Un pie equivocado.

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—¿Se siente bien señorita? —Un hombre alto y rubio de unos 35 años
aproximadamente miraba con una ligera preocupación a la mujer que entraba por la puerta de su oficina.


–Sí, estoy bien, solo estoy un poco agripada, pero nada que me impida ser productiva –Mintió Taeyeon tratando de forzar una sonrisa, aunque realmente lo único que deseaba era volver a su cama con otro plato de su insípida sopa de pollo.


—Bien, en ese caso tome asiento —Taeyeon hizo caso al ofrecimiento —Vamos directamente al grano ¿le parece? —La rubia asintió tranquilamente —La llamamos porque hemos estado leyendo su currículum desde hace un par de semanas y queremos ofrecerle un puesto en nuestra prestigiosa firma —Los ojos de Taeyeon se abrieron como dos grandes platos —Aunque lamentamos ver que no cuenta con mucha experiencia laboral —La rubia frunció sus labios —Así que ¿le parece bien empezar en modo de prueba?

No era la primera vez en la cual le ofrecían a Taeyeon un empleo en modo de prueba para al cabo de un par de semanas decirle que "no daba el ancho para el puesto". Aunque no podía comparar trabajar de mesera en una cafetería del centro de Seúl en modo de prueba con trabajar en Morrison y Asociados en modo de prueba.


—¿De cuánto hablamos monetariamente? —Preguntó Taeyeon con desconfianza.


— 3500 dólares más las comisiones —El hombre encargado de recursos humanos miró la expresión de sorpresa de la rubia —Pero esto es negociable y es solo por el periodo de práctica —Ofreció el rubio expositor.


—Acepto —Dijo Taeyeon con presura —¿Cuándo firmamos el contrato? —Preguntó la rubia causándole gracia al tipo frente a ella.


—Bienvenida a Morrison y Asociados —Anunció el tipo estrechando su mano con la nueva abogada del bufete.



***


—Lamento la tardanza —Dijo una pelirroja sin aliento apareciendo tras la puerta de un gran salón iluminado.


—Es tu segunda tardanza en la semana, Hwang, ¿sabes que no podemos detenernos solamente por tu irresponsabilidad, cierto? –Una suspicaz rubia miró con determinación a la pelirroja.


—Es que tuve un inconveniente... pero —Tiffany dijo con su voz ahogada por la vergüenza a las múltiples miradas puestas en ella.


—Esto no es solamente una escuela de artes, esto es un recinto de perfección y creación —Tiffany miraba hacia sus zapatillas mientras la maestra encargada daba su sermón diario —Cuantas luminarias han pasado por estos suelos, estos pisos de madera —Hizo sonar el tacón de sus zapatos contra el suelo —tienen una historia, personajes como el legendario Michael Chang y hasta incluso estrellas de Daehak-ro como Jessica Jung han pisado este salón de danza y ¿crees que ellos postergaban sus ensayos por inconvenientes? Una vez llamaron a Jessica Jung avisándole el fallecimiento de uno de sus padres ¿crees que ella dejó la clase? ¡Claro que no! —Gritó con fuerza a una ya desmoralizada Tiffany —Ella permaneció acá, con lágrimas en los ojos pero dando el 120% de ella, porque este era su sueño, ella luchó por esto ¿y tú te atreves a decirme que lamentas tu irresponsabilidad por un inconveniente? — Vociferó duramente la mujer a la pelirroja que permanecía con la cabeza gacha.


—Lo siento —Musitó Tiffany con la voz entrecortada.


—Vístete rápido —Ordenó la mujer —Y ¿Ustedes por qué dejaron de danzar? —Se alejaba dirigiéndose a las otras asistentes.

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