Cambio de planes.

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El reloj despertador ubicado en la mesa de noche de cierta rubia indicaba las 3:35 a.m; las calles de la ciudad no soltaban ningún ruido aparte del viento y los neumáticos de los pocos vehículos que usualmente transitaban por ahí; el departamento en sí parecía haber encontrado un punto de paz total.

Parecía ser que el universo se hubiera puesto de acuerdo para regalarle a
Taeyeon el mejor ambiente para poder dormir después de un día atareado; sin embargo ahí se encontraba aquella rubia, envuelta en su cama, con sus ojos abiertos fijos en el techo de su habitación, cansados pero sin intención de cerrarse, con su cerebro total e involuntariamente despierto, incluso más que en
ocasiones normales, repitiendo como un disco un par de conversaciones que habían tenido lugar aquel mismo día, buscando una manera de convencerse de que aquellas dos conversaciones no podían tener algún tipo de conexión alguna.

Aquel día en la mañana...

Como se había estado haciendo costumbre desde el día del No-San Valentín, Tiffany había pasado por el edificio de la rubia, tocando la bocina de su auto, indicándole que era "La Hora del Café".

Sin mucha prisa, ambas habían llegado al Starbucks del centro de Seúl. Taeyeon había pedido su Capuccino de todos los días, mientras tanto la pelirroja, su cotidiano jugo de naranja (Era la hora del Café, pero la pelirroja pensaba que el nombre era mera formalidad); la rubia le había echado 3 cucharadas de azúcar mientras Tiffany tomaba asiento en su mesa de todos los días. Todo parecía ser un día común y corriente hasta el momento en el que la rubia había decidido iniciar la conversación.

—Falta poco para tus vacaciones —Dijo Taeyeon dándole un sorbo a su café —¿El club también te da vacaciones? —Preguntó la rubia.

—Ajam —Afirmó la bailarina despreocupada —Hablé con mi jefe y entendió —Agregó jugando con el sorbete de su jugo, doblándolo de un lado al otro.

—Eso es bueno —Comentó la abogada revisando el mensaje que acababa de llegar a su Blackberry —¿Ya pensaste que harás? —Preguntó abriendo el mensaje nuevo, eran cosas del trabajo.

—Creo que ya te había dicho que unos amigos me habían invitado a Jeju —Respondió la eyesmile dándole un largo sorbo a su jugo —¿Crees que deba ir?

—Seguro que la pasarás bien —Aseguró la rubia enfocando la mayor parte de su atención en el mensaje que en la conversación que mantenía.

—¿Me invitas tu café? —Preguntó la tranquila eyesmile mientras tomaba el vaso de la rubia sabiendo la respuesta de esta.

—Claro —Contestó la rubia aunque la pelirroja ya le había dado un sorbo a su bebida.

Todo parecía ser un día normal hasta el momento, sin embargo Taeyeon aún no sabía que aquel encuentro en el café no había tenido nada de normal.

Aquel día en la tarde...

Taeyeon acababa de regresar de almorzar. Aquel día había ordenado spaghetti como casi siempre acostumbraba; había comido con un par de abogados que intentaban coquetear con ella –eso también era cotidiano.

La oficina lucía sin muchos cambios, Siwon seguía en su escritorio hablando por teléfono como una señora en medio de un chisme importante. Todo seguía igual.
Pero fue en el instante en el que el castaño colgó el teléfono y fijó su mirada en su jefa, examinándola de pies a cabeza, fue en ese minuto que la rubia supo que su día no había sido uno como cualquier otro.

—¿Te pasa algo? —Preguntó la rubia enarcando una ceja al ver que su asistente su había quedado petrificado viéndola.

—¡¿Le dijo a Tiffany que se vaya de vacaciones a Jeju?! —Siseó incrédulo el castaño hacia su jefa, quien lucía confundida ante la pregunta.

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