Capítulo 4

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Corrí por toda la universidad para llegar a la clase de Historia, sí llegaba tarde sería la quinta vez y el profesor me fracasaría. Tomé asiento detrás y unos despúes llegó él.

- Buenos días, hoy hablaremos sobre Roma y su historia, esta se divide en cuatro partes: Roma antigua, Roma medieval, Roma moderna y contemporánea....

Bajé mi cabeza y la abracé con mis brazos, me dormí unos minutos.

Desperté, estaba Annie frente a mis ojos gritándome.

- Camila ¡Despierta!

- ¿Qué sucede?

- La clase ha terminado y tenemos un gran trabajo para el jueves, es en grupo y te he escogido.

Me levanté de la silla y confirmé que estábamos solas, asistí a todas las clases aburridas hasta las tres de la tarde, me dirigí a casa.

Alonso se había ido al aeropuerto y mamá estaba trabajando, he de estar sola, saqué leche y cereal del frigorífico y comí, luego dormí, estaba exhausta y todavía sigo sin entender por qué escogí Historia para mí carrera en la universidad, más me gusta leyes, o tal vez turismo.

Desperté a las siete cuarenta y cinco.

Tenía dos llamadas de Alonso y tres mensajes de Michael.

"HOLA ¿VIENES AL BAR?

TE ESTOY ESPERANDO

LLÁMAME, ANNAÍS SE HA IDO -MICHAEL".

¡Mierda! lo había olvidado. Busqué entre mis cosas y encontré un vestido negro y unas sandalias doradas que combinaban con mis pendientes y collar plateado.

Tomé un taxi con ruta al bar.

Michael estaba sentado tomando una copa de vino, entré al bar y me senté frente a él en una mesa de madera oscura con exceso de barníz.

- Hola. - Dije.

- Hola, ¿cómo estás? pensé que no venías.

- Estaba cansada y me he quedado dormida despúes de la universidad pero aquí estoy. - Dije señalándome.

- Ah, disculpadme por despertarte. ¿Quieres vino?

Asentí.

Llamó a un joven y le pidió una copa, en segundos me la entregó. Bebí un poco y era Chardonnay, mi favorito, pudé saborear su exquisitez.

- ¿Chardonnay? es mi favorito. - Dije.

- Lo he estado tomando desde hace tres horas, ese vino me empalaga con su simple aroma.

- ¿Cómo vas en el aeropuerto?

- Oh, el aeropuerto, no pensé estar muchos años en un mismo trabajo, es aburrido algunas veces, estoy pensando en estudiar economía y finanzas en la universidad.

- Sería excelente, deberías probarlo, podría ganar más dinero...Oye, ¿Qué sucedió con Annaís?

- Sí, Annaís...hemos tenido muchos problemas en las últimas semanas, creí que me estaba engañanado y hemos tenido una discusión.

- Oh, no debí...

- No, no, necesitaba decírselo a alguien, gracias.

No sé si debería de agradecerme.

Pidió más copas de Chardonnay y luego unas cervezas. Estaba consciente de que estaba medio borracha y Michael...estaba en estado etílico. Nunca he estado borracha así que ¡Que viva la vida!.

Intenté decirle a Michael que me dejará ir a casa pero se negaba ¿Quién se cree? ¿Mi papá en reencarnación?

Me llevó a su apartamento, al igual que nuestras amigas, las cervezas.

- Esssste, mi humilde apartamento ¿Es liiiindo? - Dijo enfatizando la "S" y la "I"

Estaba borracha pero medio sobria, podía contestar perfectamente.

- Sí, está precioso.

- Mira la habitación, te encantará.

Me llevó a su habitación por un pasillo, luego me giré hacía él, y se acercó demasiado a mí, sentía su aliento de cerveza, lo esquivé pero luego me tomó por la mandíbula y me robó un beso, más fuerte de lo normal y para nada igual a los de mí Alonso.

No estábamos ni un poco conscientes de lo que hacíamos, agarró mi cintura y me llevó a su cama, se quitó su camiseta y sus vaqueros sin alejarse de mis labios, estaba a horcajadas.

- No puedo, estoy con mi novio. - Dije absurdamente.

Me besaba por todo el cuello y luego por mis mejillas, me recorría ¿Qué tenían mis mejillas? iba bajando hasta acceder a mi cuello nuevamemte y luego más. Dejó salir sus calzoncillos por sus piernas y la verdad ni ebria quería ver eso. Le lancé una patada como un día le hicé a Alonso. Gimió, ¡Mi pie había tocado su miembro! no es igual al de Alonso.

- ¡Ah, Camila! ¿Cuál es tu problema?

- No quiero - Grité.

En ese momento pudé observar que mi vestido estaba en el suelo. Escuché la puerta abrirse. Esteban había llegado, al vernos quedó en shock, no pudé detener las lágrimas que escurrían por mis ojos y pasaban por mis mejillas destinadas a caer sobre sábanas azules.

- ¿Camila Blades y Michael Brandsford? - Dijo Esteban.

- No es lo que parece, bueno, si pero...

- Ya, estábamos en la cama - Interrumpió Michael.

- ¿Qué? ¡Llamaré a Alonso!

Salté de la cama y corrí hacía Esteban, tomé su teléfono y lo acorralé en la pared, apretando su cuello, tomó su móvil y yo observaba como lo llamaba, lo oprimí aún más.

- Le dices algo y no llegas vivo a mañana. Alonso es mi todo.

Escuché a Alonso por el teléfono hablar solo y cada vez oprimía más el cuello de Esteban, mientras que Michael abría más sus ojos verdes. Luego Alonso colgó la llamada, lo que me hizo inhalar.

- Entonces ¿Qué sucedió aquí?

- Estábamos en el bar y bebimos demasiado, Michael me ha traído a su apartamento, entramos a la habitación, me robó un beso, creo que luego me desnudó y le patié la entrepierna, luego llegastes y me estás viendo medio ebria y semidesnuda ahorcándote.

- Uau, Michael me impresionas, pero quién no, con ese cuerpo.

- Exacto - Dijo Michael.

Le dí una bofetada a Esteban en la mejilla izquierda, la cual quedó roja al instante, le golpeé más fuerte de lo que deseaba pero se lo merecía.

Tomé mi vestido y entré al baño a llorar, era una mezcla de rabia y vergüenza, no quería que el día terminara tan mal, además eran las diez cincuenta y ocho, tenía cinco llamadas de Alonso y tres de mi mamá, no sabía que decirles cuando los viera.

Por Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora