Criminal Love

9

Luhan.

Miré a ambos niños dibujar mientras repetía lo que había escuchado antes de cerrar la puerta.

¿Sehun era heterosexual? No lo creía, ya que había estado coqueteando abiertamente conmigo cuando nos conocimos y había correspondido a nuestro beso hace unos minutos.

—¿Papi?

La voz de Xiaojun me hizo reaccionar y lo miré, dándole una sonrisa.

—¿Qué sucede dragoncito?

—¿Al tío Chan le gustan los coches?

—Eh... Supongo que sí.— Le dije y él asintió, volviendo a su dibujo.

Ni un minuto había pasado cuando la puerta se abrió y Sehun se asomó.

—¿Están listos para irnos?

Jaemin se levantó corriendo y le mostró su dibujo a Sehun, quien hizo un sonido sorprendido y lo felicitó.

—Estoy seguro de que tu papá amará el dibujo, Jaeminnie, este de aquí es idéntico a él.— Dijo señalando al oso con las orejas ligeramente más grandes.

—Papi dice que esa es la característica principal de papá Yeol.

Sehun sonrió y asintió, revolviendo el cabello de Jaemin. Me miró con una sonrisa tensa.

—Yoona está lista. Dice que nos seguirá en mi auto, así que está abajo.

Asentí y ayudé a los niños a recoger sus dibujos y seguir a Sehun. Jaemin de inmediato corrió a Sehun para tomar su mano. Al parecer le había caído bien.

Xiaojun los miraba receloso mientras caminábamos detrás de ellos, sin duda sacando su desconfianza por parte de Yifan.

Cuando llegamos al auto, Sehun me ayudó a acomodar a los niños y después subimos nosotros. Sehun encendió el motor y arrancó, seguido por su automóvil conducido por Yoona.

Jaemin comenzó a hablar sobre alguna película que había visto y Xiaojun de vez en cuando intervenía, por lo que el viaje fue tranquilo.

En cuanto llegamos al hospital privado, Sehun bajó a Jaemin y me miró.

—Voy a adelantarme con Jaemin y Yoona, ¿está bien?

—Descuida, desde aquí puedo ver a Chen y siento la mirada de los otros guardias escondidos. Ve a ver a tu hermano.

Sehun asintió y tomó la mano de Jaemin y comenzó a caminar hacia donde Yoona lo esperaba. XiaoJun me miraba y de pronto abrió los ojos como platos. Yo me giré de inmediato, esperando encontrarme de cara con el peligro, pero sólo era Sehun, que caminaba decidido hacia mí con una mirada seria. En cuanto llegó frente a mí sus manos sujetaron mi rostro con firmeza y unió nuestros labios en un beso que me hizo curvar los dedos de mis pies.

Finalmente se apartó y me miró con una sonrisa traviesa.

—Más tarde tú y yo vamos a hablar sobre lo nuestro, Lu, lo prometo.

Sólo pude asentir cuando él se dio la vuelta y regresó trotando junto a su hermana, que sonreía con una mezcla de diversión y tristeza mientras tenía a un boquiabierto Jaemin sujeto de la mano.