Capítulo 18

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Sentía mi sangre hervida, obvio que no era bueno. Y aunque haya ganado la carrera ¿Qué? aveces me siento más estúpida que cuando me lo mencionan.

- Cami, cariño ¿Has conocido a Susi? -Dijo Joe.

- ¿Susi? Sí, Susi. Buena novia ¿cierto? ¿Por qué han terminado? Arreglen sus problemas, me voy. -Dije enfadada, pero con sarcasmo.

- Susannah, ¿Qué haces? ¿Qué pretendes con Camila? ¡Deja a Camila! lo nuestro nunca sucedió.

- Ha logrado todo lo que ha querido. -Dije sin más.

- Joe, te amo, tú a mí. No niegues el amor que sentimos uno por el otro. -Dijo Susi, sonando seductora. Caminó con sus grandes tacones rojos. Estaba a unos centímetros de Joe, él solo parpadeaba, ni el intento de apartarla.

Di grandes zancadas hasta salir de ahí. Me aseguré de que Joe no me hubiera seguido, no tenía intención de tener una conversación con él. Después de ir a la casa, estaba segura de que me iría.a haya besado o no, la ha preferido a ella.

Caminé por las calles solitarias, en algunas esquinas se encontraban hombres fumando, otros estaban borrachos, fueras de los bares. Abracé mi cuerpo con un chaleco que llevaba de el trabajo, caminé aun más veloz. Llegué a la casa y no había rastro de Joe, lo cual me alegraba pero a la vez me afectaba. La vida me había enseñado a amarlo, o por lo menos, tenerle aprecio.

Tomé todas mis maletas y mi ropa que estaba guardada en su armario. La lancé a las maletas, tomé todo y lo tiré al sofá. La puerta se abrió, era Joe, discutiendo con Susannah. Me levanté del sofá y por primera vez en lo que había tenido de mi vida, no lloré, el enojo fue lo único que se apoderó de mí.

Cogí todas mis bolsas, no sabía ni como la había hecho, pero lo obtuve. El tiempo pasaba tan rápido ¿Cómo se le ocurría? No pensé que lo nuestro durará tan poco.

- ¡Camila, por favor! -Dijo Joe arrodillándose.

- ¡Ay, no te hagas el difícil! sabes bien lo mucho que te gustaba tenerme en tu habitación. - Dijo Susannah.

- ¡Cállate maldita perra, púdrete! -Dijo Joe.

No pensaba llorar, ni tampoco lo sentía, ya que me vida entera me la había pasado llorando y ya mis lágrimas se habían agotado, o eso parecía, no iba a cometer el mismo error dos veces.

Salí por la puerta pero Joe tomó mi mano. Dejé tumbar mi bolsa, quité mi cara de la de él.

Sí algo bueno me había enseñado llorar era que nunca debía demostrarle a una persona el sufrimiento, sufrirías aun más. Intenté sacudir su brazo para que me soltase y Joe solo me observaba.

- Camila. -Susurró.

- Adiós querida. -Dijo Susannah desde el marco de la puerta.

- Susannah ¡Vete de mi vida! hay una mujer a la que si amo y esa no eres tú. Quiero un futuro en el que no te incluye, ni por la lista de amigos.

- Joe -Susurré -, Suéltame; si me hubieras preferido no te hubieras demorado ningún segundo en abandonar a Susi.

- Cariño, los celos empeoran todo, ella es agua pasada.

- ¡No estoy celosa!

- Camila, si nos disculpas. Joe y yo tenemos un asunto que arreglar desde hace mucho tiempo, en su habitación, en su cama, ¿Si entiendes? -Dijo Susannah.

- Me das asco, puta. Joe, olvida lo nuestro, sabemos que esto no funcionará. Susi tiene razón yo no soy como tú quieres que sea, como todas tus novias lo son.

- Camila, yo a ellas nunca las quise, por eso te quiero, porque en ti yo encontré algo que no tenía nadie, ninguna de mis novias. Tal vez yo sea diferente a las personas que conoces, piensas que soy malo. Siendo lo que sea y en el poco tiempo que te conozco me has hecho cambiar, antes yo andaba con una cada día; pero por ti he hecho cosas que no pensé hacer jamás. -Joe se arrodilló y de su bolsillo trasero saco dos collares, uno decía "tú" y la otra mirad "yo". -No sé ser romántico, ese no es mi temperamento, ni siquiera aparento serlo, pero el amor cambia a las personas, o eso supongo desde que te vi.

No sabía si reír, llorar, o seguir enfadada; pero había logrado la mitad de sus expectativas, lo cual odiaba. Tomé indecisa el collar que extendía y sonrió, se levantó del suelo y Susi observaba todo.

- Debías ser mío. De lo que te pierdas, pero recuerda que hay muchos hombres aquí. -Dijo Susannah guiñando un ojo y caminando fuera de la casa.

- ¿Me perdonas? -Preguntó Joe, ignorando a Susannah.

- No.

- Camila...

- Lo pensaré, mierda. Si me hubieras conocido antes hace tiempo hubieras desaparecido del globo terráqueo.

- ¿Te quedarás en casa? quédate por favor.

- Bien.

Entramos a la casa, aun estaba molesta pero él no tenía la culpa, hasta que Susi apareció de la nada, sea como sea él se había quedado, sabía que sus intenciones conmigo no eran malas, lo que me alegraba, pero no tenía ni las mínimas ganas de conocer al Joe de antes.

Entré a la cocina después de encender el televisor, Joe picaba el guiso; maldecía cada diez segundos que se cortaba con el cuchillo.
Me subí a la alacena y senté a verlo, tenía unas cortadas, no tan graves.

- ¿No sabes nada, verdad? -Pregunté frunciendo el ceño.

- Soy bueno para cocinar, no para cortar, también soy especialista en otras cosas. -Dijo acercando sus labios a los míos.

- ¿Cómo cuáles? -Pregunté rozando nuestros labios, sin llegar a unirlos, tenía una reacción cosquillosa al hablar.

- ¿Quieres saber? - Asentí y comenzó a besarme y a pasar sus manos por toda mi espalda, tenía un efecto eléctrico que recorría mi cuerpo, amaba sentirlo.

Me alejé al pensar que si le había besado o no Susannah, aunque había pasado, quería saberlo, quería saber si tuvo contacto físico con ella.

- ¿Qué pasa? - Preguntó mordiendo su labio inferior.

- ¿Te has besado con Susannah?

- ¿A qué viene la pregunta?

- No respondas con otra pregunta, ¿La has besado?

- No quería hacerlo -Suspiró -, me deje llevar.

- Y después me llamas histérica ¿Algo más que me haya perdido?

- No.

- ¿Qué más sucedió?

Por Su AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora