Lo sabias? - Qiyana sonrió y le dijo...

- Ekko... Quiero que te quedes conmigo aquí. - Al escuchar eso, su sonrisa se volvió más visible.

- Aquí ¿En Ixtal?

- Si... Conmigo.

Sin decir nada, se acercó a ella y le dio un beso tierno en sus labios.

- Por su puesto... Quiero ser parte de mi mundo.

- Tú eres mi mundo.

Ambos se besaron nuevamente, pasaron los meses y la pareja siguió junta, su madre logro aceptar a Ekko y sus hermanas, a regaña dientes igual, no le Caín para nada bien pero eso no le importó mientras estuviera con su emperatriz, todo estaría bien.

Ambos mantuvieron su noviazgo hasta que por fin Ekko se ánimo a pedirle matrimonio a Qiyana, ella aceptó y la boda fue increíble.

Al final la emperatriz logro descubrir el amor en un chico diferente a ella y desde que lo conoció, ya nunca se sentido sola nuevamente.

El amor cambia hasta la persona mas ruda y cerrada, solo debes dar un salto de fe.

Fin

Qiyana Vs Las CampeonasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora