La boda de Sorbet y Gelato

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Hablando Pesci

Hoy saldremos a una fiesta, estoy muy emocionado por qué por fin se casan los tíos Sorbet y Gelato. Tenía tiempo sin verlos, desde que el señor Diavolo los corriera por tener varios roces con los vecinos Cioccolata y Secco, ahora iríamos a verlos y a celebrar su unión.

—¿Ya casi terminas de arreglarte?— Prosciutto entró a la habitación, lucía demasiado elegante con ese traje que armó con ropa del tianguis* y su cabello se veía mucho más ordenado que de costumbre.

—Este...mmmm, no puedo atarme la corbata solo— bajé la mirada avergonzado.

—Ven para acá— me jaló del brazo y con delicadeza anudó mi corbata y acomodó mi cuello de tal forma que me viera bien, así como él.

—Gracias.

—Ahora veré a tus hermanos, se escucha que se están peleando a fuera del baño— Pros salió a regañarlos, efectivamente se había armado un caos ahí, lo seguí hacia donde estaban los demás y me dediqué a mirar la causa de los problemas.

—¿Pero qué diablos les pasa? ¿Creen que tenemos tiempo de sobra?— Prosciutto les gritó a Ghiaccio, Melone y Formaggio que se forcejeaban mutuamente.

—Pasa que el estúpido de Illuso no sale y yo todavía no me he bañado, y el cabrón de Formaggio no me deja sacarlo— gritaba como loco Ghiaccio.

—Ya por una vez que no te bañes— respondió Formaggio.

—Yo quiero lavarme los dientes, seguramente Illuso se la anda jalando— Melone soltó algo inconforme.

—A ver si a mí me hace caso— Pros se acercó y tocó demasiado fuerte. —Illuso, no me obligues a tirar la puerta, tus hermanos también tienen necesidades, no sé que mierda haces tanto tiempo encerrado.

—Ya voy— se escuchó desde el otro lado. Illuso abrió un poco y desde ahí se asomó.

—No mames cabrón ¿No vayas a salir que volviste a tapar el baño?— nuevamente habló Ghiaccio enfadadisímo.

—Huele muy fuerte, sabes que, mejor ya no me lavo nada— Melone se dió la vuelta y entró a nuestro cuarto.

—No sé cómo le vas a hacer, pero quiero que me destapes el baño antes de que nos vayamos a la boda— Pros se sobaba la sien, estaba demasiado alterado.

—Lástima, te perderás la boda de los tíos— dijo Formaggio queriendose ir del lugar, pero Pros le tomó del hombro y lo detuvo.

—Por quererlo cubrir, tú también te quedarás a ayudarle.

—¿Es en serio?— se quejó inconforme, pero no tuvo de otra, entró al baño y entre arcadas comenzó a llenar un balde de agua para bajarle al retrete.

—Pero apúrense idiotas que yo me quiero bañar— Ghiaccio seguía con lo mismo.

—Pues si tanto te urge ¿Por qué no entras ahí y te bañas? Total, no te verán por qué hay una cortina que los separa— le respondió Pros fastidiado.

—Yo no me voy a meter si el cuarto huele a mierda.

—Pues pídele el baño al vecino, o vete sin bañar. Para qué no te despiertas temprano.

—¿Por qué tanto escándalo?— Risotto se acercó a nosotros, se veía imponente con aquel conjunto negro que llevaba, resaltaba demasiado su cabello y sus ojos.

—El estúpido de Illuso volvió a tapar el baño y no se apura en limpiarlo, necesito bañarme— pareciera que los ojos de Ghiaccio estuvieran a punto de salir de sus cuencas.

La Squadra TercermundistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora