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Pov Inuyasha:

Hoy es un día como cualquier otro, el pronóstico del clima dijo que hoy llovería pero por ahora hay sol, un radiante y hermoso sol que contrasta con el hermoso cielo azul...creo que hoy amanecí muy cursi, y todavía son las 2 de la tarde y estoy encerrado en el salón del consejo en una aburrida reunión, que lata.

- ¿Alguien tiene alguna idea? ¿Inuyasha?

¿Me hablan a mi?, ¿y que debo decir?, he estado tanto en las nubes que no tengo ni la menor idea de lo que dijeron.

- Podría repetir la pregunta.

- Otra vez en las nubes, últimamente le pasa mucho- dijo el capitán de judo- Estábamos hablando sobre las falta de actividades recreativas de la escuela, nos pasamos la mayor parte del tiempo estudiando y en los clubes que no tenemos ninguna actividad extra para relajarnos, ¿tiene usted alguna idea para resolver el problema?

- Siendo sincero deberíamos hablar con los profesores y elegir algunos días para realizar actividades al aire libre.

- De acuerdo, ¡siguiente!

Cómo odio estas reuniones, ¿porque acepté ser el capitán de atletismo?, ahora estaría en mi casa jugando algún videojuego. La reunión siguió por unas largas dos horas hasta que todas las inquietudes fueran resueltas y nos liberaron del calvario, que bueno que son una vez al mes porque si fueran todas las semanas creo que nunca vendría.

- ¿Inuyasha vas directo a casa?- me preguntó Sesshomaru ya a la salida de la escuela.

- Si, me siento muy cansado y solo quiero llegar a dormir, ¿porque, tienes algo más que hacer?

- Pues...quisiera invitarte a comer algo, si estas de acuerdo.

- Vale, déjame avisar a mamá y vamos- dije mientras le escribía el mensaje a mamá, después de enviárselo unos segundos después me mando otro diciéndome que me cuidara y no diera problemas, ¡como si fuera un niño problemático!. A Sesshomaru parece haberle alegrado mi respuesta, andamos un rato hasta llegar a una repostería y entramos.

- Bienvenidos- dijo una muchacha- Por favor síganme- dijo y nos guió hacia una mesa para dos que dejaba ver un pequeño jardín al costado del local, nos entregó el menú y se fue.

- ¿Ya elegiste Inuyasha?

- Quiero una tarta de moras con crema y chocolate y un refresco de piña.

- Vale- dijo Sesshomaru cerrando su menú y llamando a la mesera.

- ¿Que desean comer hoy jóvenes caballeros?

- Para el una tarta de moras con crema y chocolate y un refresco de piña, y para mi un banana split con una tarta de manzana.

- Enseguida les traemos el pedido, por favor esperen unos minutos- dijo recogiendo los menús y entrando a la cocina. Dos minutos después regresó con nuestro pedido, hizo una reverencia y se fue a atender a otros clientes.

Una vez solos empezamos a comer y debo admitir que todo estaba delicioso, incluso le di un poco a Sesshomaru como niño pequeño y viceversa. Al terminar pagamos, y me refiero a que pagó Sesshomaru ya que no me dejo aportar ni un yen y nos fuimos a casa.

- Todo estaba muy delicioso, gracias por invitarme.

- Y gracias a ti por aceptar, me la pase muy bien junto a ti- dijo entrelazando nuestras manos consiguiendo que me sonrojara un poco, pero no lo separé, al contrario, le sostuve un poco más fuerte y continuamos así hasta que cada uno entró a su casa, no sin antes darnos un pequeño beso.

- ¡Mamá llegó el confesado!- gritó Aome una vez que entré por la puerta.

- Bienvenido cariño, ¿como fue tu cita?

- La verdad es que estuvo feno...menal- espera, rebobinando, Sesshomaru me invitó a comer algo; me llevó a una repostería; ambos nos dimos de comer; el pagó la cuenta; estaba muy feliz al igual que yo desde que acepté...¡O MY GOOD!, ¡fue una cita todo este tiempo y yo sin saberlo!, ahora como lo miraré a la cara.

- No tenías ni la menor idea hasta ahora ¿verdad?- me preguntó mama.

- No- dije y Aome empezó a reírse como hiena desbocada, aunque me lo merezco por ser tan despistado.

Mi vecino, mi amor secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora