Capítulo 30

240 27 9
                                    

La clase se pasó rápido, probablemente porque mi mente estaba en Yugyeom y su rápida confesión, aunque acepto que, escuchar hablar de Jackson había hecho que un bajón llegara a mi cuerpo. Guardé mis cosas en mi mochila con tranquilidad, mientras de re-ojo veía que Jinyoung se posaba en la puerta para esperarme. Noté que estaba ahí, pero decidí tomarme mi tiempo en alistarme mientras trabajaba un poco en dejar de sentirme así. Jinyoung había sido muy lindo conmigo y lo que menos merecía era recibir un mal trato de mi parte. Terminé y caminé hasta el castaño con un intento de sonrisa en mi rostro, aunque sabía que lo notaría de igual forma.

— Hola, Al— Su preciosa sonrisa iluminaba su rostro, como de costumbre, haciendo que mi humor cambiara al menos un poco.

—Hey Jin, ¿Vamos?— Correspondí el gesto al saludarlo con una pequeña reverencia. Desde que vivo en Corea ese pequeño gesto se había adherido a mis saludos. El más alto sólo negó y tomó entre sus manos mi mochila, no sin antes haberse acomodado los lentes.

— Dame tu mochila, yo la llevaré— Le miré sorprendida y negué. Nadie había tenido esos detalles conmigo, lo que hizo que mis mejillas se tornaran de un tono carmesí al instante, bajando el rostro para evitar su mirada.

— Claro que no, no harás eso.

— Dámela, anda. No me cuesta nada llevarla— Le miré con los ojos brillosos, sintiendo cómo se aguaban un poco. Que alguien me tratara de esa forma hacía que se me entumiera el corazón. Sobre todo porque, Jinyoung no merecía que lo comparara con Jackson. 

Accedí a que llevara mi mochila, dirigiéndonos hacia donde el chico me guiara, no prestando un poco de atención al camino, ya que iba conteniendo algunas lágrimas, cómo tonta. Estaba por poner mi pie fuera del edificio cuando el brazo de Jinyoung tomó el mío con delicadeza, deteniéndome. 

— Está lloviendo, boba.— bajó su mochila para sacar un paraguas azul marino, mientras yo sólo miraba la lluvia. No me había percatado de la lluvia hasta que Jin lo dijo, soy torpe —Anda, vamos— Habló en voz baja, escuchándole apenas mientras asentía.

Abrió la sombrilla y rodeó mis hombros con su brazo, acercando su cuerpo al mío en un intento de que cupiéramos los dos debajo, haciendo que un cúmulo de emociones recorriera mi mente. Abrazar a alguien que no fuera Jackson o Jaebum se sentía extraño, pero no de mala forma. Me hacía sentir segura e importante, como si Jin de verdad quisiese cuidarme. 

Caminamos hasta su precioso mini cooper rojo, abriéndome la puerta del copiloto para que pudiera entrar y cerró con cuidado, para dirigirse a la suya. Estaba mojado cuando entró al auto, pues se había tomado el tiempo de cerrar la sombrilla fuera. Sonreí un poco, ahora más calmada y me regaló una también, encendiendo el auto.

— Jin.

— Dime. 

— Pensé que estudiaríamos aquí, en el campus.— Ni si quiera me miró, simplemente esbozó una sonrisa ladeada con demasiada tranquilidad.

— Es cierto, pero después de ver tu estado de ánimo y el terrible clima lluvioso, decidí que mejor iríamos por un café— Era un príncipe, agradecía tener a alguien como Jin y JB en mi vida, se preocupaban mucho por mí y eso me hacía sentir menos mal. 

— Gracias Jin— agradecí con una pequeña sonrisa y miré mis manos heladas, regresando la vista al atractivo conductor —¿Hay problema si pasamos a mi casa antes? Quiero abrigarme.

— También pensaba ir a mi departamento rápido, ¿Te parece si pasamos al mío y después a tu casa?— Sólo asentí.

Llegamos a un hermoso lugar, lleno de blancos edificios modernos y a primera vista, bastante grandes. Entró al estacionamiento, parando el auto frente a la entrada del lugar, donde dos hombres nos recibían. Jin se dirigió a uno de ellos, entregándole las llaves del auto, supongo que iría a estacionarlo él.

El lugar se veía lujoso, y como imaginé, muy grande. Jinyoung jamás me dió la impresión de ser una persona de muchos lujos, quién diría que viviría en un lugar así. Tenía vibra de ser un hotel, pues incluso contaba con recepción y luz cálida, pero no era así, sólo eran lujosos departamentos. Subimos por un elevador hasta el quinto piso, donde bajamos y caminamos por un enorme pasillo, deteniéndonos en una puerta negra con el número 512 en metal. 

Abrió con un sistema inteligente de código, haciéndome sentir rara, pues Jin siempre había sido muy sencillo. En la escuela apenas tenía amigos y se dedicaba mucho a estudiar, jamás podría verlo de ésta forma. Una vez dentro, mi rostro hizo una mueca de sorpresa, era un lugar precioso, lleno de ventanales enormes y adornos modernos y minimalistas.

— Éste es mi departamento, por favor siéntete como en casa. 

Good feeling. / Jackson Wang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora