A Un Click: Siempre Tú Y Yo EDITANDO

26: Vamos pa' la playa

Mini maratón 3/4

Poché volvió y me pasó la botella.

-En el fondo sabía que la tenías tú. -Me dijo mientras se acomodaba a mi lado.

-¿Por qué?

-Porque también se me perdieron varias cosas cuando te fuiste.

-¿Qué? No, no, no yo solo tomé la botella. Te lo juro.

-Tranquila... Se me perdió mi paz, se me perdieron las ganas de sonreír, se me perdió parte de mi corazón, se me perdieron a cinco amigos loquillos, y se me perdió Daniela Calle. La chica con la que tenía una hermosa oportunidad, la chica con la que me atreví a dar un paso al frente en aquella casita del árbol.

-Poché, yo estoy aquí. Contigo. No me has perdido y yo pensé que te había perdido a ti.

-Debo preguntarte... ¿Sigues con aquella idea?

Le sonreí, esta vez la curiosidad mató a su gatito interior.

-Verás, la respuesta la tienes frente a tus ojos. -Me incorporé hasta queda sentada en su regazo con mis piernas a cada costado. Ella me miró sorprendida, pero lentamente colocó sus manos a cada lado de mi cintura.

-Eres hermosa...

-Ya me lo has dicho. -Comencé a trazar patrones con mi dedo sobre su marcada panza.

-Y te lo voy a decir hasta que me muera. ¡ERES HERMOSA DANIELA CALLEEEEEEEEEEE! -Gritó muy fuerte.

-¡Shhh! No tienes que gritar. -Le puse un dedo sobre sus labios como ella había hecho conmigo, pero ella pasó su lengua por mi dedo y le dió una pequeña mordida haciendo que alejara mi mano de sus dientes.

-A mí no me callas. ¡ERES HERMOO... -Y mi boca calló su grito.

-¿Ahora sí te callas? -Le pregunté con una sonrisa cuando me separé.

-Pues... ¡ERES HER... -La volví a callar.

Pero está vez ella se giró hábilmente dejándome bajo ella en la cama.

-Ti amo Daniela Calle. -Me ama, me dijo que me ama mirándome a los ojos.

-¿Vemos algo en la TV? -Ella asintió para moverse y tomar el control remoto.

-Tome, tienes el control. -Me dijo mientras se acomodaba entre mis piernas como hacíamos siempre.

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-¡CHICAS! ¡Salgan y dejen de hacer lo que hacen que vamos pa' la playa. -De nuevo la voz de Sebastián nos interrumpió.

Poché y yo reímos. De todo lo que podíamos estar haciendo, solo estábamos sentadas en la cama viendo películas.

-Mejor vamos... La playa nos espera. -La Peli-Azul se paró para bajar su traje de baño y yo hice lo propio.

Yo me metí al baño para cambiarme y dejarle la habilitación a ella para que hiciera lo mismo.

Me miré al espejo, algo no me gustaba de cómo me veía. Me estaba arrepintiendo de ponerme el traje de baño.

-¡PUÑETA QUE ERES HERMOSAAAAAAAAA, DIVINA, PRECIOSA! -Gritó Poché, quien sin darme cuenta ya se encontraba con su traje de baño puesto y parada en el marco de la puerta.