No resistí más, era mayor de edad,no una niña. Podía hacer lo que sea.
- Si, reglas las cuales ya no voy a acatar, ¡Me voy de esta casa! para que le digas esas reglas a otra estúpida. -Grité.
Subí a mi habitación sin escuchar otro ruido más, tomé mis cosas lo más rápido que pude. Coloqué mis pertenencias en cinco maletas y me fui golpeando todas las puertas.
Llamé un taxi, le dije que me llevara a casa de Alonso, tuve que darle la dirección.
Al llegar veía su reflejo por la ventana, estaba en la sala. Le pagué al taxista y toqué la puerta, luego salió Alonso. La expresión facial le cambió completamente al verme.
- Hola. -Dije
- ¿Qué haces aquí con esas maletas? ¿Te tengo que recordar que no me habéis contestado ni una sola llamada anoche? Y ahora crees que puedes aparecer en mi casa cuando quieras. -Dijo con una sonrisa falsa.
- Eh, Alonso, no tengo donde vivir. Pensé que tal vez...
- ¿Tal vez qué? si pensases que tal vez te dejaría entrar te has equivocado. Cuando analices tus dramas, me llamas, tal vez te conteste. Adiós.
El adiós se escuchó desde adentro, ya que había cerrado su puerta. Cada minuto que transcurría veía más borroso gracias a la humedad que aumentaba en mis ojos, lloré, creo que jamás he de llorar así.
Mi vida estaba destrozada. Inicié emborrachándome y luego casi acostándome con Michael, ahora no tengo donde vivir ¿Qué más me falta?.
Me senté en la orilla de la acera a observar a los autos pasar con gran velocidad.
Oh, Annaís podría ayudarme, tiene su apartamento sola y puedo quedarme con ella.
Le envié un texto a lo que contestó con un sí.
Monté un taxi descolorado y sin aire, pero servía. Le di la dirección de Annaís.
Al cabo de once minutos llegamos a su apartamento. Subí por el ascensor, era el piso tres. El edificio tenía ladrillos rojos haciéndolo lucir elegante, Annaís tenía su puerta abierta, intenté salir del ascensor, con las cinco maletas, fue estúpido así que tiré de todo hacía fuera, esta vez lograron salir.
Entré al apartamento, estaba congelado y desorganizado, eso es común de Annaís desde que la conocí. Me abracé a mi misma para protegerme del frío y luego ella salió de la habitación cantando.
- Hola, vine, bueno...
- ¡Cami! ¿Cuánto tiempo sin verte? ¿Cómo has estado? bueno, explícame que sucedió con tu madre, que por lo visto te ha sacado de su casa a patadas.
- Es algo confuso. Tuvimos una discusión, nada más. Decidí irme.
- Oh, puedes quedarte en mi apartamento, es todo tuyo. Solo debes ayudarme con la renta y con la limpieza. Yo también tuve una gran discusión con Michael, pero ya lo he perdonado ¿Puedes creer que dijo que estaba con otro? ¿Parezco con cara de ser infiel? a él yo lo amo, no necesitaría otro. -Dijo Annaís.
- Te ayudaré en lo que necesitéis. Siento que Michael no es para ti, no digo que sea para mí. Solo que ha cambiado mucho con los años.
- ¿A qué te refieres? -Dijo frunciendo el ceño.
- Te ha estado engañando con una chica rubia de cabello lacio y ojos color azul. Los vi en un restaurante, estaban besándose.
Sí, casi te engaña conmigo, lo mejor fue decirle que le engañaba con una mujer con rasgos muy opuestos a mí, ella, la que había inventado, era rubia de cabello lacio y yo de cabello oscuro y con algunos rizos, ella de ojos color azules y yo ojos de color café claro.
La mirada de Annaís tenia una gran indiferencia. Estaba pensando en primero soltar sus lágrimas o el enojo.
- ¿Cuándo lo has visto? ¿La rubia te parece familiar? -Preguntó sollozando.
- El miércoles o jueves, no recuerdo bien. No la conozco, jamás he de ver a esa mujer, pero por su forma de vestirse; era muy convincente su trabajo de... zorra.
- ¿Qué vestido tenía puesto?
- Ya sabes, de esos ajustados, más arriba de los muslos, muy arriba.
- Gracias, por ser mi amiga y por estar conmigo, te mereces mi amistad más que nadie.
No lo creo, querida. No pensé que podía mentir de tal manera. Era como lanzarme una bofetada en el estómago y no poder gritar porque tenía que callar.
No tenía palabras para decirle, ni excusa para darle. Debía arrepentirme y no pensaba que fuera en ese momento, terminaría mi vida aún peor y quedaría sin un lugar donde vivir, era una de las pocas personas que quedaban en mi vida, y aunque lo era, ella también había salido lastimada por mis errores. Esos errores que he cometido, a mi edad no se piensa, se vive, no se disfruta, se goza y la verdad que quería lo contrario a eso. Quería tener una verdadera vida, no una verdadera mentira, porque de eso se trataba, de una mentira que no tendría tiempo para desenredar.
- Gracias, y no me merezco tú amistad, quiero decir, es muy grande y nadie se merece tu gran amistad. Disculpadme ¿Podrías decirme dónde queda mi dormitorio?
- No hay de que, yo te debo a ti las gracias. A la izquierda después del mío.
- Gracias, arreglaré las cosas. Regresó cuando acabe.
Coloqué mi ropa en el pequeño armario, luego encontré mi móvil en un bolso, no había rastros de Alonso. En su estado solo había pequeñas caritas rojas enfadadas y un "los perdí a los dos y a la misma vez" no sabía a que se refería. Así qué decidí volver a su casa y explicarle la razón de por qué no le respondí.
Annaís estaba dormida en cuanto la vi, le dejé una nota, tomé el ascensor y busqué un taxi. Un señor viejo conducía. Llegué a su casa y toqué la puerta a la que abrió. Me adentré en su casa mientras mantenía la puerta aún abierta.
- Alonso, lo siento.
- ¿Qué sientes? dime, ¿Qué sientes? tú amor hacía mí era abstracto.
- No entiendo nada.
- No te hagas Camila Blades, sal ya de mi casa, aborrezco tener que conocer personas de tu tipo. Los perdí a los dos y a la misma vez.
Su estado se refería a mí y a... ¿Quién?
- ¿Quién?
- ¿Quién? -Repitió. - ¿Quién crees? tu Michael, con el que te acostastes, el de apellido Brandsford ¿Necesitas que te lo recuerde? ahora me has dado más razones para darle un par de bofetadas a ese maldito.
- Primero: No es "mi" Michael, ¡Tampoco me acosté con él! su apellido me lo sé muy bien, no harías eso Alonso.
- Claro que lo es. Su apellido lo conoces tan bien, tal vez porque es el que llevarás ¿no?
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Por Su Amor
RandomCamila y Alonso han tenido un amor de cuento de hadas, con el pasar de dos años juntos, aún siguen teniendo una química inmarcesible, son inseparables, pues parece que su amor es más grande que todo lo que les rodea. Los problemas que han afrontado...