Capítulo 15

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No pude dormir toda la noche pensando en Joe y su palabra ¿Cómo pudiste gustarme? se repetía por milésima vez en mi cabeza. Él quería hacerme importante en su vida y no había podido. Joe era la única persona que sin saber de mí me había ayudado.

Tomé mi ropa y la metí en mi bolsa. Me sequé mis sollozos y me coloqué una chaqueta y saqué todo de la habitación de Joe, iba a salir por la puerta pero me cogió por el antebrazo.

- ¿Qué haces?

- Me has dicho que me alejara, es lo que hago. -Dije con un hilo de voz.

- Camila, estaba molesto.

- Pero siempre le lastimó a alguien que quiere ayudarme ¡No pensé gustarte! pensé que eras como todos.

- A mi no me has lastimado, tú misma te has lastimado ¿Es eso lo qué te preocupa? ¿Qué yo también te lastime? tal vez sea el mayor en peleas, y un arrogante, egoísta pero nunca he sido un rompecorazones con una mujer que me ha gustado de verdad ¿en serio quieres alejarte?

- Me lo has pedido.

- Fue una opinión, una opinión invalida, no te vayas, sé que no tienes a nadie, solo a mí. No debiste seguirme ¿Y si Chade te hubiera llevado esa noche? has tenido suerte.

Tomó mi mano y me la acarició. Luego colocó la suya en mi cabello y se acercó hasta unirnos, sus labios sentían los míos y su respiración se compartía.

- ¿Qué me hubiera hecho Chade?

- Lo mismo que hacen todos con las damas.

- ¿Eso es...

- Sexo. Pero no es lo mío, yo hago el amor.

- ¿Eso significa qué...

- No, Camila y lo poco que te conozco sé que me darías unas cuantas bofetadas. ¿Te quedas o te vas?

- Joe, yo... no sé... me quedó, pero si vas a pasarte la vida entera robándome besos es mejor que me vaya.

- Entiendo. ¿Quieres ser mi... ya sabes?

- No sé.

- ¡Novia! estúpida ¿Quieres ser mi novia? -Sonreí y me robó un último beso.

Nos conectábamos y nos alejábamos del mundo o por lo menos de alguna presencia humana. Joe no era perfecto pero tampoco era malo, quería darle una oportunidad, era apresurada pero no podía llorar y lamentar siempre por Alonso, aunque era mi todo, Joe lo podía convertir en mi nada.

- Ahora, explícame ¿por qué eres así? como triste.

- Bueno larga historia pero intentaré resumirla. Alonso es el nombre de mi ex-novio, su mejor amigo que era novio de mi mejor amiga me emborrachó y me casi me lleva a la cama, otro amigo nos descubrió y le contó todo a Alonso. Luego me quedé sin casa y sin novio. Fin.

- Supongo que ¿Por eso te cuesta que te ayuden, porque le fallas?

- Si, está conversación no me gusta y tu ceja me duele más que a ti, buscaré el botiquín.

Me dirigí al lavabo y saqué el botiquín de un mueble, le llevé algodón y agua oxigenada.

- Camila, eso duele. -Asentí.

Me acerqué a su ceja y le puse con cuidado de que no terminara en su ojo, porque iba a reír a carcajadas. Secaba pequeños lugares donde la sangre se había coagulado.

- Deberías pagarme por ser tu doctora.

- He gastado tres mil dólares en ti y ¿Aún quieres que te pagué? bueno, por ser mi doctora, puedo pagarte de diferentes formas ¿No? -Dijo enfatizando "mi doctora"

- ¿De qué forma?

- De la que quieras que te pagué. -Dijo seductor.

- Son muchas, Joe. -Gruñí -No te muevas.

- ¡Auch! ¡Dime una!

- No sé, págame con lo que tú quieras.

Cogió mi mano y me besó los nudillos mirando mis ojos, su cariño se reflejaba en su mirada. Era poco tiempo que le conocía, nunca pensé terminar siendo novia de Joe, de un gran idiota.
Enredó sus dedos en mi cabello y me besó con pasión.

- ¿Era una de las formas que quería que te pagase?

- Tal vez.

Tomé todas mis maletas pero Joe se negó.

- Yo las arregló, ¿Sabes? me encantan tus bragas.

Mis mejillas ardían y sentía lo rojo que las conformaban. Había olvidado que había visto toda mi ropa.

- Ahora lo tuyo es tuyo, lo mío es mío y lo nuestro es de nosotros.

- ¿Te pondrás mis bragas y yo tus bóxers? -Dije riendo a carcajadas.

- Muy graciosa, desde hoy te advierto que no dormiré más en el sofá, es muy frío extraño mi cama.

Arreglamos mis maletas, cada vez que sacaba unas bragas con florecitas reía a carcajadas, era vergonzoso.
Cuando terminamos nos dirigimos a Johnson's no podía dejar de trabajar. Llegamos en taxi, y Emely sonrió al observarnos juntos.

- Él es un buen joven que necesita una buena mujer, alguien como tú. -Dijo sabiendo todo.

- Gracias, voy a trabajar. Lo siento por las horas perdidas.

- Daté tu día, por Joe y tu. Os traeré refrescos. -Asentí.

Ser la novia de Joe era una ventaja en el trabajo. Nos sentamos.

- Dime, ¿Por qué peleas clandestinas?

- Era lo único, nada me aceptaría.

- Tienes casa, vas a la universidad ¿por qué no?

- La casa la gané en otra apuesta, no es solo dinero, había apostado mi moto. La universidad es por mi padre, quiere que sea alguien importante y mamá ha muerto ¿algo más?

- No, lo siento.

- No te disculpes, se lo merecía, ella fue la que me incursionó en eso de las peleas, todo mi dinero había ido a ella. Más de siete años, por eso soy el líder.

- Eh, ah.

- Tu madre ¿cómo es?

- Sobre protectora, creo. Me fui de su casa y dejó de pagarme la universidad, tal vez esté destinada a ser vaga ¿no crees? siento que tengo pinta de vaga.

- No lo creo. -Sonreí.

Emely nos llevó el refresco y luego salimos a tomar aire. El viento refrescaba mi rostro y erizaba los vellos de mis brazos. Me abracé pero Joe lo logró, y le devolví el abrazo, estaba envuelta en él, en sus brazos.

Llegamos a casa y nos acostamos en el sofá hasta dormirnos, teníamos mucho sueño.

Por Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora