IV

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Jonathan dormía con la boca abierta y babeando un poco a su lado, eran las dos de la mañana, Dio se había levantado para ir al baño cuando Jonathan se levantó más rápido para vomitar, ambos sintieron miedo cuando Jonathan terminó de vomitar.

Lo sabían.

— ¡Te dije que usaras condón maldito vampiro!—. Gritó Jonathan lanzandole todo lo que tenía a la mano, Dio intentaba evitar todo lo que le lanzaba. Jonathan había apodado así a Dio porqué con cada año que pasaba se veía más joven.

— ¡Tal vez tienes gripe o un virus!—. Grito en respuesta levanto al adulto y al adolescente.

Cuando se calmaron dejaron a George acargo de su casa diciendo que volverían en unas horas con algunos resultados.

— ¿A donde va el conde Drácula y el abuelo Jonathan?—. Preguntó un cansado Joseph de 16 años a su padre quién le aplastó el cabello un poco por lo despeinado que se veía.

— Ya volverán—. Respondió tranquilo, George se había casado con Elizabeth y tenido un pequeño de nombre Joseph Joestar y posiblemente tendrían otro miembro de la familia.

— ¿A qué hora regresa mamá?—. Joseph bostezo para rascar su cuello.

— En unas horas pienso sorprenderla, Lisa Lisa dice que está muy impactante y te quiere presentar a alguien, además de todos los viajes que haremos aprovechando tus vacaciones—. La platica siguió mientras ambos empezaban a alistarse, estaban despiertos así que aprovecharon notablemente el tiempo, George se había casado con Elizabeth cuando ambos tenían 20, habían tenido a Joseph cuando ambos tenían 22.

***

Ni si quiera el doctoro alguno de seguridad se atrevía a detener la pelea que ambos adultos que tenían en recepción, habían discutido desde que iban en el automóvil, ellos estaban demasiado bien teniendo solo a George y era suficiente, un segundo bebé les estaba dando un giro a toda su rutina, George se había inscrito a la Academia militar y estás eran sus últimas semanas con él, querían hacer demasiados viajes en esas semanas de vacaciones que tenía Dio, él y Joseph.

— ¡Ah, pero el señor inmortal quería hacerlo!—. Alegó Jonathan una vez entraron al pequeño consultorio de emergencia de 24 horas.

— ¡Tu no te negaste cuando te meti mano!—. Respondió Dio tomando un número y yéndose a sentar, una vez se sentó en la sala de espera, Jonathan se sentó en las piernas de Dio y cruzo sus propias piernas como una mujer molesta.

— ¡Obviamente no iba a discutirlo, estábamos en un autobús!—. Las pocas personas que habían se sonrojaban levemente al oir la acalorada pelea/platica—. ¿Puedes traerme un vaso de agua para qué pueda seguir gritándote?—. Él rubio lo dejó en las sillas continuas y se levantó para ir al dispensador, regreso pacíficamente hasta donde estaba Jonathan, le dio el vaso de agua y volvieron a la misma posición: Dio sentado y Jonathan en sus piernas—. Gracias, bueno ¿En qué estaba? ¡Ya me acordé!—. Se acomodó—. ¡Además me llevaste a la fuerza a la parte trasera del mismo autobús!

— ¡Tu solito me usaste de asiento!—. Gritó—. ¡Yo solo te la quería chupar y tu empiezas a quitarme el pantalón!—. La mayoría de gente se imaginaba la escena.

— ¿¡Qué!? ¡Y tu que no te niegas!—. Respondió Jonathan bebiendo un poco de agua.

— ¿Cómo me voy a negar a entrar en tu trasero?—. Gritó de vuelta, pero al hacerlo colocó una de sus manos en las rodillas de Jonathan.

— Nu-Número 12—. Dijo algo asustada/avergonzada la enfermera de recepción.

— Es nuestro vamos—. Dio se levantó tomando la mano de Jonathan para empezar a caminar donde estaba el doctor, pero en ningún momento habían dejado de gritarse mutuamente.

***

Ahora ambos adultos reían a todo pulmón, por su estupidez, por lo estúpidos que se veían, por lo estúpido de sus gritos.

Examen de sangre:

Embarazo: Negativo.

Virus común: Positivo.

Era lo único que veían aliviados y regresaron a su hogar.

***

Jonathan simplemente había comido algo en mal estado sin darse cuenta y eso lo había hecho vomitar a esas horas, cosa que alivió mucho a ambos, posiblemente querrían un segundo hijo cuando Joseph tuviera su primer nieto.

Ambos volvieron y les dijeron las noticias a su hijo y nieto más tranquilos. Unas horas después fueron a recoger a Lisa Lisa al aeropuerto, ella venía de una gira de moda en Italia y dijo que quería presentarle a Joseph una persona que conoció.

— Voy al baño—. Joseph se levantó de su asiento alejandose de los tres adultos que seguían esperando el vuelo donde venía su madre. Joseph salió del baño unos minutos después tropezando con alguien, en reacción le sujeto la cintura y el extrañó lo abrazó por el cuello—. Lo siento—. Joseph se quedó viendo atentamente esos bellos ojos que parecian contener los secretos del universo, esas pequeñas marcas debajo de ellos que quería probar, las mejillas levemente rojas que le recordaban a dos pequeños tomates y vio sus labios, joder, si lo besara descubriría él cielo, el infierno y el limbo al mismo tiempo. Se separó con cuidado de no dejar al rubio caer—. Joseph Joestar, un gusto.

— Caesar Anthonio Zeppeli—. Tomo la mano que Joseph le extendió para estrecharla

— Igual, lamentó haberte hecho caer—. Respondió Joseph—. Aun que con tu cintura caería hasta el infierno—. Río al ver la cara roja del rubio y al verlo alejarse sus mejillas se pusieron levemente rojas y volvio a donde estaba su padre aún con el rostro del chico en su mente y una sonrisa boba en la cara.

— No sabía que un baño pudiera ser tan bueno—. Comentó, Dio, cuando vio llegar a Joseph con la sonrisa de idiota.

— ¡Al menos conservo mi edad!—. Gritó en su propia defensa.

— Y yo me juventud—. Jonathan le pegó un zape a Dio para que no le siguiera el juego a su nieto.

***

— ¡Mamá!—. Intentó abrazar/taclear a Lisa Lisa, pero ella fácilmente lo evitó, terminó sobre aquel rubio de nombre Ceasar—. Te dije que caería hasta el infierno por esas caderas—. Ceasar se sonrojo con una pequeña vena de enojo y lo quito de encima con una llave de karate.

— Joseph—. Él nombrado se levantó ante la voz de su madre—. Permite que te presente a Suzy Q. Ella sera tu esposa—. Jonathan se sorprendió, Dio empezó a reír, George entró en pánico y a dos jóvenes se les rompía el corazón.

***

— Por cierto, Elizabeth—. Jonathan era él único que le decía de esa forma—. ¿Quién era el joven que dejamos en ese hotel?

— Es mi asistente, Ceasar Anthonio Zeppeli, es nieto de tu padre postizo, solo vino a atender unas cosas por mi y volvera a Italia—. Aclaró rápidamente para volver a apoyarse en su esposo gozando de como Suzy le sacaba una conversación amena a Joseph, solo Dio notó como el castaño, desde que se subieron al auto, estaba terriblemente incómodo y algo triste.

Joseph Joestar fue víctima del amor a primera vista, Ceasar Anthonio Zeppeli era él responsable.

— Ese matrimonio será una mierda—. Jonathan golpeó a Dio por su comentario.

[FIN CAPÍTULO 4]

The Lost Star [JJBA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora