Capítulo 29

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Una semana sin Jackson Wang.

Ya había pasado una semana desde que Jackson había desaparecido de Corea. La sensación de su tacto sobre mi cuerpo desnudo había desaparecido casi por completo, lo que me hacía sentir más tranquila. Ojalá pudiera quitar la sensación de su tacto de mi corazón también.

A la señorita Daren le había encantado el trabajo escrito que había hecho con Jinyoung. Al parecer, crear una mastaba egipcia a escala fue una buena decisión, sólo faltaba hacer la maqueta y tendríamos el proyecto listo. 

Me acerqué a Jin con una sonrisa en cuanto terminó la clase, quien guardaba su laptop en la pequeña maleta azul marino que cargaba usualmente. 

— Hey, Jin.— Sonrió ampliamente al escucharme y se giró para prestarme completamente su atención, como siempre lo hacía.

— ¿Qué pasa, Ally?

— Sobre el proyecto, ¿Nos veremos para terminar la maqueta?— Asintió mientras pensaba un poco, noté que lo hacía en la expresión de su rostro.

— ¿Te parece si comenzamos hoy? Estoy libre, podemos ir al centro de estudio del campus terminando clases.

— Uh, suena bien ¿Te parece si te veo fuera del salón de ciencias? Es mi última clase.— Asintió al instante, mientras sonreía con tranquilidad, contagiándome un poco. 

— Entonces nos vemos en una hora, bonita.

— Bye, Jin.— Ondeé mi mano mientras caminaba fuera del salón, nerviosa por el cumplido del chico, aunque no le dí importancia. 

Comencé a caminar al salón de ciencia, cuando la melena rojiza de mi mejor amigo me sacó de mis pensamientos. Traía puesta una hermosa playera negra que le había regalado días antes, llevaba una ilustración del rostro humano con sólo líneas, era preciosa. 

— Cabeza de coco.— Dije en cuanto estuve lo suficientemente cerca.

— Anciana canadiense.— Solté un par de carcajadas, era un estúpido nato.

— ¿A dónde tan guapo? Esa playera se te ve fenomenal, soy la mejor escogiendo ropa— Miré la playera y suspiré de forma pesada. JB sólo rió un poco mientras giraba los ojos.

— Iré a comer con SunHee, la chica con la que salgo ¿Quieres venir?

— Por supuesto que no, qué asco las relaciones estables, ver parejas me enferma.—  Bromee con una mueca de desagrado que se convirtió en una risa burlona. Era mi forma de ocultar el dolor que sentía desde hace una semana.

— Calla boba, esos temas no se tocan en casa.— Ladeó su cabeza buscando que no me hubieran escuchado tocar el tema prohibido, jugando.

— Vete ya, ojitos de regalo, debo ir a mi última clase.

— Qué aburrido, que disfrutes tu clase mientras voy por un café helado.— Se acercó para dejar un beso en mi cabeza para después revolver mi castaño cabello y desparecer entre los estudiantes que vagaban por los pasillos de la universidad. 

Llegué a mi aula y tomé asiento en la banca que usualmente ocupaba, esperando a que entrara el profesor y comenzara la clase, pero mi vista se vio interrumpida por unas piernas largas en unos pantalones negros ajustados. 

— ¿Qué quieres, Yugyeom?

— Tu novio desapareció, ¿Peleas maritales?

— ¿No te está apretando el cierre del pantalón? Es muy ajustado y tu amigo debe estar incómodo. Una talla menos y podrías llegar a las notas de voz de Ariana Grande. 

— Muy graciosa Alanna, debiste reír igual cuando supiste que Jackson te había dejado, ¿cierto?— Noté que no se reía, ni se veía molesto, era claro que se estaba defendiendo por qué tenía que hacerlo, pero su mirada tranquila me hacía pensar mucho.

— Eso es algo que a ti no te importa.

— Claro que me importa.

— Vete de aquí.— Mi corazón había comenzado a latir rápidamente, recordándome aquel día de la fiesta. 

— Okay, escúchame.—  Se agachó un poco para acercarse a mi rostro, haciendo que mi cara se alejara por inercia y con cuidado que nadie escuchara susurró — Lamento de verdad lo de la fiesta, no medí mis acciones, de verdad lo siento.—

Noté que sus palabras eran sinceras, tenía la cabeza agachada, como si tuviera pena de verme y se levantó, listo para caminar fuera del salón, hasta que hablé.

— Y me lo dices en voz baja, para no dañar tu imagen de machito frente a todos.— Se giró sorprendido por mis palabras y me miró. Su rostro era de sorpresa, sabía que tenía razón, pero sólo se marchó, entrando el profesor en el salón y comenzando la clase.

¿Qué había sido eso?

Good feeling. / Jackson Wang.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora