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2 de Samuel 12:20
“Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió.”

La escritura enseña que David en versículos anteriores clamaba a Dios por su hijo, David levantó altar de adoración al Señor, ayunó y rogó a Dios por él, más no siendo la voluntad de Jehová que él viviría entonces el niño murió.

Las historias de David siempre nos enseñan grandes maneras de cómo se debe adorar a Dios y cómo se le debe servir y presentar a Dios lo mejor, pero en esta historia en especial David nos enseña que no siempre que ayunes, ores, leas la biblia o sientas que tienes una buena comunicación con Dios no siempre se va a cumplir lo que tú deseas.
Debemos recordar que la comunión con Dios la hacemos para que Él desarrolle lo que El mismo planeo para nosotros y no para que se cumpla lo que deséanos porque sabemos que la misma palabra dice que los pensamientos de Dios son más altos que nuestros pensamientos.
Cuando oremos, ayunemos o busquemos su rostro, que sea para pedirle que haga su voluntad y no la nuestra.

¡NO CONDICIONES TU ADORACIÓN POR UNA BENDICIÓN!

¡TU BENDICIÓN ES QUE LE PUEDAS ADORAR!

Acercaos a mi y yo me cercaré a vosotros.
¡Bendiciones!

RED DORADA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora