Las palabras que golpean.

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No era común que un empleado visitara a su jefa en su departamento y más aún al anochecer, pero al igual que Choi Sooyoung , Siwon era capaz de muchas cosas cuando se trataba de su familia.

Taeyeon no entendía exactamente qué era lo que buscaba su secretario con ella, hablaba sobre su hermana, sobre un abogado y cosas así, pero todo muy mezclado. Ambos se dirigían hacía un café cerca del edificio donde vivía la abogada, aunque a ciencia cierta, Taeyeon hubiera preferido hablar en su departamento de no haber sido por aquella impertinente pelirroja que, recordándolo bien, seguía encerrada ahí.

-No entiendo qué es lo que quieres Siwon, ¿quieres que sea la abogada de tu hermana? -Preguntaba Taeyeon con nerviosismo.

-Sí, o al menos que sea mi respaldo para yo poder ser el abogado de mi hermana, aún no acabo la carrera así que necesito un abogado que me respalde, es urgente, ¿sabe que pueden encerrar a mi hermanita en la cárcel? -Decía un consternado Siwon.



-Tranquilo Siwon -Pedía Taeyeon al ver que su secretario empezaba a llamar la atención de los presentes en el café -Me gustaría ayudarte, pero...

La parte que le faltaba a ese "pero" era -no quiero mezclarme con tu familia.- Aunque más que querer era poder, la rubia no podría resistir tener que volver a ver a Choi Sooyoung o a Jessica Jung, o en el peor de los casos a ambas, después de tantos años, después de tantas heridas causadas, después de tanto dolor.

-Por favor licenciada, sé que esto no es muy correcto, pero ella es mi hermana y tengo que ayudarla y no conozco a una mejor abogada que usted para ayudarme -Rogaba Siwon al ver la expresión dubitativa de su jefa.

Taeyeon no era una mala persona, tal vez un poco cruel, pero mala no era en lo absoluto. Ella sabía lo que era el amor fraternal y si fuera su hermano el que estuviera en algún problema judicial, no dudaría ni un minuto en mover mar y tierra para ayudarlo. Pero, lamentablemente, Siwon no tenía conciencia del gran sacrificio que le pedía a la mujer. Con toda la pesadumbre de su ser, Taeyeon no podía ayudarlo, no podía arriesgarse tanto.

-Lo siento Siwon, pero no puedo ayudarte con lo que me estás pidiendo, ser tu respaldo judicial implicaría poner en riesgo mi nombre y el del bufete en caso de algún tipo de improvisto y por lo que me dices sobre tu hermana, no hay mucho que se pueda hacer - Explicada Taeyeon a su desesperado empleado - Y ¿ Por qué tu hermano Sooyoung no busca un abogado?

-Su esposa no quiere que siga ayudando a Maddison, es una arpía esa tipa con la que se casó -Soltó con veneno Siwon, la rubia se sorprendió para luego fruncir sus labios al escuchar un insulto al nombre de la castaña.

-¿Tú le has dicho a Sooyoung que yo te ayudaría? ... ¿Ella sabe que tú trabajas conmigo? -Preguntó asustada la abogada ante la idea de estar cerca de los Choi.


-No, ella no sabe que estoy trabajando con usted, solamente le dije que buscaría ayuda pero, ya veo que usted no me podrá ayudar ¿cierto? -Dijo un indignado Siwon.

-Lo siento, pero no puedo, aunque...

Antes de que la rubia pudiera terminar de hablar, el muchacho se paró con firmeza y, dejándola con la palabra en la boca, se marchó molesto del establecimiento.

―Mal agradecido ―Pensó la rubia mientras pagaba la cuenta del café. Definitivamente esa sería una de las peores noches. Y al pensar en -peores- recordó que tenía a cierta persona encerrada en su departamento, una muy fastidiosa persona.

***


Tiffany estaba un poco aturdida y confundida, llevaba cerca de 1 hora y 30 minutos sentada quietamente en el sofá de la licenciada Kim pensando en los recientes sucesos. El primero, su intento fallido por invitar a salir a la abogada; el segundo, ser echada del departamento de la mujer y el tercero, la repentina aparición del secretario de la rubia, quien -cabe resaltar- había dejado a la pelirroja bailarina sola y encerrada en su departamento sin ninguna explicación. En un primer instante pensó en abandonar el recinto, pero luego pensó que no sería algo prudente ya que por -algo- la rubia la había dejado adentro ¿no?

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