Canción: SOS - Jonas Brothers
Estaba viendo una película con Tyler en su habitación. Era celeste, tenía una cama gigante y encima de ella había una pequeña bandera de la comunidad LGBT+ colgada encima. Tyler nunca se avergonzaba de lo que era, nunca lo había hecho.
De repente, noté que Tyler se había quedado dormido con su cabeza recostada sobre mi hombro. No lo culpaba, la película era de verdad aburrida. Entonces, traté de acostarlo y acomodarlo en la cama, con cuidado de que no se despertara
Cuando ya estaba decidida a irme, empecé a escuchar música electrónica proviniendo de otra habitación. Como la curiosidad había logrado ganarme (y siempre lo hacía), me paré de la cama con cuidado de no despertar a Tyler, y salí de su cuarto. Y me di cuenta que la música provenía del cuarto de Carlos.
La puerta de su habitación era blanca y la abrí para ver que había adentro.
La habitación de Carlos era muy distinta a la de Tyler. Estaba pintada de gris, las paredes tenían posters de álbumes de Dj's como Avicii, Alan Walker y Martin Garrix, su cama tenía una sábana también color gris y en una de las paredes vi medallas de Karate, seguro lo había practicado cuando era niño. La música provenía de un estéreo negro que estaba encima de una cómoda de madera, ésta a su vez se encontraba debajo de una ventana que daba una vista muy bonita de ésta parte de la ciudad.
Sobre la cómoda tambien se encontraba una foto de cuando él era niño, debía tener nueve o diez años. En la imagen, se encontraba Carlos tocando una batería; se veía muy concentrado con las baquetas en sus manos y su mirada fija en el instrumento, como si no quisiera fallar en ningún movimiento. Sonreí porque, tenía que admitirlo, era verdaderamente adorable.
Recordé que Tyler una vez convenció a Carlos de participar en un concurso de talentos local, él tocando la batería y Tyler con la guitarra cantando. La canción que cantaron para el concurso fue SOS de los Jonas Brothers; no lo hicieron muy bien que digamos, pero Veronica y yo los estábamos apoyando como si fueran la reencarnación de los Beatles.
Lamentablemente no ganaron, pero luego de eso fuimos todos a comer en una pizzería cercana, así que no fue tan malo después de todo.
Ganó casualmente el hijo de uno de los jueces del concurso, por su talento al arruinar una de las mejores canciones de Blink-182.
Me sorprendió que el cuarto era bastante limpio y ordenado, no sé por qué siempre pensaba que los hombres tendían a ser desordenados; era una idea muy estúpida.
—¿Qué buscas? —Me asusté cuando noté que Carlos estaba detrás de mi.
Traté de pensar que argumento podía utilizar para que no me reclamara por violar su privacidad al entrar a su cuarto, sin permiso, y sabiendo muy bien que la puerta estaba cerrada.
—Ah... —empecé—, estaba la puerta abierta, yo...
—Descuida, acabo de terminar algo nuevo. Pasa —dijo rodeándome y entrando a la habitación; luego, apagó el estéreo.
—¿Qué?
«¿Por qué no está siendo grosero y tirándome 100 comentarios sarcásticos?» me pregunté en mi cabeza.
—Hice una nueva pista, ya sabes, una canción con esta belleza —dijo quitando la sábana de un objeto, cuando lo hizo, vi el equipo que usaban los DJs para hacer su música; nunca había visto uno de cerca y se veía genial —. Y necesito la opinión de alguien inculto.
—¿Perdón? —dije volviendo a la realidad, indignada.
—Sí, bueno —hablaba mientras parecía buscar algo—, en vista de que solo debes escuchar música cursi.
—Ahí es donde te equivocas, mi gusto es bastante variado.
—Sí —soltó una carcajada—, claro. Varías los álbumes de Shawn Mendes.
Con mi Shawn no se iba a meter.
—Pues, por lo menos mi música debe ser mejor que tus estúpidos sonidos computarizados —le dije cruzando mis brazos sobre mi pecho. En realidad, amaba la música electrónica. Por algo quería ir al Neon Lights Club; pero no iba a permitir que Carlos se burlara de mis gustos.
—¡Vaya! —exclamó mirándome—, parece que he invitado a una electrofóbica.
—¿Una qué?
—Electrofóbica —asintió—; discriminas a la música electrónica.
Por poco estallo en risas.
—De acuerdo, esa no es una palabra —dije.
—¿Vas a darme clases de lenguaje o a escuchar la pista? -me preguntó, haciéndome ademan de entregarme sus audífonos para escuchar lo que había hecho.
Tomé sus audífonos gigantes y me los puse. Cuando él le da play a la canción, no habían pasado ni 10 segundos cuando ya el ritmo me tenía atrapada ¡Era muy buena! Y sin darme cuenta empecé a bailar la canción provocando una sonrisa en Carlos. Cuando la canción terminó le dije:
—Es buena —confiesé—, pero necesita letra.
—Soy malo escribiendo —me dijo
No podía creer que iba a decirle esto.
—Podría ayudarte, he compuesto cosas antes —dije.
Sólo dos persona en el mundo sabían que de vez en cuando escribía canciones, eran Tyler y Verónica, por supuesto. No entendía por qué me ofrecía a ayudar a mi persona meno favorita en toda mi escuela, pero de un tiempo para acá, Carlos ya no me parecía tan insoportable.
—Bueno, parece que eres una caja de sorpresas, Stewart —dijo sonriendo y acercándose a mí
—Tú también.Estaba a una distancia muy corta de él, podía ver perfectamente los destellos marrones y dorados que traían sus ojos.
¿Sus labios siempre habían sido tan rosados?
—¡Carlos! ¡Tyler! ¡A Cenar! —Era la madre de Tyler.
—Creo que ya es hora de que me vaya —dije, apartándome un poco y colocando un mechón de mi pelo suelto detrás de mi oreja.
—Hasta luego, Mia —me dijo cuando ya estaba a un paso de salir de su cuarto, haciendo que me volteara.
—Hasta luego, Dj Carlos —dije, causando una sonrisa en su rostro. Creo que era lindo verlo sonreír de vez en cuando.
Le expliqué a la mamá de Tyler que se había quedado dormido, me despedí de ella y regresé a mi casa.
----------------------------------------------------
Hola, otra vez, quería decir que probablemente no actualice tan seguido. Debido a que, por si no saben, vivo en Venezuela, y el Internet no es muy bueno que digamos.
Por ello, les dejo unos cuantos capítulos para que disfruten de la historia. Prometo volver más pronto de lo que creen.
Sinceramente suyo, Roberto.
ESTÁS LEYENDO
80 Días de Verano
Teen FictionCada día es un nuevo capítulo... ¿Lo vas a desaprovechar?