Sin marcha atrás.

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Pasaron siete días. Una semana desde que Tiffany decidió darle tiempo a solas a Taeyeon y, realmente, nada había sido fácil. 

Todas las mañanas se cruzaban antes de irse a trabajar, se saludaban y ese era todo el contacto que tenían hasta que se reencontraban en la noche, para dormir cada una en una habitación independiente. Al día siguiente, se repetía la rutina. 

Entre ellas se había creado una barrera que se acentuaba con cada revista, periódico, nota televisiva o de Internet que seguían revelando nueva información sobre la relación entre Jessica y su Novia. Era tan frustrante no poder hablar con ella y despejar sus dudas. A la eyesmile le preocupaba que Taeyeon estuviera empezando a sentirse demasiado cómoda con ese “espacio” que ella le había concedido para pensar. 

Hubieron días en los que Taeyeon llegó casi a la medianoche a casa, disparando en la pelirroja el temor de que la rubia no volvería jamás. Luego aparecía y, pese a estar en una habitación diferente, Tiffany sentía tranquilidad, solo para despertar a la mañana siguiente y sentir la ansiedad por no saber si aquel día Taeyeon llegaría o no a casa. 

“Esa no es vida, Tiffany”, le dijo un día Yuri mientras trataba de desahogarse con ella. 

Tiffany era consciente de eso. Sabía que el presente de su relación era diametralmente opuesto a lo que ella deseaba, pero comprendía también que la situación por la que pasaban no era normal. Diariamente, tanto su nombre como el de su prometida aparecían en algún reportaje; era raro ver su cara en televisión, no se sentía correcto, ya que siempre era presentada como la novia de la ex-novia de Jessica Jung. 


En el trabajo las cosas no eran mejores que en su casa. Desde que había explotado el tema, todos los bailarines la miraban distinto, no la trataban mal, pero definitivamente habían cambiado su comportamiento delante de ella. No era para menos, ella era la novia de la ex-novia de la protagonista de la obra. 

Era como si ya no existiera una Tiffany como tal. Ahora era solo un personaje secundario dentro de una historia en la que Jessica y Taeyeon eran los personajes principales. 

Tiffany despertó de sus divagaciones al oír los susurros entre sus compañeros. Todos parecían un poco alterados. 

― ¿Qué ha pasado? ―le preguntó Tiffany a otra de las bailarinas, quien la miró con cierta incomodidad. 

―Jessica Jung volvió ―confesó. 

La pelirroja tragó saliva. Desde la semana pasada, los rumores sobre la renuncia de Jessica a la obra habían sonado cada vez más fuerte. Tan solo en la mañana, un programa de farándula había lanzado una encuesta para saber quién sería el reemplazo de la castaña para el papel de Mimi en Rent. 

― ¡Hey, Hey, Hey! ―el coreógrafo en jefe se acercó aplaudiendo hacia los bailarines, intentando regresarlos al orden inicial ―todos vuelvan a sus asuntos― indicó. 


Tiffany fue la primera en retornar al calentamiento cuando escuchó nuevamente la voz del coreógrafo dirigida hacia ella. 


―Tiffany, ven conmigo ―le pidió. La eyesmile sintió como todas las miradas se posaron sobre ella. 


***

Estaba despedida. Tanto esfuerzo por llegar a ser parte de un elenco de danza tan importante como este se había ido al demonio por un capricho de Jessica Jung. 

Tiffany lloraba contra el timón de su auto mientras revivía las palabras del coreógrafo. 

“La condición de Jessica para volver a la obra fue que tú ya no pertenecieras a ella” 

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