The Lost Star [JJBA]

XXIII

Giorno sentía un martirio tener que arreglarse para ir a ese lugar para ser víctima de: burlas, leves golpes con papel dirigidos a su cabeza, insultos. Bajo deprimido las escaleras y vio a su padre, Dio estaba sentado en la mesa bebiendo una taza de café, a su lado, su niñera/mayordomo, Telence, dictando la agenda de Dio. Giorno, debía armarse de valor para lo que iba a pedirle.

- Papá-. Dio dejó el periódico que leía en la mesa, Telence, detuvo su voz para poner atención a Giorno-. Quiero que, que, que... quiero que me saques de esa institución-. Dio y Telence estaban sorprendidos, Dio, caminó con una paz increíble hasta donde estaba Giorno y toco su hombro-.

- ¿Estás seguro? ¿Hay alguna razón?-. Giorno empezó a temblar, estaba llorando, a su manera, sin lagrimas, Dio, abrazó a su hijo acariciando aquellos suaves cabellos rubios-. Papá siempre te va a cuidar, pero necesitó que me digas que paso-. Giorno no comentó nada, solo temblaba mucho contra el pecho de Dio.

***

Telence, quién conducía, llevaba en el asiento del copiloto una escopeta, su amo Giorno y su amo Dio, iban en el asiento trasero, Dio, quién iba con un porte de enojo, furia, ira, posiblemente alguien iba a morir. Giorno solo esperaba que fuera lejos de él.

- Amo Dio, hemos llegado a la institución de él amo Giorno-. Telence salió de esa llamativa limusina negra. Telence abrió la puerta, Giorno no llevaba el uniforme escolar, llevaba un traje fucsia bastante llamativo con un encaje de corazón que daba vista a una parte de su pecho, llevaba tres remolinos como flequillo y el cabello suelto.

Antes de las burlas se escucharán por la institución, Dio, bajo del auto, llevaba un traje formal de color amarillo, una camisa negra y la corbata era verde. La institución completa estaba en silencio, Giorno, caminaba demostrando lo insignificante que le parecía la presencia de los demás, Dio, que era protegido del sol por una sombrilla por Telence, iba demostrando lo insignificante que era el mundo para él, escolto a Giorno hasta la entrada de madera, con un chasquido de sus dedos, Telence abrió la puerta para ambos rubios, Dio y Giorno, agradecieron y entraron sin perder el toque de soberbia y narcisismo.

- ¿Qué le pasa?-. Preguntó Narancia, quién había estado enfermo el día anterior, dirigió su mirada a Fugo, esté la dirigió a Mista, quién se veía culpable-. Lo hiciste... ¡Qué malo eres Mista! ¡Con cualquiera de estas perras está bien...!-. Toda la institución volteó a ver a Narancia-. ¡Pero con chico que no conoce nada esta muy mal!

Telence veía con atención a Trish, se le hacía conocida de algún lugar, pero eso no duro demasiado, Dio salió de la institución, solo, Telence rápidamente lo cubrió del sol, Dio le comentó algo a Telence, este asistió y lo siguió hasta la limusina, abrió la puerta para su amo y volteó a la institución. La mirada fría de Telence volvió a dejarlos a todos en un profundo silencio hasta que la limusina se retiró.

***

- Amo Dio-. El rubio volteó a ver a su mano derecha-. Vanilla Ice, me a informado que nadie a molestado a Giorno el día de hoy.

- Quiero que se mantenga ahí, que lo cuide, hoy es su último día en ese lugar-. Dio sujetó una caja de cereal, favorito de Giorno, y la puso en el carrito que empujaba Telence-. Dile que puede...-. Sus palabras fueron detenidas abruptamente al chocar con joven, evidentemente más bajo que él, llevaba una camisa blanca como su pantalón y dos broches en el cabello.

- Disculpe, debí ver mi caminó-. Se disculpó Bruno, quién al ver al ver al rubio lo reconoció al instante.

- ¡Buccaratti!-. Dio, dirigió su mirada hacía él rubio que se acercaba, este llevaba un traje negro y el cabello perfectamente arreglado-. Señor Dio, que agradable sorpresa.

Después de tal encuentro, cuatro personas se encontraban hablando de forma amena en las mesas de una cafetería. Tres de ellas sentadas y una de pie. Hasta que la paz fue perturbada por Telence.

- Amo Dio-. El rubio puso toda su atención en él-. Aún no a decidido donde dejará al amo Giorno en estás horas -. Dio se tenso al escucharlo.

- Puede dejarlo conmigo si gusta-. Dio, quién había estado callado, vio a Buccaratti-. Si son un par de horas puedo cuidarlo con gusto.

***

Giorno había tenido un día tranquilo, gracias a la presencia del perro guardián de su padre, Vanilla Ice, nadie se le había acercado o dicho algo. Se encontraba comiendo su almuerzo al lado de Vanilla.

- ¿Entonces, él amo Dio, solo sabe que te molestan, pero no sabe la razón?-. Giorno asistió-. ¿Arreglaron las cosas con ese muchacho?-. Giorno negó-. A intentado acercarse a usted, amo Giorno.

- No quiero verlo, se aprovechó de mí y luego lo divulgó-. Giorno vio como el Stand de Mista, No. 5, estaba enfrente de él-. ¿Qué haces aquí?

- No quiero ir con Mista-. Vanilla sujetó al pequeño Stand, pero Giorno rápidamente se lo quitó-. Mista esta enojado conmigo-. Giorno no comentó nada y solo le dio un pedazo de su comida-. Mista se molestó porque le dije que era su culpa que estuvieras mal.

- Eres un buen Stand-. Vanilla Ice, quién había estado callado, vio a No. 5-. Pocos pueden hablar, el Stand puede ser: la representación del alma, pero también es: El deseo, anhelos, culpa, miedos, eso explicaría porqué hay tantos de ti.

El día siguió calmado, solo que ahora, No. 5, estaba en el hombro de Giorno, Dio amenazó a todos en ese lugar para que a Giorno se le hicieran absolutamente todos los exámenes en ese día. Giorno los terminó rápidamente antes del toque de la campana y se dispuso a jugar con No. 5, haciendo crecer pequeñas flores a su alrededor.

Mista solo podía sentir los suaves toques que Giorno le daba a No. 5 haciendo que su corazón tomará un pulso acelerado.

***

Al finalizar ese día, Giorno oculto a No. 5 en su cabello antes de que apareciera su padre. La limusina llegó, pero sin Dio, Giorno recordó que fecha era y se puso cabizbajo.

- Amo Giorno, él amo Dio, a solicitado que se quedé con la familia de él señor Buccaratti unas horas.

— ¿A donde fue?—. Preguntó connla esperanza de que Telence le dijera.

— Lamentó no poder hacer que acceda a esa información, amo Giorno—. Respondió Telence.

El día iba a seguir horrible para Giorno.

[FIN CAPITULO 23]