1930
«Has visto demasiado...»
Luego de ver cómo su familia fue asesinada, Jeon Jungkook a su edad de trece años fue llevado a un monótono psiquiátrico donde el trato hacia los pacientes es completamente malo y los castigos parecen basados del mismís...
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Némesis salió del baño al bar para disimular un poco su encuentro con TaeHyung. Cuando salió donde se hallaban las mesas pudo ver a los Yakuza hablar de manera escandalosa con JiMin. El de cabellera gris no tenía más opciones que forzar la sonrisa o fingir interés en los temas de conversación que se mostraban en la mesa, los posibles temas podrían ser o dinero, o mujeres o asesinatos en masa. Los típicos temas que la mafia acompañada con unos cigarros y martinis, en bares o terrazas.
El hombre de Bangkok solía decirle que ese tipo de personas eran emisarios falsos, charlatanes con poder falso que aseguraban tener argumentos de sus actos que viéndolos de todos los ángulos eran cosas deplorables e imperdonables, el verdadero poder se hallaba en el alma y la persona ya tiene la capacidad de saber qué hacer con él. Némesis para ese momento descartó de sus planes hacer parte de la mafia, ya que, tampoco quería contradecir las palabras tan ciertas de su maestro, entonces ahí estaba. Saliendo de un bar ya con un aliado al que suponía debía matar desde un principio.
Cuando salió sin ser percibido, se puso el casco de la motocicleta y se ajustó la chaqueta de cuero. A los minutos salió TaeHyung excusándose por la tardanza, ya que convencer a los Yakuza sobre estar cansado y querer regresar no era muy sencillo. Némesis sacó de su mochila un casco y se lo lanzó a TaeHyung, El demonio se lo puso sin chistar.
—Mierda. —Maldijo Némesis mirando su reloj.
—¿Qué pasa? —Pregunta TaeHyung.
—Son más de las dos de la mañana, El hotel ya debe estar cerrado y no lo abrirán para mí.
TaeHyung se ajustó el casco sonriendo pícaramente y mordiendo sus labios.
—Bueno, Si quieres vamos a mi casa, vivo a unas calles de aquí en un apartamento. Además, creo que a V le gustará verte. Puedes quedarte a dormir, incluso nos dará tiempo para pensar cómo infiltrarte mañana en el evento.
Némesis miró a TaeHyung alzando el vidrio del casco, pensando en qué tan conveniente y peligroso sería aceptar aquella invitación. En Tailandia a prendió a analizar hasta lo más trivial existente, según el anciano, la sabiduría es virtud de los dioses y practicarla te hacía un dios (O demonio, en este caso) más fuerte. No vio muchos puntos malos, así que aceptó.
Subieron a la moto con Némesis conduciendo y arrancaron, TaeHyung dando las indicaciones de cómo llegar. Pasados los diez o quince minutos ya se habían estacionado en el edificio de TaeHyung.
Entraron en silencio y así se mantuvieron hasta llegar al ascensor donde el demonio presionó el piso veintisiete. Némesis miró de reojo al pelinegro y quiso preguntar por su hermano.
—Así que... V. —Empezó Némesis—. ¿Desde cuándo están separados?
