Sobre el río y por los bosques

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El príncipe Zora se encontraba caminando junto a nada más y nada menos que el mismísimo campeón Hyliano. El rubio le había pedido que lo acompañará a un lugar especial, el único inconveniente es que estaba algo lejos de la región de los Zora, casi en los confines de la región de Lanayru, pero el ojiambar aceptó ir, de todas formas, confiaba en el ojiazul. Ya habían viajado sobre el río y por los bosques, la curiosidad inundaba la mente del Zora, pero este prefería no hacer preguntas y no cuestionar al Hyliano.

- Ya casi llegamos - exclamó el rubio con una sonrisa.

- Genial - el ojiambar le dedico al espadachín su sonrisa característica, lo cual le provocó una pequeña risita al campeón.

Llegaron por fin a una pequeña cascada, la cual formaba una laguna a su alrededor, pero a diferencia de las que había alrededor del reino Zora, está tenía varias princesas de la calma creciendo en las orillas.

- Desde que vencí a Ganon, las flores han comenzado a florecer nuevamente - le explicó Link mientras se acercaba lentamente a la laguna - No me sorprendería que en uno años Hyrule este lleno de ellas -.

Sidon miraba asombrado el lugar, la última vez que había visto una princesa de la calma había sido hace más de un siglo, cuando su hermana aún vivía.

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- Mira Sidon - la princesa cargo con cuidado a su hermano menor, para que pudiera apreciar mejor la flor que habían encontrado en la cima de la cascada Xera - Esta es una princesa de la calma -.

- Es hermosa - exclamó el menor con brillo en los ojos - Pero no tan hermosa como tu, Mipha -.

- Gracias Sidon - la campeona le dio un pequeño beso en la mejilla - Es la flor favorita de la princesa y también de nuestra madre -.

La reina Zora había fallecido hace tan solo un par de años atrás.

- Llevemos la flor a donde mamá está descansando y plantemosla ahí - sugirió el menor.

- No Sidon, estas flores no crecen si uno las planta, ellas deciden donde quieren crecer, si la sacamos de aquí se marchitara en cuestión de días - le advirtió la mayor - La misma princesa de Hyrule ha intentado cultivarlas para estudiarlas y tratar de preservarlas pero siempre terminan marchitas -.

- Ya veo - el pequeño hizo un pequeño puchero.

Después del cataclismo y de la muerte de los campeones, las flores se marchitaron y prácticamente se consideraron extintas... Hasta el día en que un fuerte terremoto azotó el reino de Hyrule, provocado por unas torres y santuarios que emergieron del suelo tras estar años ocultos. A partir de entonces volvieron a verse ejemplares de aquella flor.

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- En la región de la llanura de Hyrule hay cientos de ellas - continuó explicando el rubio - Zelda esta maravillada, ella adora esas flores -.

- Si... Eran las flores favoritas de mi madre también - le menciono el príncipe.

- Es una flor muy hermosa, sobre todo de noche, emite un resplandor al igual que las campanas mudas - el Hyliano se sento en la orilla mientras se quitaba sus botas - Pero basta de charlas... ¿Quieres nadar? -.

- Claro - exclamó feliz el ojiambar y enseguida se zambullo en el agua.

El rubio se despojo de la mayoría de su ropa para poder nadar cómodamente, dejó sus pertenencias en la orilla para luego acercarse nadando al Zora. Este por su parte, se preguntaba el porqué el ojiazul lo había llevado a aquel lugar tan apartado... ¿Nadar? Eso siempre lo hacían en el embalse oriental o en el lago Ruto, no podía ser eso ¿Ver las flores? No, Link no sabía que aquellas flores eran las favoritas de su difunta madre, sin mencionar que ni Link ni Sidon se interesaban mucho por las flores.

Entonces ¿Por qué lo había llevado a aquel lugar en específico?

Los pensamientos del ojiambar fueron interrumpidos al sentir como el Hyliano tocaba su hombro, para luego sonreírle de forma burlona.

- ¿Una carrera? -.

Sidon y Link siempre jugaban a ello cuando nadaban, por obvias razones el príncipe ganaba la mayoría del tiempo, algunas veces el ojiazul había logrado vencerlo y en aquellas ocasiones había usado el traje Zora, el cual había logrado completarlo y además lo había mejorado con la ayuda de las grandes hadas.

- No planeas retar a un Zora sin tu armadura ¿O si? - le pregunto el mayor.

- Me gustan los retos - le respondió el Hyliano con algo de orgullo - Uno, dos... - Link comenzó a nadar rápidamente - ¡Tres! -.

- ¡Tramposo! - grito el ojiambar, aunque su tono de voz no era de enojo, es más, parecía estar aguantando la risa.

El rubio volteo a ver al Zora mientras sacaba la lengua, en una mueca de burla, el príncipe jadeo fingiendo estar ofendido para después agarrar al espadachín de su tobillo.

- ¡Hey! - se quejo el rubio mientras palaeaba levemente.

- Te atrape - dijo con una sonrisa maliciosa para después jalar al Hyliano y colocarlo contra su pecho mientras rodeaba su cintura con sus brazos, lo tenia atrapado en un abrazo.

El ojiazul dejó de protestar, es más, correspondió con gusto al abrazo mientras ambos reían, Link vio como la cola de tiburón del Zora de agitaba, lo cual le sacó una enorme carcajada. Estuvieron así un largo rato, hasta que Sidon decidió hacer aquella pregunta que rondaba en su mente desde hace varios minutos.

- Link... ¿Por qué me trajiste aquí? - le cuestionó con curiosidad el príncipe mientras ladeaba la cabeza, la mirada del rubio pasó de una alegre a seria, estuvo un par de segundos callado para luego suspirar y mirar al mayor directo a los ojos.

- Sidon yo... Hay algo que debo decirte y quería que fuese aquí -.

- ¿Por qué? -.

- Verás... Hace mucho, cuando aún no había derrotado a Ganon y me encontraba viajando por Hyrule, salve a una pareja de unos bokoblins y ellos me hablaron sobre una leyenda respecto a la princesa de la calma - el Zora lo escuchaba atentamente - Decian que si una pareja se declaraba su amor en el lugar donde esa mítica flor crece, su amor sería bendecido... - el ojiambar se sonrojo al instante, ya había intuido lo que venía a continuación - Y yo quize traerte aquí para decirte que te amo Sidon... -.

Los zafiros azules de Link se encontraron con los orbes dorados del príncipe, estuvieron viéndose directamente a los ojos por varios segundos hasta que Sidon decidió romper el silencio.

- Oh Link - el ojiambar lo tomó con ternura del mentón - No sabes cuanto me alegra oír eso - paso con delicadeza su pulgar sobre los suaves y carnosos labios del Hyliano - Cuanto me alegra el hecho de que la persona que es dueña de mi corazón corresponda a mis sentimientos -.

Ambos se sonrieron con ternura antes de darse el beso tan ansiado por sus corazones.

Al parecer la leyenda que aquella pareja le contó al espadachín era cierta, el sentía que su amor con el príncipe Zora habia sido bendecido aquel día. Agradecía el haberse encontrado con aquellos viajeros y haber escuchado su historia.

( Y con esto finalizamos el 6to día, aún nos queda la última tematica obligatoria y luego el día libre

Espero que les guste, el One-Shot de mañana tendrá muuuchas referencias

Preparen sus memes del capitán América)

One-Shots Sidlink ( Breath of the Wild - Yaoi ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora